Se nos dice que "como un hombre piensa en su corazón, él lo es". Pero, ¿sabemos que el pensamiento del hombre sigue las pistas establecidas en sus propias conversaciones internas? Para cambiar las pistas a las que está atado en la dirección en la que quiere ir, debe posponer su conversación anterior, que se llama en la Biblia el Viejo, y renovarse en el espíritu de su mente. El habla es la imagen de la mente; por lo tanto, para cambiar de opinión, primero debe cambiar su discurso. Por "habla" se entiende aquellas conversaciones mentales que tenemos con nosotros mismos.
El mundo es un círculo mágico de infinitas transformaciones mentales posibles. Porque hay un número infinito de posibles conversaciones mentales. Cuando el hombre descubre el poder creativo de hablar interiormente, se dará cuenta de su función y su misión en la vida. Entonces él puede actuar con un propósito. Sin tal conocimiento, actúa inconscientemente. Todo es una manifestación de las conversaciones mentales que tienen en nosotros sin que seamos conscientes de ellas. Pero como seres civilizados, debemos ser conscientes de ellos y actuar con un propósito.
Las conversaciones mentales de un hombre atraen su vida. Mientras no haya un cambio en su conversación interior, la historia personal del hombre sigue siendo la misma. Intentar cambiar el mundo antes de cambiar nuestra conversación interior es luchar contra la naturaleza misma de las cosas. El hombre puede dar vueltas y vueltas en el mismo círculo de decepciones y desgracias, no viéndolas como causadas por su propia conversación interna negativa, sino como causadas por otros.
Esto puede parecer descabellado, pero es un asunto que se presta a la investigación y la experimentación. La fórmula que el químico ilustra no es más segura demostrable que la fórmula de esta ciencia por la que las palabras se visten en realidad objetiva.
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