“Él se hizo a sí mismo como Dios” – “Yo y mi Padre uno somos”. Es natural que al hacerse Dios, convirtiéndose en Uno con el Padre, Cristo participó con toda libertad de la naturaleza Divina. En otras palabras, ASUMIÓ la naturaleza de Dios; siguieron las demostraciones de una necesidad: “las señales siguen”. Cuando el hombre hace esta ASUNCIÓN, cuando reconoce que toda la vida es Dios, ASUMIRÁ las cualidades de Dios de forma natural y las encontrará reflejadas en su vida. Entonces no intentará demostrar los diversos atributos de este Poder Invisible, sino que, por ASUNCIÓN, podrá invocarlos para que se manifiesten a su voluntad.

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