Yo Conozco a Mi Padre
por Neville Goddard, 1960
YO SOY
"Mi Padre es aquel a quien los hombres llaman Dios, pero yo conozco a mi Padre y los hombres no conocen a su Dios." (N.T.: Juan 8:54,55) Mi Padre y tu Padre son Uno. "Escucha, Oh Israel, el Señor nuestro Dios es Un Señor." (N.T.: Deuteronomio 6:4) "Yo y mi Padre somos Uno." (N.T.: Juan 10:30)
Un Padre nos hizo a todos para vivir, movernos y tener nuestro ser en Él el Uno. ¿Quién es entonces este UNO que tenemos en común? La una y única cosa que todos los hombres tienen en común es esto: Todos los hombres saben que ellos son. Esta afirmación de que nosotros somos, esta consciencia, es nuestro Padre.
No hay ningún lugar al que ese hombre pueda ir sin saber que él es. "Si tomo las alas de la mañana y vuelo a los confines de la tierra, allí estás tú" (N.T.: Salmo 139:9,10), yo sé que Yo Soy.
"Si hago mi cama en el Infierno" (N.T.: Salmo 139:8) Yo sé que YO SOY. Si sufro de amnesia y olvido por completo mi identidad humana, sabré que YO SOY. Es imposible para el hombre saber que él no es. Tú puedes decir YO no SOY eso, pero tú no puedes decir YO no SOY, porque tú mismo conociendo es una declaración de que tú eres.
Así que, tanto si tú mismo afirmas ser o no ser, en realidad estás afirmando que tú eres. Por lo tanto, el hombre siempre está diciendo -YO SOY-. Este conocimiento de que nosotros somos, esta consciencia, es Dios el Padre. En el momento en que esta consciencia incondicional se condiciona afirmando ser esto, aquello o lo otro, una diferenciación tiene lugar dentro de esta consciencia sin forma, y nuestro Padre impersonal (nuestro verdadero yo) se personifica como -eso- que hemos concebido ser.
Esta presencia impersonal que somos puede ser comparada con el espacio, ya que el espacio, aunque sin forma, da forma a todo. Si el espacio sin forma fuese extraído del libro que estás leyendo, el cuerpo que llevas, la tierra en la que estás, todo desaparecería.
La conciencia, aunque sin forma, da forma a lo que es consciente de ser, pero en el momento en que retiras tu realidad sin forma o consciencia de tu concepción de ti mismo (la forma que llevas) esta concepción desaparece. Una concepción sigue siendo una realidad formada sólo mientras la realidad invisible la lleva.
"Mi Padre es Espíritu (sin forma) y los que le adoran deben hacerlo en Espíritu y en Verdad." (N.T.: Juan 4:24) "Yo y mi Padre somos Uno." Mi conciencia de ser es el Padre sin forma que da forma a -eso- que Yo Soy consciente de ser, y al hacerlo pierde su presencia sin forma y sin nombre, en la forma y naturaleza de su concepción de sí mismo.
Al igual que el agua pierde su identidad cuando se mezcla con las cosas y sin embargo permanece inmaculada cuando es extraída a través de la destilación, así la conciencia la no-cosa se pierde a sí misma en las cosas-concepciones de sí misma y permanece su ser inmaculado a través de la destilación espiritual. Tú eres destilado espiritualmente o extraído de tu concepción de ti mismo cuando dejas de estar identificado con ella.
Ahora que has encontrado a éste Uno ser tu Padre, el Eterno Ahora, YO SOY, no vuelvas al estado pródigo para mendigar las migajas de la vida. Recuerda a tu Padre, el AHORA, la única realidad.
Afirma tú mismo ahora, en este momento, ser lo que deseas ser y sin importar lo que tu afirmación pueda ser, tu Padre, la conciencia que es Ahora, te lo dará convirtiéndose en la cosa afirmada pero debes pedírselo de esta manera.
Sé consciente de ser aquello que pides. No busques más a tu Padre en el tiempo y el espacio, Porque tu Padre es la conciencia que es ahora. "Yo y mi Padre somos uno, pero mi Padre es más grande que yo." (N.T.: Juan 10:29,30; 14:28) Mi conciencia y -eso- de lo cual yo soy consciente de ser son uno, pero yo soy más grande que -eso- de lo cual yo soy consciente de ser. El concebidor siempre será más grande que su concepción. El Padre -Conciencia- es mayor que su HIJO -concepción de sí mismo-.
Ahora tus ojos están abiertos. Tu Padre, Dios Todopoderoso, se te ha revelado como tu conciencia de ser. ***
VENGO CON UNA ESPADA
Antes de que puedas entrar en esa paz que sobrepasa todo entendimiento, primero debes morir a todas las ilusiones que ahora te esclavizan, las ilusiones de las divisiones.
Si te identificas con la raza, el credo o el color y escuchas que aquello con lo que te identificas es criticado y condenado, te sentirás automáticamente herido por esa crítica. Todo apego es una reja en tu prisión autocreada. Tu única salida está en el no-apego. Debes dejarlo todo y seguirme. En Cristo no hay ni griego ni judío, ni libre ni esclavo. (N.T.: Gálatas 3:28)
Tus apegos actuales están arraigados en ti debido a tu concepción actual de ti mismo. Tu concepción de ti mismo es la vara de medir con la que mides el mundo.
Todas las cosas son juzgadas en relación con tu concepción actual de ti mismo. La concepción que cada hombre tiene de sí mismo es una nota vibrante en la Sinfonía Cósmica, cuya nota determina automáticamente el valor de todas las notas en relación con ella misma.
Cambia tu concepción de ti mismo. Revalúate a ti mismo y automáticamente cambiarás tu mundo. El hombre siempre ha jugado a perder el juego al intentar cambiar su mundo, mientras él mismo permanecía con sus valores o concepciones actuales de sí mismo.
Jesús descubrió esta Ley. Así que, en lugar de cambiar a los hombres, se cambió a sí mismo. Dijo: "Y ahora me santifico a mí mismo, para que ellos también se santifiquen por medio de la verdad." (N.T.: Juan 17:19) Él se encontró a sí mismo como la verdad de todo lo que veía que era su mundo.
La verdad es la espada que mata todo excepto a sí misma, y YO SOY (tu conciencia) es la verdad. Por lo tanto, estar identificado con cualquier cosa que no sea el ser es estar esclavizado, o limitado por aquello con lo que tú estás identificado.
Tú objetivas eternamente aquello de lo cual tú eres consciente de ser, por lo que te mueves siempre en un mundo que es la perfecta personificación de aquello de lo cual tú mismo sabes ser.
"Para el puro todas las cosas son puras." (N.T.: Tito 1:15) Esto es un gran obstáculo para aquellos que están constantemente condenando al mundo. "Por lo tanto, no hay condenación para los que están en Cristo Jesús." (N.T.: Romanos 8:1)
Consta que las multitudes abandonaron a Jesús cuando reveló el funcionamiento de La Ley con estas palabras: "Ningún hombre viene a mí si el Padre en mi no lo atrae." (N.T.: Juan 6:44) Y, "Yo y mi Padre somos uno." (N.T.: Juan 10:30)
No podían creer que fueran la causa de todo lo que veían que era su mundo. Después de miles de años sigue siendo el gran escollo para todos los que ven el mundo como algo que hay que cambiar por fuera.
Tú y tu concepción de ti mismo son uno.
Tu concepción de ti mismo es la imagen que te has hecho de tu Padre.
Esta imagen modela tu mundo a tu semejanza, ya sea bueno, malo o indiferente. Tu Padre es tu conciencia que te limita a -eso- de lo cual tú eres consciente de ser.
Si quieres cambiar tu mundo hazlo de verdad, sabiendo que tú mismo eres todo lo que tú ves que el mundo es. Tú no eres lo que eres a causa de alguna cosa en el mundo, al contrario, el mundo es lo que es a causa de lo que tú eres; siendo el QUÉ la medida o el valor que has puesto en ti mismo. En resumen, la concepción que tienes de ti mismo es el molde que el concebidor (tu verdadero Ser) utiliza para personificar tu mundo. Comienza a transformar el mundo afirmando que eres aquello que deseas ver expresado en el mundo. Sigue el ejemplo de Jesús, que se hizo uno con Dios, y no le pareció extraño ni un robo hacer la obra de Dios. (N.T.: Filipenses 2:6)
La libertad no se gana con el sudor de la frente. Deja de luchar con el mundo, que sólo es un reflector. Jacob fue liberado sólo cuando soltó aquello con lo que luchaba. Del mismo modo, tú serás libre sólo cuando sigas su ejemplo y sueltes tu problema al no identificarte con él. Porque lo que está atado en el cielo (la conciencia) está atado en la tierra y lo que está desatado en el cielo está desatado en la tierra. "Conocerás la verdad y la verdad te hará libres." (N.T.: Juan 8:32) "Yo soy la verdad." (N.T.: Juan 14:6) De modo que en realidad conocerte a ti mismo lo condicionado, es ser libre de aquello que en tu ceguera creías tú mismo ser. Deja todo y solo sé YO.
LA PIEDRA FUNDAMENTAL
"Busca el Reino de los Cielos y todas las cosas te serán añadidas." (N.T.: Mateo 6:33) Encuentra la causa de las cosas y habrás encontrado el secreto de la creación. Has oído decir que "En el principio Dios creó el cielo y la tierra", que "todas las cosas fueron hechas por Él; y sin él no hay algo hecho que haya sido hecho.” (N.T.: Génesis 1:1; Juan 1:3) Nadie cuestiona la verdad de esta declaración, pero lo que uno quiere saber es: "¿Quién es Dios y dónde está Dios localizado?" En respuesta al "quién" se te dice: "Yo soy Dios, Yo soy el Señor, Yo soy me ha enviado (el hombre Moisés) a ti." (N.T.: Éxodo 3:14) En cuanto a la ubicación de Dios se te dice: "El Reino de Dios está dentro de ti." (N.T.: Lucas 17:21) Estas dos respuestas identifican a Dios como tu conciencia de ser y lo ubican donde tú eres consciente de ser. Ser consciente de ser es declarar en silencio: "YO SOY". Mientras lees esta página eres consciente de ser. Esta conciencia, esta consciencia de ser, es Dios el creador. La conciencia es esa profundidad sin forma en la que todas las cosas viven, se mueven y tienen su ser, y aparte de la cual las cosas no tienen realidad. Este es el secreto de la afirmación: "Antes de que Abraham fuese, YO SOY, antes de que el mundo fuese, YO SOY y cuando todas las cosas dejen de ser, YO SOY." (N.T.: Juan 8:58; 17:5)
La conciencia de ser precede a todas las concepciones de sí misma y sigue siendo su ser sin forma cuando todas sus concepciones dejan de ser. El creador debe preceder a la creación, como el concebidor precede a sus concepciones. La creación comienza y termina en el Creador. La conciencia es el secreto de toda manifestación. Toda creación pasa por tres etapas en su desarrollo, concepción, crucifixión y resurrección. Las ideas, los deseos, las ambiciones son todas concepciones que se mueven dentro del ser inmóvil, YO SOY. La conciencia es el Padre y todas las concepciones de sí misma son hijos que dan testimonio de su Padre. Por lo tanto, "Yo y mi Padre somos uno, pero mi Padre es más grande que yo" (N.T.: Juan 10:29,30; 14:28) el concebidor y la concepción son uno, pero el concebidor es más grande que su concepción.
La conciencia está incondicionada. Ser consciente de ser algo o alguien es condicionar lo incondicionado. Eso que es definido es menos que el definidor. La conciencia de ser es el Dios Todopoderoso, el Padre Eterno, sobre cuyos hombros está el gobierno del mundo. La conciencia sostiene y dirige todas las cosas que tiene conciencia de ser. La conciencia de ser es el vientre eterno impregnándose a sí mismo a través del medio del deseo. Ser consciente de un impulso o deseo es haber concebido. Creer, sintiéndote a ti mismo (El Sin Forma) como la cosa deseada, es estar crucificado sobre la forma de la cosa sentida. Continuar en la creencia, sintiendo que ahora eres la cosa deseada hasta que cesen todas las dudas y nazca una profunda convicción de que es así, es ser resucitado o elevado visiblemente hacia la expresión de la naturaleza de la cosa sentida.
En este mismo momento estás resucitando o expresando -eso- de lo cual tú eres consciente de ser. "YO SOY la resurrección y la vida." (N.T.: Juan 11:25) YO SOY-ESTOY, ahora, exteriorizando en el mundo que me rodea, como una realidad viviente, -eso- de lo cual yo soy ahora consciente que YO SOY, y continuaré haciéndolo hasta que cambie mi concepción de mí mismo. Así que tu respuesta en conciencia a la eterna pregunta, ¿QUIEN YO SOY?, determinará tu mundo y cada una de sus expresiones. Comienza ahora a darte cuenta de que YO SOY es el Señor Dios Todopoderoso y al lado de MÍ (tu conciencia) no hay otro Dios. No yo, Juan Pérez es Dios, sino YO SOY, la conciencia de ser, es Dios. Juan Pérez es sólo su actual limitación o concepción de sí mismo. Yo soy lo ilimitado que se expresa a través de la concepción limitada de mí mismo. Para cambiar la expresión, cambia la concepción de ti mismo, pero hazlo de verdad, no con palabras. Es decir, aleja completamente tu atención de tu limitación actual y colócala en la nueva concepción, hasta que la conciencia, tu verdadero ser, se pierda en la creencia o convicción de que YO SOY el que SOY.
Este es el recambio o renacimiento de tu ser sin forma y sin nombre. Tu verdadero yo es un yo que ningún hombre ve, y que no se ve a sí mismo, sino que sólo ve su concepción de sí mismo. En el principio, ahora este momento, la idea o el deseo está nadando en tu conciencia buscando encarnación. Antes de que el deseo pueda realizarse o resucitar, debe convertirse primero en una cruz o punto fijo en el cual la conciencia esté clavada. La conciencia es la única realidad viva, el único poder resucitador. Así que para dar vida a mi deseo, debo en la conciencia hacerme consciente de ser la cosa deseada. "Que haya un firmamento en medio de las aguas." (N.T.: Génesis 1:6) En medio de las aguas o de la conciencia sin forma, que haya una firmeza o convicción de que YO SOY la cosa deseada. Continúa de pie sobre esta convicción o cruz, y en formas desconocidas para ti como hombre, realizarás o resucitarás tu deseo. La vida o la conciencia tiene formas que el hombre (la concepción) no conoce, Sus caminos son inescrutables. (N.T.: Romanos 11:33) La concepción actual de la vida como hombre es una máscara que lleva. Dentro de este ser que crees que eres, está tu ser sin nombre YO SOY.
El fundamento de toda expresión es la conciencia y otros fundamentos no puede poner el hombre. Por mucho que el hombre lo intente, no puede encontrar otra causa de manifestación que no sea Dios, su conciencia de ser. El hombre cree haber encontrado la causa de la enfermedad en los gérmenes; la causa de la guerra en las ideologías políticas conflictivas y en la codicia. Todos estos descubrimientos del hombre, catalogados como la esencia de la sabiduría, son una tontería a los ojos de Dios. Sólo hay un poder y este poder es Dios (Conciencia). Él mata, él hace vivir, él hiere, él cura, él hace todas las cosas buenas, malas o indiferentes. (N.T.: Ver Deuteronomio 32:39)
Un prisionero debe tener un carcelero, un esclavo un amo. Una nación que se siente prisionera creará automáticamente un dictador. No se puede eliminar a un tirano destruyéndolo, así como tú no puedes eliminar tu reflejo destruyendo el espejo. La conciencia de una nación produce sus líderes. Lo que es cierto de una nación es cierto de un individuo, porque las naciones están formadas por individuos. El hombre se mueve en un mundo que no es ni más ni menos que su conciencia objetivada. Sin saberlo, lucha contra sus reflejos mientras mantiene viva la luz y las imágenes que arrojan los reflejos. "YO SOY la luz del mundo." (N.T.: Juan 8:32) YO SOY (La Conciencia Es La Luz). -Eso- de lo cual yo soy consciente de ser (mi concepción de mí mismo) tal como, yo soy rico, yo estoy sano, yo soy libre... son las imágenes.
El mundo es el espejo que magnifica todo lo que YO SOY consciente de ser. Deja de intentar cambiar el mundo, sólo es un espejo que te dice quién eres.
El hombre que es consciente de ser libre o preso está expresando -eso- de lo cual él es consciente de ser. No me importa lo que los hombres hayan diagnosticado que es tu problema. Un problema puede tener una historia de años, pero sé que se desvanecerá en un abrir y cerrar de ojos, si sigues fielmente esta instrucción.
Hazte a ti mismo esta sencilla pregunta. ¿Cómo me sentiría si fuese libre?
En el mismo momento en que te haces esta pregunta con sinceridad, llega la respuesta.
Ningún hombre puede decir a otro cómo se sentiría ese otro si su deseo se realizara repentinamente. Pero cada uno sabría cómo se sentiría él mismo, porque ese sentimiento-sensación sería automático.
El sentimiento o la emoción que le llega a uno en respuesta a su autocuestionamiento es el estado de conciencia del Padre o la Piedra Fundamental, de la que saldrá la cosa sentida. Nadie sabe cómo se encarnará esta sensación-sentimiento, pero lo hará, porque el Padre (la conciencia) tiene caminos que ningún hombre conoce.
Haz que la nueva sensación sea natural llevándola. Todas las cosas expresan su naturaleza, así que debes llevar esta sensación-sentimiento hasta que se convierta en tu naturaleza. Puede tomar un momento o un año, depende de ti. En el momento en que todas las dudas se desvanezcan y sientas que YO SOY esto, empezarás a dar el fruto de la naturaleza de lo que estás sintiendo que eres. Cuando una persona se compra un sombrero o un par de zapatos nuevos, cree que todo el mundo sabe que son nuevos. Se siente poco natural con ellos puestos hasta que los lleva el tiempo suficiente para que se conviertan en algo natural. Lo mismo ocurre con el uso del nuevo estado de conciencia.
Cuando te haces la pregunta: "¿Cómo me sentiría si mi deseo se realizara en este momento?", la respuesta automática es tan nueva que sientes que no es tuya, que no es cierta. Por lo tanto, instantáneamente dejas de lado este nuevo estado de conciencia y vuelves inmediatamente a tu problema porque es más natural.
No sabiendo que la conciencia está siempre exteriorizándose a sí misma en las condiciones que te rodean, tú, como la mujer de Lot, vuelves a mirar tu problema y una vez más quedas hipnotizada por su naturalidad. ¿No escuchas las palabras de Jesús (salvación)? "Déjalo todo y sígueme: Deja que los muertos entierren a sus muertos." (N.T.: Mateo 8:22) Tu problema puede tenerte tan hipnotizado por su aparente realidad y naturalidad, que te resulta difícil llevar el nuevo sentimiento-sensación, o conciencia de tu salvador, pero debes llevarlo si quieres tener resultados. La piedra (Conciencia) que los constructores rechazaron (no quisieron llevar) es la piedra angular y otros fundamentos ningún hombre puede poner.
LA IMPRESIÓN
(N.T.: en inglés Neville lo escribe así... I'M-PRESSION, significando I'M, YO SOY)
Toda impresión debe convertirse en la afirmación de -eso- que es para ser. Decir que seré grande o que seré libre es una confesión de que yo no soy grande y yo no soy libre. Verte a ti mismo como convirtiéndote en algo es saber que yo no soy esa cosa. Estar impresionado es estar impresionado (I'm-presionado) en primera persona, en tiempo presente. Todas las expresiones son el resultado de -impresiones- (I'm- presiones). Sólo en la medida en que pueda afirmar que yo soy aquello que deseo ser, expresaré tales afirmaciones. Permite que todos tus deseos sean impresiones de -eso- que es, no de -eso- que es para ser. Porque yo soy (tu conciencia) es Dios, y Dios es la plenitud de todo, el Eterno AHORA-YO-SOY Yo soy (I'm).
Los signos siguen, no preceden. Nunca verás los signos de lo que es. No pienses en el mañana, porque tus mañanas son la expresión de tus impresiones de hoy. "Ahora es el tiempo aceptado.El Reino de los Cielos está cerca." Jesús (la salvación) dijo: "Yo estoy con vosotros siempre." (N.T.: 2 Corintios 6:2: Mateo 4:17; Mateo 28:20) Tu conciencia es el salvador que está contigo siempre. Pero, si lo niegas, él también te negará a ti. Lo niegas al pretender que aparezca, como lo hacen hoy en día millones de personas que afirman que la salvación está por venir, lo que equivale a decir: "No estamos salvados." Debes dejar de buscar a tu salvador para que aparezca y afirmar que estás salvo ahora, y las señales de tus afirmaciones seguirán.
Cuando se le preguntó a la viuda: "¿Qué tenía en su casa?" Hubo reconocimiento de sustancia. Ahora, en su declaración de tres gotas de aceite, no medidas vacías. Tres gotas se convierten en un manantial si son declaradas. (N.T.: Ver 2 Reyes 4) Pues tu conciencia magnifica todo lo que eres consciente de ser. Afirmar que tendré aceite (Alegría) es confesar que tengo medidas vacías, que la conciencia de carencia, producirá carencia. Dios, tu conciencia, no hace acepción de personas y sólo puede expresar aquello con lo que es impresionado. Cada uno de tus deseos está determinado por tu necesidad. Los deseos son automáticos. Sabiendo que eres consciente del deseo y que tu conciencia es Dios, debes considerar cada deseo como las palabras habladas de Dios, que te hablan de lo que es. "Apártate de la visión del hombre cuyo aliento está en sus fosas nasales." (N.T.: Isaías 2:22) Porque él ve su deseo como aquello que-no-es. Siempre seremos lo que somos (conscientes). Así que nunca más afirmes, yo seré eso. Que todas las afirmaciones de ahora en adelante sean: "Yo soy el que soy." (N.T.: Éxodo 3:14)
"Antes de que pregunten yo he respondido." (N.T.: Isaías 65:24) Antes de que tengan tiempo de pensar, la solución de su problema les fue dada en forma de su deseo. El ciego, el cojo, el paralítico, todos desean automáticamente liberarse de las limitaciones. El hombre está tan educado en la creencia de que sus deseos son cosas por las que hay que luchar, que en su ignorancia, niega a su salvador que está constantemente llamando a la puerta de la conciencia -“YO SOY la Puerta”- para que le dejen entrar. (N.T.: Juan 10:9) ¿Acaso tu deseo, si se realiza, no te salvaría de tu problema? Dejar entrar a tu salvador es la cosa más fácil del mundo. Las cosas deben ser, para ser dejadas entrar. Eres consciente de un deseo, por lo tanto, el deseo es algo de lo que eres consciente ahora. Tu deseo, aunque invisible, debe ser afirmado por ti como algo que es real. "Dios llama a las cosas que no son (que no se ven) como si fuesen." (N.T.: Romanos 4:17) La afirmación YO SOY Él (la cosa deseada) es dejar entrar a tu salvador.
Todo deseo es la llamada del salvador a la puerta. Este llamado, todo hombre lo escucha. El hombre abre la puerta para que Él entre cuando afirma: YO SOY ÉL. Procura dejar entrar a tu salvador, dejando que la cosa deseada se imprima en ti, hasta que tú estás -impresionado- (I'm-presionado) con la Ahoridad de tu salvador, y pronuncies el grito de Victoria: "Consumado es." (N.T.: Juan 19:30)
El que tiene
"Al que tiene, se le dará y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene." (N.T.: Marcos 4:25) Aunque muchos consideren esta afirmación como la más cruel e injusta de las frases atribuidas a Jesús -creando, como ha hecho el mundo entero, muchos comentarios populares, como que los ricos se hacen más ricos y los pobres tienen hijos; el que tiene, recibe, etc.-, sigue siendo una ley sumamente justa y misericordiosa, basada en un principio inmutable.
Dios no hace acepción de personas. (N.T.: Romanos 2:11; Hechos 10:34; Gálatas 2:6; Efesios 6:9; Deuteronomio 10:17) Dios, como hemos descubierto, es esa conciencia incondicionada que da a todos y cada uno, aquello de lo cual son conscientes de ser. Ser consciente de ser o tener algo es ser o tener aquello de lo cual tú eres consciente de ser. Sobre este principio inmutable descansan todas las cosas. Es imposible que algo sea otra cosa que -eso- de lo cual tiene conciencia de ser. "Al que tiene (-eso- de lo cual tiene conciencia de ser) se le dará", bueno, malo o indiferente. No importa qué es -eso- de lo que tú eres consciente de ser, tú recibirás apretado, remecido y rebosante, (N.T.: Lucas 6:38) todo -eso- de lo que tú eres consciente de ser. De acuerdo con esta misma Ley inmutable, "Al que no tiene, se le quitará y al que tiene, se le añadirá." Así que el rico se hace más rico y el pobre más pobre. Sí, el que tiene Obtiene.
No puedes expresar -eso- de lo cual tú no eres consciente de ser. No puedes servir a dos amos. (N.T.: Mateo 6:24) Tu amo es siempre ese estado de conciencia con el que te identificas. Por lo tanto, lo que no está en la conciencia es tomado de ella (porque nunca fue parte de ella) y añadido a esa conciencia que es consciente de ello. Todas las cosas gravitan hacia aquella conciencia con la que están en sintonía, y del mismo modo, todas las cosas se desprenden de aquella conciencia con la que no están en sintonía. Así que en lugar de unirte al coro de los que no tienen, que insisten en destruir a los que tienen, reconoce esta Ley de Expresión inmutable y conscientemente afirma tú mismo ser -eso- que tú has decidido ser. Una vez tomada tu decisión y establecida tu reivindicación consciente, continúa en tu confianza hasta que recibas tu recompensa. Porque como el día sigue a la noche, recibirás aquello que has afirmado conscientemente por ti mismo.
Así, lo que para el mundo ortodoxo dormido es una ley cruel e injusta, se convierte para los iluminados en la más misericordiosa y justa declaración de la verdad. "No he venido a destruir, sino a cumplir." (N.T.: Mateo 5:17)
Sabiendo que Dios nada destruye, procura ser eso, afirma tú mismo ser aquello que tú quieres que Él colme. Nada es destruido. Todo es cumplido.
Circuncisión
La circuncisión es la operación que quita el velo que oculta la cabeza de la creación. El acto físico no tiene nada que ver con el acto espiritual.
Todo el mundo podría estar físicamente circuncidado y, sin embargo, seguir siendo impuros y ciegos líderes de los ciegos. (N.T.: Mateo 15:14) A los circuncidados espiritualmente se les ha quitado el velo de las tinieblas y saben que son Cristo, la luz del mundo. (N.T.: Juan 8:12)
Permíteme ahora realizar la operación espiritual en tí, el lector. Este acto se realiza el octavo día después del nacimiento. Ocho, porque el ocho es la cifra que no tiene ni principio ni fin. Además, los antiguos simbolizaban el octavo número como un recinto o velo, dentro y detrás del cual yacía enterrado el misterio de la creación. Así, el secreto de la operación del octavo día está en consonancia con la naturaleza del acto, cuyo acto, es revelar la cabeza eterna de la creación; ese algo inmutable en el que todas las cosas comienzan y terminan, y permanece su ser eterno cuando todas las cosas dejan de ser.
Ese algo misterioso es tu conciencia de ser. En este momento eres consciente de ser, pero eres consciente de ser alguien. Este alguien es el velo que oculta el ser que realmente eres. Primero eres consciente de ser, luego eres consciente de ser hombre. Después de que el velo del hombre es colocado sobre tu ser sin rostro, te vuelves consciente de ser un miembro de cierta raza, nación, familia, credo, etc.. El velo que debe ser levantado en la circuncisión espiritual es el velo del hombre, pero antes de que esto pueda hacerse, debes cortar las adhesiones de raza, nación, familia y demás.
"En Cristo no hay ni griego ni judío, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer." (N.T.: Gálatas 3:28) Debes dejar a tu padre, a tu madre y a tu hermano y seguirme. Para ello debes dejar de identificarte con estas divisiones, haciéndote indiferente a tales afirmaciones.
La indiferencia es el cuchillo que corta.
La sensación es el lazo que une.
Cuando puedas ver al hombre como una gran hermandad sin distinción de raza, credo o color, Entonces
sabrás que has cortado estas adhesiones. Con estos lazos cortados todo lo que ahora te separa de tu verdadero ser es tu creencia de que eres hombre.
Para eliminar este último velo, debes abandonar tu concepción de ti mismo como hombre, conociéndote simplemente como Ser. En lugar de la conciencia de... -Yo soy hombre-, deja que haya sólo... -Yo soy sin Rostro, Conciencia sin forma-. Entonces, desvelado y despierto declararás y sabrás que YO SOY es Dios y que junto a mí, esta conciencia, no hay Dios. (N.T.: Deuteronomio 32:29; Isaías 45:21; 46:9)
Este misterio se cuenta en La Historia Bíblica de Jesús lavando los pies de sus discípulos. Se dice que Jesús se despojó de sus ropas, tomó una toalla y se ciñó. Luego, después de lavar los pies de sus discípulos, los secó con la toalla con la que estaba ceñido. Pedro protestó y se le dijo que si no se le lavaban los pies, no tendría parte en Jesús. Pedro replicó: "Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza." Jesús respondió y dijo: "El que es lavado no necesita más que lavar los pies, sino que está limpio en todo." (N.T.: Juan 13:9,10)
El sentido común diría al lector que un hombre no está limpio por completo sólo porque se le hayan lavado los pies. Así que debería descartar esta historia o buscar su significado oculto. Cada Historia de La Biblia es un drama psicológico que tiene lugar en la conciencia del hombre y ésta no es una excepción.
Este lavado de pies de los discípulos es La Historia mística de la circuncisión espiritual o la revelación de los secretos del señor.
A Jesús se le llama El Señor. Se dice que el nombre del Señor es YO SOY -Je Suis-. “Yo soy el señor ese es mi nombre." (Isaías 42.8) Jesús está ceñido con una toalla, por eso sus secretos están ocultos. Jesús o El Señor simboliza tu conciencia de ser, cuyos secretos están ocultos por la toalla (conciencia del hombre). El pie simboliza el entendimiento (Camina en sus pasos-entendimiento) El cual debe ser lavado por el señor- conciencia de todas las creencias o concepciones humanas de sí mismo. Al retirar la toalla para secar los pies, los secretos del Señor son revelados.
En resumen, la eliminación de la creencia de que eres hombre revela tu conciencia como cabeza de la creación. El hombre es el prepucio que oculta la cabeza de la creación. YO SOY El Señor oculto por el velo del hombre.
Crucifixión y Resurrección
Los acontecimientos de la crucifixión y la resurrección están tan entrelazados que deben explicarse juntos, pues uno determina al otro. Este misterio está simbolizado en la tierra en los rituales del Viernes Santo y la Pascua. Tú has observado que estos días no son fijos, sino que cambian de año en año. Caen en cualquier lugar desde la última semana de marzo hasta la última semana de abril. El día está determinado de esta manera. El primer domingo después de la luna llena en Aries se celebra la Pascua. Aries comienza el 21 de marzo y marca el inicio de la primavera. Esta fecha movible debería indicarle al observador que busque alguna interpretación, distinta a la que se le ha dado.
Visto desde la tierra, el Sol en su paso por el norte aparece en la estación primaveral del año para cruzar la línea imaginaria que el hombre llama el ecuador. De modo que es dicho, por el místico, que es cruzado o crucificado para que el hombre pueda vivir. Observaron que poco después de producirse este acontecimiento, toda la naturaleza comenzaba a levantarse o resucitar de su largo sueño invernal, por lo que concluyeron que esta alteración de la naturaleza en esta estación del año se debía directamente a este cruce. Así, creían que el Hijo debe haber derramado su sangre en la Pascua. Si estas fechas marcaran la muerte y resurrección de Jesús estarían fijadas como todos los demás acontecimientos históricos, pero no es así. Sin embargo estas fechas si simbolizan la muerte y resurrección del señor, pero este señor es tu conciencia de ser. Está registrado que él dio su vida para que tú puedas vivir: "Yo soy vine para que tengas vida y para que la tengas en abundancia." (N.T.: Juan 10:10)
Como la primavera es el momento del año en el que los millones de semillas, que durante todo el invierno han estado enterradas en la tierra, brotan de repente para que el hombre pueda vivir, y como el drama místico de la crucifixión y la resurrección está en la naturaleza de este cambio anual, se celebra en esta estación primaveral del año, pero en realidad tiene lugar en cada momento del tiempo. El ser que es crucificado es nuestra conciencia de ser. La cruz es tu concepción de ti mismo. La resurrección es la elevación a la visibilidad de esta concepción de ti mismo. Lejos de ser un día de luto, el Viernes Santo debería ser un día de alegría, porque no puede haber resurrección sin crucifixión. La cosa a ser resucitada en tu caso es -eso- que deseas ser. Para hacer esto, tú debes sentirte a ti mismo ser la cosa deseada. Debes sentir: YO SOY eso, porque YO SOY la resurrección y la vida. (N.T.: Juan 11:25) Sí, YO SOY (Tu conciencia de ser) es el poder que resucita y da vida a -eso- de lo cual tú eres consciente de ser.
Dos se pondrán de acuerdo en tocar algo y yo lo estableceré en la tierra. (N.T.: Mateo 18:19) Los dos que se ponen de acuerdo son Tú (tu conciencia) y la cosa deseada (aquello que has decidido que sea, al tomar conciencia de ello). Cuando se alcanza este acuerdo, se completa la crucifixión. Los dos se han cruzado o crucificado mutuamente. YO SOY y -eso- (la cosa deseada) se han unido. El YO SOY ahora está clavado sobre la forma de -eso-.
El clavo que te une a la cruz es el clavo de la sensación. El matrimonio místico se consuma ahora y el resultado será el nacimiento de un niño o la resurrección de un hijo que da testimonio de su Padre.
La conciencia está unida-casada a -eso- de lo cual es consciente de ser. El mundo de la expresión es el hijo que confirma esta unión. El día que dejes de ser consciente de ser lo que ahora eres consciente de ser, ese día tu hijo o expresión morirá y volverá al seno de su padre, la conciencia sin rostro y sin forma. Todas las expresiones son el resultado de tales matrimonios místicos. Así que los sacerdotes tienen razón cuando dicen que todos los matrimonios verdaderos se hacen en el Cielo y sólo pueden disolverse en el Cielo. Pero permíteme aclarar esta afirmación diciéndote que el Cielo no es una localidad, es un estado de conciencia.
El Reino de los Cielos está dentro de ti. (N.T.: Lucas 17:21) En el Cielo (la conciencia) Dios es tocado por aquello de o cual tiene conciencia de ser. "¿Quién me ha tocado? Porque percibo que virtud ha salido de mí." (N.T.: Lucas 8:46) En el momento en que este toque (sensación) tiene lugar, se produce un desprendimiento o salida de mí hacia la visibilidad.
El día en que el hombre siente YO SOY libre, YO SOY rico, YO SOY fuerte, Dios (YO SOY) es tocado por estas cualidades o virtudes, y los resultados de tal toque se verán en el nacimiento o resurrección de las cualidades sentidas. Porque el hombre debe tener una confirmación visible de todo lo que tiene conciencia de ser. Ahora sabrás por qué el hombre o la manifestación está siempre hecha a imagen de Dios.
Tu conciencia imagina y exterioriza todo lo que eres consciente de ser.
"YO SOY el Señor y fuera de mí no hay otro Dios." (N.T.: Isaías 45:5,6) “Yo soy la resurrección y la vida.” (N.T.: Juan 11:25)
Ningún otro Dios
"No tendrás otro Dios fuera de mí." (N.T.: Isaías 44:6) Mientras el hombre entretenga la creencia en poderes aparte de sí mismo, se privará a sí mismo del ser que él es. Toda creencia en poderes aparte de tí mismo, ya sea para bien o para mal, se convertirán en los moldes de las imágenes esculpidas a las que adorarás.
La creencia en la potencia de los medicamentos para curar, las dietas para fortalecer, el dinero para asegurar, son los valores o mercaderes que deben ser expulsados del Templo. "Vosotros sois el Templo del Dios vivo." (2 Corintios 6:16) Un Templo hecho sin manos.
Está escrito: "Mi casa será llamada por todas las naciones casa de oración, pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones." (N.T.: Mateo 21:13)
Tus creencias en la potencia de las cosas son los ladrones que te roban. Sólo hay un poder, un Salvador-YO SOY ÉL. Es tu creencia en la cosa y no la cosa misma la que te ayuda. Por lo tanto, deja de transferir el poder que eres a las cosas que te rodean. Afirma tu mismo ser el poder que en tu ignorancia le has dado a otro.
Es más fácil que un camello -cargado como está de los llamados tesoros de la vida- pase por el ojo de la aguja -una pequeña puerta en las murallas de Jerusalén, llamada así por su estrechez- que un rico -el hombre opinante lleno de sus valores humanos- entre en el Reino de los Cielos. (N.T.: Mateo 19:24)
El hombre está tan lleno de valores humanos (riquezas) en cuanto a la razón de las cosas, que no puede, a través de un velo tan oscuro como la sabiduría del hombre, ver que la única razón o valor de cualquier cosa, es que todas las cosas están expresando perfectamente -eso- de lo cual ellos tienen conciencia de ser.
Cuando el hombre se dé cuenta de que la conciencia de una cualidad expresa esa cualidad sin la ayuda de nada más, se convertirá en el hombre pobre, el hombre tonto, quien no tiene ninguna razón para que suceda nada más que -eso- que está sucediendo, él está expresando perfectamente -eso- de lo cual es consciente de ser. Tal persona ha desechado a los mercaderes o a los muchos valores y ha establecido un único valor-conciencia.
El Señor está en su templo sagrado. La conciencia mora dentro de -eso- de lo cual tiene conciencia de ser. YO SOY el-hombre-es el Señor y su Templo. Sabiendo que la conciencia de riqueza produce riqueza, como la conciencia de pobreza produce pobreza, Él perdona a todos los hombres por ser lo que son. Pues todos expresan (sin la ayuda de otro) aquello que tienen conciencia de ser. Él sabe que un cambio de conciencia producirá un cambio de expresión, así que en lugar de compadecerse de los mendigos de la vida en la puerta del templo, él declara: "Plata y oro no tengo -para ti- pero lo que tengo -la conciencia de la libertad- te lo doy." (N.T.: Hechos 3:6) Aviva el don que hay dentro de ti. Deja de mendigar, y afirma que eres eso que estabas mendigando. Haz esto y tú también saltarás de tu mundo lisiado al mundo de la libertad, cantando alabanzas al señor, YO SOY. "Mucho más grande es el que está en ti, que el que está en el mundo." (N.T.: 1 Juan 4:4) Este es el grito de todo aquel que encuentra Su conciencia de ser, ser Dios.
Tu reconocimiento de este hecho limpiará automáticamente el templo de los ladrones y asaltantes y te devolverá ese dominio sobre las cosas que perdiste en el momento en que olvidaste el mandamiento: "¡No tendrás otro Dios fuera de mí!"
Tu Voluntad Es Hecha
"No mi voluntad, sino la tuya sea hecha." (N.T.: Lucas 22:42) Esta resignación no es un fatalismo ciego, sino la comprensión iluminada... "Yo no puedo hacer nada por mí mismo, el Padre dentro de mí Él hace la obra." (N.T.: Juan 5:30) Cuando el hombre desea, intenta hacer aparecer en el tiempo y en el espacio algo que sabe que no existe ahora. Él no es consciente de lo que realmente está haciendo. Pero, lo que realmente hace es esto. Afirma conscientemente: "No poseo las capacidades para expresarlo ahora, pero las adquiriré con el tiempo." En resumen, no soy, pero seré.
El hombre no se da cuenta de que la conciencia es el Padre que hace el trabajo, por lo que intenta expresar lo que no es consciente de ser. Tales luchas están condenadas a la decepción, pues sólo se expresa el presente. Si no soy consciente de ser -eso- que busco, no lo encontraré. Dios (Tu conciencia) es la sustancia y la plenitud de todo. La voluntad de Dios es el reconocimiento de -eso- que es, no de -eso- que será. En lugar de ver esto diciendo: "Tu voluntad sea hecha", vélo como "Tu voluntad, es hecha” (está hecha). Las obras están terminadas. El principio por el cual todas las cosas son hechas visibles es eterno. Aunque, "Los ojos no han visto, ni los oídos han oído, ni ha entrado en los corazones del hombre, las cosas que Dios ha preparado para los que aman la ley." (N.T.: 1 Corintios 2:9)
Cuando un escultor mira un trozo de mármol sin forma, ve enterrada dentro de su ser sin forma, su obra de arte terminada. Así, el escultor, en lugar de realizar su obra maestra, se limita a revelarla, eliminando la parte del mármol que oculta su concepción.
Lo mismo aplica a ti. En tu conciencia sin forma -Yo Soy- está enterrado todo lo que alguna vez concebirás tú mismo ser. El reconocimiento de esta verdad te transformará de un obrero inexperto, que trata de hacerlo así, a un gran artista, que reconoce esto es así.
Tu afirmación de que eres ahora lo que quieres ser, removerá el velo de la oscuridad humana con su-yo- seré y revelará tu afirmación-perfecta-YO SOY-eso.
La voluntad de Dios se expresó en las palabras de la viuda: "Eso está bien." La voluntad del hombre habría sido: "Eso estará bien". Afirmar "yo estaré bien" es decir: "Yo-Soy-Estoy enfermo." Dios, el Eterno ahora, no es burlado por las palabras o la vana repetición. Dios personifica continuamente -eso- que es.
Así, la resignación de Jesús (que se hizo igual a Dios) fue pasar del reconocimiento de la carencia (que el futuro indica con el yo-seré) al reconocimiento de la provisión afirmando: YO SOY -eso-. Ahora verás la sabiduría en las palabras del profeta cuando afirmó: "Que el débil diga, YO SOY fuerte." (Joel 3.10) El hombre en su ceguera no atenderá el consejo del profeta, por lo que, sigue afirmando que es débil, pobre desdichado y todas las demás expresiones indeseables de las que trata de liberarse, afirmando ignorantemente que se librará de ellas.
Sólo hay una puerta a través de la cual -eso- que tú buscas puede entrar en tu mundo. Cuando dices: YO SOY, tú estás declarándote a tí mismo ser en primera persona, en tiempo presente. De nuevo, saber que YO SOY, es ser consciente de ser, la conciencia es la única puerta. Por lo tanto, a menos que seas consciente de ser -eso- que tú buscas, buscas en vano. Si juzgas según las apariencias seguirás esclavizado por la evidencia de tus sentidos. Para romper este hechizo hipnótico de los sentidos se te dice: "entra en tu interior y cierra la puerta." (N.T.: Mateo 6:6) La puerta de los sentidos debe estar bien cerrada antes de que tu nueva afirmación pueda ser honrada. Este cierre de la puerta de los sentidos no es tan difícil como parece al principio. Se hace sin esfuerzo. Es imposible servir a dos amos al mismo tiempo. El Hombre-Maestro sirve a -eso- a lo cual él es consciente de ser. Yo soy Señor y Maestro de -eso- de lo cual yo soy consciente de ser.
No me supone ningún esfuerzo conjurar la pobreza si Soy consciente de ser pobre. Mi siervo la pobreza está obligado a seguirme (conciencia de la pobreza) en tanto YO SOY (El Señor) consciente de ser pobre. En lugar de luchar contra la evidencia de los sentidos, simplemente afirma que eres lo que deseas ser. Al poner tu atención en esta afirmación, la puerta de los sentidos, se cierra automáticamente contra tu antiguo amo, -eso- de lo cual tú eras consciente de ser. A medida que te pierdes en la sensación de ser esto que ahora afirmas que es verdad de ti mismo, las puertas se abren una vez más (pero como has descubierto, sólo permiten entrar el presente, -eso- de lo cual YO SOY ahora consciente de ser) y contemplas tu mundo expresando -eso- que eres consciente de ser.
Por lo tanto, sigamos el ejemplo de Jesús, quien, dándose cuenta de que como hombre no podía hacer nada para cambiar su imagen actual de carencia, cerró la puerta de sus sentidos y se dirigió a su Padre, para quien todo es posible. Habiendo negado la evidencia de sus sentidos, afirmó ser lo que un momento antes sus sentidos le decían que él no era. Sabiendo que la conciencia expresa su semejanza en la tierra, permaneció en la conciencia reivindicada hasta que las puertas (sus sentidos) se abrieron y confirmaron el Gobierno del Señor. Recuerda, YO SOY es el Señor de todo. Nunca vuelvas a utilizar la voluntad del hombre que afirma Yo Seré. Sé tan resignado como Jesús, y afirma: YO SOY eso.
Sé Oído que escucha
"Que estas palabras calen en vuestros oídos, porque el Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres." (N.T.: Lucas 9:44) No seas como los que tienen ojos y no ven, y oídos y no oyen. Que estas revelaciones se hundan en vuestros oídos. Porque después de que el hijo (la idea) se manifieste, el hombre con sus falsos valores (la razón) intentará explicar el por qué y el para qué de la expresión del hijo, y al hacerlo lo hará pedazos. Después de que los hombres hayan acordado que cierta cosa es imposible de hacer, deja que alguien logre la cosa imposible, y todos, incluyendo los sabios que dijeron que no se podía hacer, comenzarán a decir por qué sucedió. Después de que hayan terminado de desgarrar el manto sin costuras (N.T.: Juan 19:23) -causa de la manifestación-, estarán tan lejos de la verdad como lo estaban cuando lo proclamaron imposible.
Mientras el hombre busque la causa de la expresión en otros lugares que no sean el expresador, buscará en vano. Durante miles de años se le ha dicho al hombre: "Yo soy la vida y la luz del mundo. Ninguna manifestación viene a mí salvo que yo la atraiga." (N.T.: Juan 8:12; 11:25; 14:6; 6:44)
Pero el hombre no lo creerá, prefiere creer en causas ajenas a él mismo. En el momento en que lo que no se veía se hace visible, el hombre está dispuesto a explicar la causa y el propósito de su aparición. Así, el Hijo del Hombre -ideas de manifestación- es constantemente destruido por las manos -explicación razonable o sabiduría- del hombre. Ahora que tu conciencia te es revelada como causa de toda expresión, no vuelvas a la oscuridad de Egipto con sus muchos dioses. Sólo hay un Dios. El único Dios es tu conciencia.
"Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada. Y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y entre los habitantes de la tierra, y nadie puede detener su mano, ni decirle: ¿qué haces?" (N.T.: Daniel 4:35) Si todo el mundo estuviese de acuerdo en que una cosa no podría ser hecha, y tú tomaras conciencia de ser eso que han acordado que no se puede expresar, lo expresarías. Tu conciencia nunca pide permiso para expresar -eso- de lo cual tú eres consciente de ser. Lo hace de forma natural y sin esfuerzo, a pesar de la sabiduría del hombre y de la oposición de los ejércitos del cielo y de la tierra.
"No saludes a nadie por el camino", (N.T.: Lucas 10:4) no es una orden de ser insolente o antipático, sino un recordatorio de no reconocer a un superior, ni ver en nadie una barrera a tu expresión. Porque nadie puede detener tu mano ni cuestionar tu capacidad de expresar -eso- que eres consciente de ser. No juzgues según las apariencias de una cosa, porque todo es como nada a los ojos de Dios. Cuando los discípulos, por su juicio de las apariencias, vieron al niño loco, pensaron que era un problema más difícil de resolver que otros que habían visto, y por eso no consiguieron curarlo. Al juzgar según las apariencias olvidaron que todas las cosas eran posibles para Dios. Hipnotizados como estaban a la realidad de las apariencias no podían sentir la naturalidad de la cordura. (N.T.: Ver Mateo 17:19,20) La única manera de evitar tales fracasos es tener constantemente presente que tu conciencia es la presencia todopoderosa y omnisciente que, sin ayuda, exterioriza sin esfuerzo -eso- de lo cual tú eres consciente de ser.
Sé perfectamente indiferente a la evidencia de los sentidos, para que puedas sentir la naturalidad de tu deseo, y tu deseo se realizará. Apártate de las apariencias y siente la naturalidad de la cordura perfecta y la cordura se encarnará. Tu deseo es la solución de tu problema. Cuando el deseo se realiza, el problema se disuelve. Tus deseos son las realidades invisibles que sólo responden a las órdenes de Dios. Dios ordena que lo invisible aparezca afirmando que Él mismo es la cosa ordenada. "Se hizo igual a Dios y no le pareció un robo hacer las obras de Dios." (N.T.: Filipenses 2:6) Ahora, "que esto dicho se hunda profundamente en tu oído": SÉ CONSCIENTE DE SER -ESO- QUE QUIERES QUE APAREZCA.
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