Si ahora pudieras pensar en tu Imaginación como el instrumento más sensible del mundo, y compararlo, digamos, con un piano; no puedes concebir un tono o una combinación de tonos que no podría expresar. Y así se puede imaginar, para que sea el dueño del instrumento: es su propio yo.

Esta entrada es solo para suscriptores de pago

Suscríbete ahora y ten acceso a todas nuestras historias, disfruta de contenido exclusivo y mantente al día con actualizaciones constantes.

Suscríbete ahora

¿Ya eres miembro? Iniciar sesión