Debo tomar mi propia mente y controlarla – tomar mi maravillosa imaginación y realmente controlarla y asignarla a propósitos nobles y no permitir que ningún intermediario se interponga entre Dios y yo. Porque el Dios de este mundo es un Dios interno. Él es esa fuerza inevitable que expresa en hechos externos las tendencias latentes del alma, y por eso, si descubro que Dios no puedo permitir que tú hagas mi trabajo por mí. No puedo permitir que coman mi alimento espiritual y esperen crecer espiritualmente. Así que ese es realmente el intento de los nueve capítulos del libro “Tiempo de siembra y cosecha”.
Sal
Y aun Jesús dijo que: ningún hombre que ponga su mano en el arado y MIRA ATRÁS es apto para el reino de Dios.