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Una diadema real

Una diadema real

TÚ ENVIASTE ESA CARTA, ¿VERDAD?

USTED envió esa carta esta mañana, ¿no es así? Lo escribiste cuidadosamente, lo dirigiste y lo sellaste, y luego lo dejaste caer en la caja. No tenías una cuerda atada a él, ¿verdad? No, simplemente lo dejaste caer en la caja y seguiste tu camino. No pensabas que la caja era especialmente a prueba de robos, ¿verdad? Y no te preguntaste cómo llegaría de la caja a la oficina de correos, y de la oficina de correos al tren, ¿verdad? No pasaste toda la mañana preocupándote por si el tren llegaría con él, ¿verdad? No, lo dejaste caer alegremente en la caja y lo olvidaste.

Tú enviaste esa oración esta mañana, ¿no es así? Cuidadosamente hiciste tus declaraciones para lo correcto y compensaste los pensamientos erróneos. Dirigiste tu plegaria al Todo Altísimo y al único UNO. Pero, ¿qué hiciste después de haberlo enviado? Tenías una cadena de preocupaciones atada a ella, y seguías tirando de ella hacia ti para ver si no podías agregar otra palabra, o para ver si realmente estaba "hecha". Toda la mañana dudaste, y a la mañana siguiente enviaste otra oración; Pero también estaba atado por una cadena de dudas y temores y no llegó muy lejos.

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