Dosis Mentales
Una mañana de finales de septiembre de 1960, mientras caminaba hacia el este por Post Street en el concurrido centro de San Francisco, tuve la experiencia más extraordinaria en mi desarrollo espiritual.
En agosto de 1962, ante la insistencia de Neville de imprimir un libro como auxiliar útil para la enseñanza, Freedom fue a Laguna Beach, California, donde escribió Sí, quiero en diez días. En Sí, quiero, Freedom escribe
La primera persona soy YO y la primera persona en acción soy YO SOY. Es más grande que todas las creencias, incluso la muerte.
Eso es porque hemos sido programados para sentir ese sentimiento no deseado. por las cosas que hemos dicho... por palabras que explican nuestro descontento con ese evento.
Ahora bien, una creencia real puede ser una mentira, pero es tan sabia como una creencia verdadera. Por eso es muy importante que usted y yo estemos expuestos a la verdad.
¿Cuáles son las tres proposiciones principales que se mencionan al comienzo del texto?
Y yo soy la tierra. Yo debo aprender a plantar como Él plantó, y Él plantó el mundo convirtiéndose en el mundo.
Ahora, hoy me llamó un amigo mío y les cuento la historia que podrán ver. Depende totalmente de usted. Estoy bastante seguro de que ella fue perfectamente inocente
Nadie sana porque tiene un poder distinto al de los otros. Es verdad que puede tener su método y teoría propios, pero solamente existe un único proceso de sanación y ese proceso es la fe.
Sólo hay una causa, y es la conciencia. Tu conciencia es el centro desde el cual tu mundo refleja y hace eco del estado que ocupas actualmente.
Aunque no puedo conceptualizar plenamente el infinito, debo asumir su existencia. El punto es que todas estas versiones infinitas de Pedro coexisten AHORA dentro de la Conciencia, no se suceden unas a otras.
“Cuando las cosas empezaban a ir más despacio, se acordaba de la ley. Recordó que las cosas negativas que estaban sucediendo eran causadas por sus pensamientos, así que los cambió y ahora tiene esta maravillosa oportunidad de expansión”. -Neville Goddard
Y espero que estéis despiertos para reconocer la cosecha igual al tiempo de la siembra. Pero no recordáis la siembra que provocó aquel accidente.