Capítulos
Prólogo
Si una persona quiere beneficiarse de la lectura de este libro, es necesaria la comprensión.
Existen dos grandes corrientes de pensamiento en el mundo. La gran masa de personas del mundo Occidental está moldeada para una forma de pensar extrovertida: Una vasta fabricación de conocimientos, que son modificados constantemente mientras el individuo continúa combinando los llamados conocimientos de su prójimo.
Una pequeña minoría consigue separarse de estos pensamientos moldeados y escapar al ámbito del pensamiento en el que su propia conciencia gobierna como una autoridad. Esta minoría desarrolla una actitud espiritual claramente definida hacia la vida.
Este estado de conciencia puede conseguirse, sin duda, a través de la fe, pero el verdadero significado de la fe, y su potencial ilimitado, han desempeñado un papel tan pequeño en esta forma de pensar extrovertida, que se ha convertido en un obstáculo en nuestra época actual de la vida. Es prácticamente desconocida para la gran mayoría.
La mejor manera de conseguir tener una idea clara de lo que es una conciencia gobernada por la fe es familiarizándonos íntimamente con la literatura bíblica del mundo. Esta es la única literatura que ha pasado la prueba del tiempo. Todos los demás escritos se convierten rápidamente en verdades anticuadas. Cada afirmación pronunciada o cada hecho registrado en la gran masa de escritos del mundo es una connotación de la sólida literatura bíblica.
El verdadero mensaje de este libro está formado por repetidas instrucciones directas sobre cómo enfocar la literatura bíblica y cómo interpretarla para llegar a tener una comprensión clara de la fe y de su influencia ilimitada en la conciencia individual.
Un dato por sí solo, que se presenta enérgicamente en las enseñanzas de Neville, habla de su integridad, es decir, que se puede ayudar a la persona con un enfoque comprensible de esta literatura y de sus efectos en la conciencia, pero una vez que se ha conseguido una comprensión suficiente, su interpretación depende enteramente de la persona. Para ir más lejos en este punto, el autor señala simplemente que sus propios escritos deberían ser estudiados repetidamente hasta que se consiga un enfoque iluminado de la Biblia.
En este estudio, es posible que las lecturas y los significados decididos estén lejanos en el tiempo, haciendo que sea necesario fijar definitivamente las impresiones iniciales en la conciencia.
Es mediante la acumulación de estos estados de conciencia fijados, decididos con precisión, que el autor desarrolla gradualmente, que la comprensión de la fe se desarrolla paralelamente a la comprensión de uno mismo.
Scott R. Edwards, licenciado en Ciencias, doctor en medicina, miembro del Colegio Norteamericano de Cirujanos.
La Fe del Hombre en Dios se mide por su confianza en sí mismo.
Capítulo 1 Antes Que Abraham Fuese
“De cierto, de cierto te digo, antes que Abraham fuese, YO SOY.” (Juan 8:58) "En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios." (Juan 1:1)
En el principio era la conciencia incondicionada de ser, y la conciencia incondicionada de ser se condicionó imaginándose a sí misma como algo, y la conciencia incondicionada de ser se convirtió en lo que se había imaginado ser; así comenzó la creación.
A través de esta ley -primero concibiendo, luego convertiéndose en eso concebido- todas las cosas evolucionan hacia fuera de la No-cosa; y sin esta secuencia no hay algo hecho que sea hecho.
Antes que Abraham o el mundo fuese, YO SOY. Cuando la totalidad del tiempo deje de ser, YO SOY. YO SOY la conciencia de ser sin forma concibiéndome a mí mismo ser hombre. A través de mi ley eterna de ser, yo estoy compelido a ser y expresar todo lo que creo yo mismo ser.
YO SOY la No-cosaidad eterna conteniendo dentro de mi ser sin forma la capacidad de ser todas las cosas. YO SOY ese en el que todas mis concepciones de mí mismo viven, se mueven y tienen su ser, y aparte del cual ellas no son.
Habito dentro de cada concepción de mí mismo, desde esta interioridad, siempre intento trascender todas las concepciones de mí mismo. A través de la misma ley de mi ser, trasciendo mis concepciones de mí mismo, sólo cuando yo mismo creo ser ese que trasciende.
YO SOY la ley de ser y además de Mi no hay ley. Yo Soy ese yo soy.
Capítulo 2 Tú Decretarás
“Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que realizará lo que me place, y prosperará en la cosa a la que la envié.” (Isaías 55:11)
El hombre puede decretar una cosa y sucederá.
El hombre siempre ha decretado lo que ha aparecido en su mundo. Hoy está decretando lo que está apareciendo en su mundo y continuará haciéndolo mientras el hombre sea consciente de ser hombre.
Nada ha aparecido en el mundo del hombre, sino lo que el hombre ha decretado que debería. Tú puedes negar esto, pero intenta, igual tú no podrás refutarlo porque este decreto se basa en un principio inmutable. El hombre no ordena que aparezcan cosas con sus palabras, que son, a menudo, una confesión de sus dudas y temores. El decreto siempre es hecho en la conciencia.
Todo hombre expresa automáticamente -eso- de lo cual es consciente de ser. Sin esfuerzo o el uso de palabras, en cada momento del tiempo, el hombre está comandándose ser y poseer -eso- de lo cual es consciente de ser y poseer.
Este principio de expresión inmutable se dramatiza en todas las Biblias del mundo. Los escritores de nuestros libros sagrados eran místicos iluminados, antiguos maestros del arte de la psicología. Al contar la historia del alma, personificaron este principio impersonal en la forma de un documento histórico tanto para preservarlo como para ocultarlo de los ojos de los no-iniciados.
Hoy aquellos a quienes se les ha confiado este gran tesoro, a saber, los sacerdotes del mundo, han olvidado que las Biblias son dramas psicológicos que representan la conciencia del hombre; en su olvido ciego, ahora enseñan a sus seguidores a adorar a sus personajes como hombres y mujeres que realmente vivieron en el tiempo y el espacio.
Cuando el hombre ve la Biblia como un gran drama psicológico con todos sus personajes y actores como las cualidades y atributos personificados de su propia conciencia, entonces, y sólo entonces, la Biblia le revelará la luz de su simbología. Este principio impersonal de la vida que hizo todas las cosas se personifica como Dios. Este Señor Dios, creador del cielo y de la tierra, es descubierto ser la conciencia de ser del hombre. Si el hombre estuviera menos atado a la ortodoxia y fuera más intuitivamente observador, no podría dejar de notar en la lectura de las Biblias que la conciencia de ser se revela cientos de veces en toda esta literatura. Para nombrar algunos: "YO SOY me ha enviado a vosotros." (N.T.: Éxodo 3:14) "Quédate quieto y sabe que YO SOY Dios." (N.T.: Salmo 46:10) "YO SOY el Señor y no hay otro Dios." (N.T.: Isaías 45:6) "YO SOY el pastor." (N.T.: Juan 10:11) "YO SOY la puerta." (N.T.: Juan 10:9) "YO SOY la resurrección y la vida." (N.T.: Juan 11:25) "YO SOY el camino." (N.T.: Juan 14:6) "YO SOY el principio y el fin." (N.T.: Revelaciones 22:13)
YO SOY, la conciencia incondicionada de ser del hombre, es revelada como Señor y creador de cada estado condicionado de ser. Si el hombre renunciara a su creencia en un Dios aparte de sí mismo, reconocería a su conciencia de ser, ser Dios -esta conciencia modelada por él mismo a semejanza e imagen de su concepción de sí mismo-, transformaría su mundo de un estéril desperdicio a un campo fértil de su propio gusto.
El día que el hombre haga esto, sabrá que él y su Padre son uno, pero su Padre es más grande que él. Sabrá que su conciencia de ser es una con lo que es consciente de ser, pero que su conciencia incondicionada de ser es mayor que su estado condicionado o su concepción de sí mismo.
Cuando el hombre descubre que su conciencia es el poder impersonal de expresión, que se personifica eternamente en sus concepciones de sí mismo, asumirá y se apropiará de ese estado de conciencia que desea expresar, al hacerlo, se convertirá en ese estado en expresión.
"Decretarás una cosa y sucederá"... (N.T.: Job 22:28) ahora puede ser dicho de esta manera: Serás consciente de ser o poseer una cosa y expresarás o poseerás -eso- de lo cual eres consciente de ser.
La ley de la conciencia es la única ley de expresión, "YO SOY el camino." "YO SOY la resurrección." La conciencia es el camino y el poder que resucita y expresa todo lo que el hombre será alguna vez consciente de ser.
Apártate de la ceguera del hombre no-iniciado que intenta expresar y poseer esas cualidades y cosas que no es consciente de ser y poseer; y sé como el místico iluminado que decreta sobre la base de esta ley inmutable. Conscientemente afirma tú mismo ser -eso- que buscas; aprópiate de la consciencia de -eso- que tú ves; y también conocerás el estado del verdadero místico, como sigue:
Me hice consciente de serlo. Aún estoy consciente de serlo. Y continuaré siendo consciente de serlo hasta que eso de lo que soy consciente de ser sea perfectamente expresado.
Sí, decretaré una cosa y sucederá.
Capítulo 3 El Principio De La Verdad
“Conocerás la verdad, y la verdad te hará libre.” (Juan 8:32)
"Conocerás la verdad y la verdad te hará libre." La verdad que libera al hombre es el conocimiento de que su conciencia es la resurrección y la vida, que su conciencia resucita y da vida a todo lo que él es consciente de ser. Aparte de la conciencia no hay resurrección ni vida.
Cuando el hombre abandona su creencia en un Dios aparte de sí mismo y comienza a reconocer a su conciencia de ser, ser Dios; como lo hicieron Jesús y los profetas, transformará su mundo al darse cuenta: "Yo y mi Padre somos uno, pero mi Padre es más grande que yo." (N.T.: Juan 10:29,30) Él sabrá que su conciencia es Dios y aquello de lo cual él es consciente de ser es el hijo dando testimonio de Dios, el Padre.
El concebidor y la concepción son uno, pero el concebidor es mayor que su concepción. Antes de que Abraham fuese YO SOY. (N.T.: Juan 8:58) Sí, YO era consciente de ser antes de ser consciente de ser hombre, y en ese día, cuando deje de ser consciente de ser hombre, aún seré consciente de ser.
La conciencia de ser no depende de ser algo. Precedió a todas las concepciones de sí mismo y será cuando todas las concepciones de sí mismo dejen de ser. "YO SOY el principio y el fin." (N.T.: Revelaciones 22:13) Es decir, todas las cosas o concepciones de mí mismo comienzan y terminan en mí, pero Yo, la conciencia sin forma, permanezco para siempre.
Jesús descubrió esta gloriosa verdad y se declaró a Sí mismo ser uno con Dios, no el Dios que el hombre había modelado, porque Él nunca reconoció a tal Dios. Jesús descubrió que Dios era su conciencia de ser y entonces le dijo al hombre que el Reino de Dios y el Cielo están dentro. (N.T.: Lucas 17:21)
Cuando se registra que Jesús dejó el mundo y fue a Su Padre, (N.T.: Juan 16:28) simplemente afirma que Él giró su atención del mundo de los sentidos y se elevó en la conciencia a ese nivel que Él deseaba expresar. Allí permaneció hasta que se hizo uno con la conciencia a la que ascendió. Cuando regresó al mundo del hombre, pudo actuar con la seguridad positiva de -eso- que Él era consciente de ser, un estado de conciencia que nadie más que Él mismo sentía o sabía que Él poseía. El hombre que ignora esta ley eterna de expresión contempla tales acontecimientos como milagros.
Elevar la conciencia al nivel de lo deseado y permanecer allí hasta que ese nivel se convierta en tu naturaleza es el camino de todos los aparentes milagros. "Y yo, si me elevo, atraeré a todos los hombres hacia mí." (N.T.: Juan 12:32) Si yo me elevo en conciencia a la naturalidad de la cosa deseada, atraeré la manifestación de ese deseo hacia mí.
"Ningún hombre viene a mí, excepto que el Padre dentro de mí lo atraiga, y yo y mi Padre somos uno."
(N.T.: Juan 6:44) Mi conciencia es el Padre que atrae la manifestación de la vida hacia mí. La naturaleza de la manifestación está determinada por el estado de conciencia en el que habito. Siempre estoy atrayendo a mi mundo -eso- de lo cual yo soy consciente de ser.
Si no estás satisfecho con tu expresión actual de vida, entonces debes nacer de nuevo. El renacimiento es la caída de ese nivel con el que no estás satisfecho y el ascenso a ese nivel de conciencia que deseas expresar y poseer.
No puedes servir a dos maestros o estados de conciencia opuestos al mismo tiempo. Tomando tu atención de un estado y colocándola sobre el otro, mueres a aquel del que la has tomado y vives y expresas al que estás unido.
El hombre no puede ver cómo sería posible expresar -eso- que desea ser mediante una ley tan simple como adquirir la conciencia de lo deseado. La razón de esta falta de fe por parte del hombre es que él mira el estado deseado a través de la conciencia de sus limitaciones actuales. Por lo tanto, naturalmente lo ve como imposible de lograr.
Una de las primeras cosas que el hombre debe darse cuenta es que es imposible, al tratar con esta ley espiritual de la conciencia, poner vino nuevo en odres viejos o parches nuevos en prendas viejas. Es decir, no puedes llevar ninguna parte de la conciencia actual al nuevo estado. Porque el estado buscado es completo en sí mismo y no necesita parches. Cada nivel de conciencia se expresa automáticamente.
Ascender al nivel de cualquier estado es convertirse automáticamente en ese estado de expresión. Pero, para alcanzar el nivel que no estás expresando ahora, debes abandonar por completo la conciencia con la que ahora estás identificado. Hasta que no abandones tu conciencia actual, no podrás elevarte a otro nivel. No te desanimes. Dejar de lado tu identidad actual no es tan difícil como parece. La invitación de las Escrituras...
"Estar ausente del cuerpo y estar presente con el Señor" (N.T.: 2 Corintios 5:8), no se da a unos pocos elegidos; es un llamado radical a toda la humanidad. El cuerpo del que te invitan a escapar es tu concepción actual de ti mismo con todas sus limitaciones, mientras que el Señor con quien debes estar presente es tu conciencia de ser.
Para lograr esta hazaña aparentemente imposible, alejas tu atención de tu problema y la pones solo en ser. Dices en silencio pero con sentimiento, "YO SOY". No condiciones esta conciencia, sino continúa declarando en voz baja: "YO SOY - YO SOY". Simplemente siente que no tienes rostro ni forma y continúa haciéndolo hasta que te sientas flotando.
"Flotar" es un estado psicológico que niega completamente lo físico. Mediante la práctica de la relajación y la negativa voluntaria a reaccionar a las impresiones sensoriales, es posible desarrollar un estado de conciencia de pura receptividad. Es un logro sorprendentemente fácil. En este estado de desapego completo, una singularidad definida de pensamiento intencional puede grabarse indeleblemente en tu conciencia sin modificar. Este estado de conciencia es necesario para la verdadera meditación.
Esta maravillosa experiencia de ascender y flotar es la señal de que estás ausente del cuerpo o problema y ahora estás presente con el Señor; en este estado expandido no eres consciente de ser otra cosa que YO SOY - YO SOY; sólo eres consciente de ser.
Cuando esta expansión de conciencia es alcanzada, dentro de esta profundidad sin forma de ti mismo, das forma a la nueva concepción afirmando y sintiéndote ser -eso- que tú, antes de entrar en este estado, deseabas ser. Descubrirás que dentro de esta profundidad sin forma de ti mismo, todas las cosas parecen ser divinamente posibles. Cualquier cosa que sinceramente sientas tu mismo ser, mientras estás en este estado expandido, se convierte con el tiempo, en tu expresión natural.
Y Dios dijo: "Que haya un firmamento en medio de las aguas." (N.T.: Génesis 1:6) Sí, que haya una firmeza o convicción en medio de esta conciencia expandida al saber y sentir que YO SOY -eso-, la cosa deseada.
Cuando afirmas y sientes ser tú mismo la cosa deseada, tú estás cristalizando esta luz líquida sin forma que tú eres en la imagen y semejanza de eso de -eso- que eres consciente de ser.
Ahora que la ley de tu ser te ha sido revelada, comienza este día a cambiar tu mundo revalorizándote a ti mismo. Demasiado tiempo el hombre se ha aferrado a la creencia de que nació del dolor y debe lograr su salvación con el sudor de su frente. Dios es impersonal y no hace acepción de personas. Mientras el hombre continúe caminando en esta creencia de dolor, caminará en un mundo de tristeza y confusión, porque el mundo en cada detalle es la conciencia del hombre cristalizada.
En el Libro de los Números está registrado: "Había gigantes en la tierra y éramos a nuestra vista como saltamontes, y erámos a su vista como saltamontes." (N.T.: Números 13:33)
Hoy es el día, el eterno ahora, cuando las condiciones en el mundo han alcanzado la apariencia de gigantes. Los desempleados, los ejércitos del enemigo, la competencia empresarial, etc., son los gigantes que te hacen sentir como un saltamontes indefenso.
Se nos dijo que nosotros fuimos primero en nuestra propia vista saltamontes indefensos y, debido a esta concepción de nosotros mismos, éramos para el enemigo saltamontes indefensos.
Podemos ser para otros sólo lo que somos para nosotros mismos. Por lo tanto, a medida que nos revalorizamos y comenzamos a sentirnos como el gigante, un centro de poder, cambiamos automáticamente nuestra relación con los gigantes, reduciendo a estos antiguos monstruos a su verdadero lugar, haciéndolos parecer ser los saltamontes indefensos.
Pablo dijo de este principio: "Es una locura para los griegos (o los llamados sabios del mundo); y para los judíos (o los que buscan señales) un obstáculo" (N.T.: 1 Corintios 1:23); con el resultado de que el hombre continúa caminando en la oscuridad en lugar de despertar a la realización: "YO SOY la luz del mundo." (N.T.: Juan 8:12)
El hombre ha adorado durante tanto tiempo las imágenes de su propia creación que al principio encuentra esta revelación blasfema, pero el día que el hombre descubre y acepta este principio como la base de su vida, ese día el hombre mata su creencia en un dios aparte de sí mismo.
La historia de la traición de Jesús en el Jardín de Getsemaní es la ilustración perfecta del descubrimiento del hombre de este principio. Se nos dice que las multitudes armadas con palos y antorchas buscaron a Jesús en la oscuridad de la noche. Mientras preguntaban por el paradero de Jesús (salvación), la voz respondió: "YO SOY"; con lo cual toda la multitud cayó al suelo. Al recuperar la compostura, nuevamente pidieron que se les mostrara el escondite del salvador y nuevamente el salvador dijo: "Te he dicho que YO SOY, por lo tanto si me buscas deja ir a todos los demás." (N.T.: Juan 18:8)
El hombre en la oscuridad de la ignorancia humana se embarca en su búsqueda de Dios, ayudado por la luz parpadeante de la sabiduría humana. Cuando esto es revelado al hombre, que su YO SOY o su conciencia de ser es su salvador, el impacto es tan grande que mentalmente cae al suelo, cada creencia que alguna vez ha entretenido cae al darse cuenta de que su conciencia es el único y solo salvador. El conocimiento de que su YO SOY es Dios obliga al hombre a dejar ir a todos los demás porque le resulta imposible servir a dos Dioses. El hombre no puede aceptar su conciencia de ser como Dios y al mismo tiempo creer en otra deidad. Con este descubrimiento, el oído o audición humana del hombre (la comprensión) es cortada por la espada de la fe (Pedro) a medida que su audición disciplinada perfecta (comprensión) es restaurada por (Jesús) el conocimiento de que YO SOY es el Señor y Salvador.
Antes de que el hombre pueda transformar su mundo, primero debe establecer este fundamento o comprensión: YO SOY el Señor. (N.T.: Isaías 48:17) El hombre debe saber que su conciencia de ser es Dios. Hasta que esto se establezca firmemente de modo que ninguna sugerencia o argumento de otros pueda sacudirlo, se encontrará regresando a la esclavitud de su antigua creencia. "Si no creéis que YO SOY Él, moriréis en vuestros pecados." (N.T.: Juan 8:24) A menos que el hombre descubra que su conciencia es la causa de cada expresión de su vida, continuará buscando la causa de su confusión en el mundo de los efectos, y así morirá en su búsqueda infructuosa.
"YO SOY la vid y ustedes son las ramas." (N.T.: Juan 15:5) La conciencia es la vid y lo que eres consciente de ser es como ramas que alimentas y mantienes con vida. Del mismo modo que una rama no tiene vida, excepto que esté enraizada en la vid, las cosas tampoco tienen vida, excepto que seas consciente de ellas. Así como una rama se marchita y muere si la savia de la vid deja de fluir hacia ella, las cosas y las cualidades desaparecen si les quitas tu atención; porque tu atención es la savia de vida que sostiene la expresión de tu vida.
Capítulo 4 ¿A Quién Buscas?
“Te he dicho que YO SOY; pues si a mi me buscas, deja a estos seguir su camino.” (Juan 18:8) “Tan pronto como les había dicho, YO SOY, retrocedieron y cayeron al suelo.” (Juan 18:6)
Hoy se dice tanto sobre Maestros, Hermanos Mayores, Adeptos e iniciados que innumerables buscadores de la verdad están siendo engañados constantemente al buscar estas luces falsas. Por un precio, la mayoría de estos pseudo-maestros ofrecen a sus estudiantes iniciación en los misterios, prometiéndoles orientación y dirección, la debilidad del hombre por los líderes, así como su adoración a los ídolos, lo convierten en una presa fácil de estas escuelas y maestros. Lo bueno vendrá a la mayoría de estos estudiantes matriculados; ellos descubrirán después de años de esperar y sacrificarse que estaban siguiendo un espejismo. Luego volverán desilusionados de sus escuelas y maestros, y esta decepción habrá valido el esfuerzo y el precio que han pagado por su búsqueda infructuosa. Ellos entonces dejarán de adorar al hombre y al hacerlo descubrirán que lo que están buscando no se encuentra en otro, porque el Reino de los Cielos está dentro. (N.T.: Lucas 17:21) Esta realización será su primera iniciación real. La lección aprendida será ésta: Sólo hay un Maestro y este Maestro es Dios, el YO SOY dentro de sí mismos.
"YO SOY el Señor tu Dios que te sacó de la tierra de las tinieblas; de la casa de la esclavitud." (N.T.: Éxodo 20:2) YO SOY, tu conciencia, es el Señor y Maestro y, además de tu conciencia, no hay Señor ni Maestro. Tú eres el Maestro de todo lo que serás alguna vez consciente de ser.
Tú sabes que tú eres, ¿no es así? Sabiendo que, tú eres, es el Señor y Maestro de eso de lo cual tú sabes que tú eres. Tú podrías estar completamente aislado por el hombre de eso que eres consciente de ser; sin embargo, a pesar de todas las barreras humanas, atraerías sin esfuerzo todo aquello de lo cual tú eras consciente de ser. El hombre que es consciente de ser pobre no necesita la ayuda de nadie para expresar su pobreza. El hombre que es consciente de estar enfermo, aunque aislado en el área a prueba de gérmenes más sellada herméticamente del mundo, expresaría la enfermedad. No hay barrera para Dios, porque Dios es tu conciencia de ser. Independientemente de lo que seas consciente de ser, puedes expresarlo y lo haces sin esfuerzo. Deja de buscar al Maestro por venir; él está contigo siempre. "YO SOY-ESTOY contigo siempre hasta el fin del mundo." (N.T.: Mateo 28:20)
Tú te sabrás ser, de tiempo en tiempo, muchas cosas, pero no necesitas ser algo para saber que tú eres.
Tú puedes, si así lo deseas, desenredarte del cuerpo que llevas puesto, al hacerlo, te das cuenta que eres una conciencia sin rostro, sin forma y que tú eres independiente de la forma que tú expresas. Tú sabrás que tú eres, también descubrirás que este saber que tú eres es Dios, el Padre, el cual precedió a todo aquello de lo que alguna vez supiste tú mismo ser. Antes de que el mundo fuese, tú eras consciente de ser y entonces tú estabas diciendo "YO SOY", y YO SOY seré, después de que todo lo que sabes que eres deje de ser.
No hay Maestros Ascendidos. Destierra esta superstición. Siempre te elevarás de un nivel de conciencia (maestro) a otro; al hacerlo, tú manifiestas el nivel ascendido, expresando esta conciencia recién adquirida.
Siendo la conciencia el Señor y el Maestro, eres el Mago Maestro conjurando lo que ahora eres consciente de ser. "Porque Dios (la conciencia) llama a las cosas que no son como si lo fuesen." (N.T.: Romanos 4:17) Las cosas que no se ven ahora se verán en el momento en que seas consciente de ser lo que no se ve ahora.
Esta elevación de un nivel de conciencia a otro es la única ascensión que experimentarás. Ningún hombre puede elevarte al nivel que deseas. El poder de ascender está dentro de ti mismo, es tu conciencia. Tú te apropias de la conciencia del nivel que deseas expresar al afirmar que ahora estás expresando ese nivel. Esta es la ascensión. Es ilimitada, ya que nunca agotarás tu capacidad de ascender. Apártate de la superstición humana de la ascensión con sus creencias en los maestros, y encuentra al maestro único y eterno dentro de ti.
"Mucho más grande es el que está en ti que el que está en el mundo." (N.T.: 1 Juan 4:4) Cree esto. No continúes en la ceguera, siguiendo el espejismo de los maestros. Te aseguro que tu búsqueda sólo puede terminar en decepción.
"Si me niegas (tu conciencia de ser), yo también te negaré." (N.T.: Mateo 10:33) "No tendrás otro Dios a mi lado."
(N.T.: Deuteronomio 5:7) "Quédate quieto y sabe que YO SOY Dios." (N.T.: Salom 46:10) "Venid a probarme y veréis si no os
abro las ventanas del Cielo y os derramo una bendición, que no habrá sitio suficiente para recibirla." (N.T.: Malaquías 3:10)
¿Crees que el YO SOY es capaz de hacer esto? Entonces afirma YO SOY eso que tú quieres ver derramado. Afirma tú mismo ser eso que tú quieres ser y eso tú serás. No a causa de los maestros, yo te lo daré, porque tú ME has reconocido (a tí mismo) ser ése, te lo daré porque YO SOY todas las cosas para todos.
Jesús no permitiría ser llamado Él mismo Buen Maestro. Él sabía que solo hay un único bueno y único maestro. Él sabía que este único es Su Padre en el Cielo, la conciencia de ser. "El Reino de Dios" (Bueno) (N.T.: Good – Bueno en inglés y God – Dios en inglés) y el Reino de los Cielos están dentro de ti.
Tu creencia en los maestros es una confesión de tu esclavitud. Sólo los esclavos tienen amos (N.T.: Masters en inglés es tanto Maestro como Amo). Cambia tu concepción de ti mismo y, sin la ayuda de los maestros o cualquier otra persona, transformarás automáticamente tu mundo para ajustarte a tu nueva concepción de ti mismo.
En el Libro de los Números se te dice que hubo un momento en que los hombres eran en sus propios ojos como saltamontes y debido a esta concepción de sí mismos, vieron gigantes en la tierra. Esto es tan cierto para el hombre hoy como lo fue el día en que fue registrado. La concepción del hombre de sí mismo es tan parecida a un saltamontes que automáticamente hace que las condiciones a su alrededor parezcan gigantescas; en su ceguera, clama por maestros que lo ayuden a luchar contra sus gigantes problemas.
Jesús trató de mostrarle al hombre que la salvación estaba dentro de sí mismo y le advirtió que no buscara a su salvador en lugares o personas. Si alguien viene a decir mira aquí o mira allá, no le creas, porque el Reino de los Cielos está dentro de ti. (N.T.: Lucas 17:21)
Jesús no solo se negó a permitirse ser llamado Buen Maestro, advirtió a sus seguidores: "No saluden a ningún hombre a lo largo de la carretera." Dejó en claro que no deben reconocer a ninguna autoridad o superior que no sea Dios, el Padre.
Jesús estableció la identidad del Padre como la conciencia de ser del hombre. "Mi Padre y yo somos uno, pero mi Padre es más grande que yo." (N.T.: Juan 10:29,30) YO SOY uno con todo lo que yo soy consciente de ser. YO SOY más grande que eso que yo soy consciente de ser. El creador es siempre más grande que su creación.
"Así como Moisés levantó a la serpiente en el desierto, así también debe ser levantado el Hijo del Hombre." (N.T.: Juan 3:14) La serpiente simboliza la concepción actual del hombre de sí mismo como un gusano del polvo, viviendo en el desierto de la confusión humana. Justo cuando Moisés se levantó de su concepción de gusano del polvo de sí mismo para descubrir que Dios era su conciencia de ser. "YO SOY me ha enviado", así debes ser elevado. El día que afirmes, como lo hizo Moisés, "YO SOY el que SOY", ese día tu afirmación florecerá en el desierto.
Tu conciencia es el maestro mago quien conjura todas las cosas siendo eso que él conjuraría. Este Señor y Maestro que eres puede y hace que todo lo que tú eres consciente de ser aparezca en tu mundo.
"Ningún hombre (manifestación) viene a mí salvo que mi Padre, lo atraiga y yo y mi Padre somos uno." (N.T.: Juan 6:44) Constantemente estás atrayendo hacia ti -eso- que eres consciente de ser. Cambia tu concepción de ti mismo de aquella de esclavo a aquella de Cristo. No te avergüences de hacer esta afirmación, sólo cuando afirmes... "YO SOY Cristo", harás las obras de Cristo.
“Las obras que hago haréis también, y aún mayores que éstas haréis, porque Yo voy al Padre.” (N.T.: Juan 14:12) "Él se hizo igual a Dios y descubrió que no era un robo hacer las obras de Dios." (N.T.: Filipenses 2:6) Jesús sabía que cualquiera que se atreviera a afirmar ser él mismo Cristo asumiría automáticamente las capacidades para expresar las obras de su concepción de Cristo. Jesús también sabía que el uso exclusivo de este principio de expresión no se le daba solo a Él. Se refería constantemente a Su Padre en el Cielo. Él indicó que Sus obras no sólo serían igualadas sino que serían superadas por aquel que se atreviera a concebirse a sí mismo como más grande de lo que Él (Jesús) se había concebido a sí mismo.
Jesús, indicando que Él y Su Padre eran uno, pero que Su Padre era más grande que Él, reveló que Su conciencia (Padre) era uno con -eso- que estaba consciente de ser. Él se encontró a Sí mismo como Padre o conciencia, ser más grande que lo que Él como Jesús era consciente de ser. Tú y tu concepción de ti mismo son uno. Siempre eres más grande que cualquier concepción que tú alguna vez puedas tener de ti mismo.
El hombre falla en hacer las obras de Jesucristo porque intenta realizarlas desde su nivel actual de conciencia. Tú nunca podrás trascender tus logros actuales a través del sacrificio y la lucha. Tu presente nivel de conciencia sólo será trascendido cuando tú abandones el estado actual y asciendas a un nivel superior.
Tú asciendes a un nivel superior de conciencia al quitar tu atención de tus limitaciones actuales y colocándola sobre -eso- que tú deseas ser. No intentes esto soñando despierto o con ilusiones, sino de manera positiva. Asegúrate ser lo que deseas. Yo Soy eso; sin sacrificio, sin dieta, sin trucos humanos. Todo lo que se te pide es que aceptes tu deseo. Si te atreves a afirmarlo, lo expresarás.
Medita en esto: “No me regocijo en los sacrificios de los hombres. No por fuerza ni por poder sino por mi espíritu. Pedid y se os dará. Ven come y bebe sin precio.” (N.T.: Isaías 1:11; Zacarías 4:6; Mateo 7:7; Isaías 55:1)
Las obras están terminadas. Todo lo que se requiere de tí para que estas cualidades se expresen es la afirmación: YO SOY -eso-. Afirma tú mismo ser -eso- que tú deseas ser y -eso- tú serás. Las expresiones siguen a las impresiones, no las preceden. La prueba de que lo eres seguirá a la afirmación de que lo eres, no la precederá.
"Deja todo y sígueme" (N.T.: Lucas 18:22) es una doble invitación para ti. Primero, te invita a alejarte completamente de todos los problemas y, luego, te pide que sigas caminando en la afirmación de que eres lo que deseas ser. No seas la esposa de Lot que mira hacia atrás y se vuelve salada o preservada en el pasado muerto. Sé un Lot que no mira hacia atrás sino que mantiene su visión enfocada en la tierra prometida, lo deseado.
Haz esto y sabrás que has encontrado al maestro, el Maestro Mago, haciendo lo invisible visible a través del comando: "YO SOY ESO."
Capítulo 10 Al Que Tiene
“Por tanto, presta atención, cómo escuchas; porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, le será quitado incluso lo que parece tener.” (Lucas 8:18)
La Biblia, que es el libro psicológico más grande jamás escrito, advierte al hombre ser consciente de lo que escucha; luego sigue esta advertencia con la declaración: "Al que tiene, se le dará, y al que no tiene, se le quitará." Aunque muchos consideran esta declaración como uno de los dichos más crueles e injustos atribuidos a Jesús, sigue siendo una ley justa y misericordiosa basada en el principio de expresión inmutable de la vida.
La ignorancia del hombre sobre el funcionamiento de la ley no lo excusa ni lo salva de los resultados. La ley es impersonal y, por lo tanto, no hace acepción de personas. El hombre es advertido de ser selectivo en eso que escucha y acepta como verdadero. Todo lo que el hombre acepta como verdadero deja una impresión en su conciencia y con el tiempo debe definirse como prueba o refutación. La audición perceptiva es el medio perfecto a través del cual el hombre registra las impresiones. Un hombre debe disciplinarse para escuchar sólo lo que quiere escuchar, independientemente de los rumores o la evidencia de sus sentidos en sentido contrario. Ya que él condiciona su audición perceptiva, reaccionará sólo ante aquellas impresiones que haya decidido. Esta ley nunca falla. Totalmente condicionado, el hombre se vuelve incapaz de escuchar otra cosa que no sea aquello que contribuye a su deseo.
Dios, como has descubierto, es esa conciencia incondicionada la cual te da todo aquello de lo que tú eres consciente de ser. Ser consciente de ser o tener algo es ser o tener eso que eres consciente de ser. Sobre este principio inmutable todas las cosas descansan. Es imposible que algo sea distinto de lo que eres consciente de ser. "Al que tiene (eso que él es consciente de ser) se le dará." Bueno, malo o indiferente, no importa, el hombre recibe multiplicado por cien eso de lo cual él es consciente de ser. De acuerdo con esta ley inmutable, "Al que no tiene, se le quitará y se agregará al que tiene", los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres. Sólo puedes magnificar eso de lo cual tú eres consciente de ser.
Todas las cosas gravitan hacia esa conciencia con la que ellos están en sintonía. Del mismo modo, todas las cosas se separan de esa conciencia con la que están fuera de sintonía. Divide la riqueza del mundo por igual entre todos los hombres y en poco tiempo esta división equitativa será como originalmente desproporcionada. La riqueza encontrará su camino de regreso a los bolsillos de aquellos de quienes fue tomada. En lugar de unirte al coro de los disturbios que insisten en destruir a los que tienen, reconoce esta ley de expresión inmutable. Conscientemente defínete a tí mismo como -eso- que tú deseas.
Una vez definida, tu afirmación consciente establecida, continúa con esta confianza hasta que recibas la recompensa. Tan seguro como el día sigue a la noche, cualquier atributo, conscientemente afirmado, se manifestará. Así, lo que para el mundo ortodoxo dormido es una ley cruel e injusta se convierte para el ilustrado en una de las declaraciones de verdad más misericordiosas y justas.
"He venido no para destruir sino para cumplir." (N.T.: Mateo 5:17) Nada es realmente destruido. Cualquier aparente destrucción es el resultado de un cambio en la conciencia. La conciencia siempre ocupa plenamente el estado en que habita. El estado del que se separa la conciencia parece ser destruído para quienes no están familiarizados con esta ley. Sin embargo, esto es sólo preparatorio para un nuevo estado de conciencia. Afirma tú mismo ser eso que tu quieres ocupar plenamente. "Nada se destruye. Todo se cumple." "Al que tiene, se le dará."
Capítulo 11 Navidad
“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y ellos llamarán su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” (Mateo 1:23)
Una de las declaraciones más controvertidas en el Nuevo Testamento se refiere a la concepción virginal y el posterior nacimiento de Jesús, una concepción en la que el hombre no participó. Está registrado que una virgen concibió un hijo sin la ayuda del hombre, luego, en secreto y sin esfuerzo, dio a luz a su concepción. Este es el fundamento sobre el cual descansa toda la cristiandad.
Se le pide al mundo cristiano que crea esta historia,
ya que el hombre debe creer lo increíble para expresar plenamente la grandeza que él es.
Científicamente, el hombre podría estar inclinado a descartar toda la Biblia como falsa porque su razón no le permitirá creer que el nacimiento virginal es fisiológicamente posible, pero la Biblia es un mensaje del alma y debe ser interpretada psicológicamente si el hombre quiere descubrir la verdadera simbología. El hombre debe ver esta historia como un drama psicológico en lugar de una declaración de un hecho físico. Al hacerlo, descubrirá que la Biblia se basa en una ley que, si se aplica, por sí misma dará como resultado una expresión manifiesta trascendiendo sus sueños más salvajes de realización. Para aplicar esta ley de autoexpresión, el hombre debe ser educado en la creencia y disciplinado para mantenerse en la plataforma de que "todas las cosas son posibles para Dios" (N.T.: Marcos 10:27).
Las fechas dramáticas sobresalientes del Nuevo Testamento, a saber, el nacimiento, la muerte y la resurrección de Jesús, fueron cronometradas y fechadas para coincidir con ciertos fenómenos astronómicos. Los místicos que registraron esta historia notaron que en ciertas estaciones del año los cambios beneficiosos en la tierra coincidían con los cambios astronómicos mencionados anteriormente. Al escribir este drama psicológico, han personificado la historia del alma como la biografía de un hombre.Utilizando estos cambios cósmicos, han marcado el nacimiento y la resurrección de Jesús para transmitir que los mismos cambios beneficiosos tienen lugar psicológicamente en la conciencia del hombre a medida que sigue La Ley.
Incluso para aquellos que no lo entienden, la historia de Navidad es una de las historias más bellas jamás contadas. Cuando se desarrolla a la luz de su simbología mística, se revela como el verdadero nacimiento de cada manifestación en el mundo.
Este nacimiento virginal está registrado como teniendo lugar el 25 de diciembre o, como lo celebran ciertas sociedades secretas, en la víspera de Navidad, a la medianoche del 24 de diciembre. Los místicos establecieron esta fecha para marcar el nacimiento de Jesús porque estaba de acuerdo con los grandes beneficios terrenales que significa este cambio astronómico.
Las observaciones astronómicas que llevaron a los autores de este drama a utilizar estas fechas se hicieron en el hemisferio norte; así que desde un punto de vista astronómico, lo contrario sería cierto si se observa desde las latitudes del sur. Sin embargo, esta historia está registrada en el norte y, por lo tanto, se basó en la observación del norte. (N.T.: https://es.wikipedia.org/wiki/Solsticio)
El hombre descubrió muy temprano que el sol desempeñaba un papel muy importante en su vida, que sin el sol la vida física tal como la conocía no podía ser. Entonces, estas fechas más importantes en la historia de la vida de Jesús se basan en la posición del sol como se ve desde la tierra en las latitudes del norte.
Después de que el sol alcanza su punto más alto en los cielos en junio, cae gradualmente hacia el sur, llevándose consigo la vida del mundo vegetal para que en diciembre casi toda la naturaleza se haya detenido. Si el sol continuara cayendo hacia el sur, toda la naturaleza se detendría hasta la muerte. Sin embargo, el 25 de diciembre, el sol comienza su gran movimiento hacia el norte, trayendo consigo la promesa de salvación y vida para el mundo. Cada día, a medida que el sol sale más alto en los cielos, el hombre gana la confianza de ser salvado de la muerte por el frío y el hambre, porque sabe que a medida que avanza hacia el norte y cruza el ecuador, toda la naturaleza se levantará nuevamente, será resucitada de su largo sueño de invierno.
Nuestro día es medido desde la medianoche hasta la medianoche y, dado que el día visible comienza en el este y termina en el oeste, los antiguos dijeron que el día nació de esa constelación que ocupó el horizonte oriental a la medianoche. En la víspera de Navidad, o la medianoche del 24 de diciembre, la constelación de Virgo se eleva en el horizonte oriental. Así está registrado que este sol y salvador del mundo nació de una virgen. También está registrado que esta madre virgen viajaba durante la noche, que se detuvo en una posada y se le dio la única habitación disponible entre los animales y allí en un pesebre, donde los animales se alimentaron, los pastores encontraron al Santo Niño.
Los animales con los que se alojó la Santísima Virgen son los animales sagrados del zodiaco. Allí, en ese círculo de animales astronómicos en constante movimiento, se encuentra la Santa Madre, Virgo, y allí la verán cada medianoche del 24 de diciembre, de pie en el horizonte oriental mientras el sol y salvador del mundo comienza su viaje hacia el norte.
Psicológicamente, este nacimiento tiene lugar en el hombre ese día, cuando el hombre descubre que su conciencia es el sol y el salvador de su mundo. Cuando el hombre sepa el significado de esta declaración mística, "Yo soy la luz del mundo" (N.T.: Juan 8:12), se dará cuenta de que su YO SOY, o conciencia, es el sol de su vida, cuyo sol irradia imágenes sobre la pantalla del espacio. Estas imágenes son en la semejanza de eso de lo cual él, como hombre, es consciente de ser. Por lo tanto, las cualidades y atributos que parecen moverse sobre la pantalla de su mundo son realmente proyecciones de esta luz desde su interior.
Las innumerables esperanzas y ambiciones no realizadas del hombre son las semillas que están enterradas dentro de la conciencia o matriz virgen del hombre. Allí permanecen como las semillas de la tierra, retenidas en los desechos helados del invierno, esperando que el sol se mueva hacia el norte o que el hombre vuelva a saber quién es. Al regresar, se mueve hacia el norte a través del reconocimiento de su verdadero yo al afirmar: "YO SOY la luz del mundo."
Cuando el hombre descubre su conciencia o YO SOY ser Dios, el salvador de su mundo, será como el sol en su paso norte. Todos los impulsos y ambiciones ocultos serán calentados y estimulados a nacer por este conocimiento de su verdadero ser. Afirmará que él es lo que hasta ahora esperaba ser. Sin la ayuda de ningún hombre, se definirá a sí mismo como eso que desea expresar. Descubrirá que su YO SOY es la concepción virginal sin la ayuda del hombre, que todas las concepciones de sí mismo, cuando son sentidas y fijadas en la conciencia, se encarnarán fácilmente como realidades vivas en su mundo.
Un día, el hombre se dará cuenta de que todo este drama tiene lugar en su conciencia, que su conciencia incondicionada o YO SOY es la Virgen María deseando expresar, que a través de esta ley de autoexpresión se define a sí mismo como eso que desea expresar y que sin la ayuda o la cooperación de alguien más, él expresará eso que ha afirmado conscientemente y definido él mismo ser. Entonces comprenderá por qué la Navidad está fijada el 25 de diciembre, mientras que la Pascua es una fecha móvil; por qué sobre la concepción virginal descansa toda la cristiandad; que su conciencia es el útero virgen o la novia del Señor que recibe impresiones como impregnaciones de sí mismo y luego, sin ayuda, encarna estas impresiones como expresiones de su vida.
Capítulo 12 Crucifixión Y Resurrección
“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.”
(Juan 11:25)
El misterio de la crucifixión y la resurrección está tan entretejido que, para que se entiendan completamente, los dos deben explicarse juntos, ya que uno determina al otro. Este misterio está simbolizado en la tierra en los rituales del Viernes Santo y Pascua. Has observado que el aniversario de este evento cósmico, anunciado cada año por la iglesia, no es una fecha fija como lo son otros aniversarios que marcan nacimientos y muertes, sino que este día cambia de año en año, cayendo en algún lugar desde el 22 de marzo hasta el día 25 de abril.
El día de la resurrección se determina de esta manera. El primer domingo después de la luna llena en Aries se celebra como Pascua. Aries comienza el 21 de marzo y termina aproximadamente el 19 de abril. La entrada del sol en Aries marca el comienzo de la primavera. La luna en su tránsito mensual alrededor de la Tierra se formará en algún momento entre el 21 de marzo y el 25 de abril, una oposición al sol, que se llama luna llena. El primer domingo después de que ocurra este fenómeno de los cielos se celebra como Pascua; el viernes anterior a este día se observa como Viernes Santo.
Esta fecha móvil debe indicarle al observador que busque alguna interpretación distinta de la comúnmente aceptada. Estos días no marcan los aniversarios de la muerte y resurrección de un individuo que vivió en la tierra.
Visto desde la tierra, el sol en su paso norte aparece en la temporada de primavera del año para cruzar la línea imaginaria que el hombre llama "el ecuador". Entonces, el místico dice que debe ser cruzado o crucificado para que el hombre pueda vivir. Es significativo que poco después de que ocurra este evento, toda la naturaleza comienza a surgir o resucitar de su largo sueño invernal. Por lo tanto, se puede concluir que esta perturbación de la naturaleza, en esta estación del año, se debe directamente a este cruce. Por lo tanto, se cree que el sol debe derramar su sangre sobre la Pascua.
Si estos días marcaran la muerte y la resurrección de un hombre, serían fijados para que cayeran en la misma fecha todos los años como todos los demás eventos históricos, pero obviamente este no es el caso. Estas fechas no pretendían marcar los aniversarios de la muerte y resurrección de Jesús, el hombre. La
Escritura son dramas psicológicos y revelarán su significado sólo cuando se interpreten psicológicamente.
Estas fechas se ajustan para coincidir con el cambio cósmico que ocurre en esta época del año, marcando la muerte del año anterior y el comienzo o la resurrección del año nuevo o la primavera. Estas fechas simbolizan la muerte y resurrección del Señor; pero este Señor no es un hombre; es tu conciencia de ser. Está registrado que Él dio su vida para que tú pudieras vivir, "YO SOY para que tengas vida y para que la tengas en abundancia." (N.T.: Juan 10:10) La conciencia se mata a sí misma desprendiéndose de -eso- que está consciente de ser de modo que pueda vivir para -eso- que desea ser.
La primavera es la época del año en que los millones de semillas, las cuales yacían todo el invierno enterradas en el suelo, de repente se hacen visibles para que el hombre pueda vivir; y, debido a que el drama místico de la crucifixión y resurrección está en la naturaleza de este cambio anual, se celebra en esta temporada de primavera del año; pero, en realidad, está ocurriendo en cada momento del tiempo. El ser que está crucificado es tu conciencia de ser. La cruz es tu concepción de ti mismo. La resurrección es la elevación a la visibilidad de esta concepción de ti mismo.
Lejos de ser un día de luto, el Viernes Santo debería ser un día de regocijo porque no puede haber resurrección o expresión a menos que primero haya una crucifixión o impresión. Lo que hay que resucitar en tu caso es lo que deseas ser. Para hacer esto debes sentirte como -eso- que deseas. Debes sentir "YO SOY la resurrección y la vida del deseo." YO SOY (tu conciencia de ser) es el poder resucitando y dando vida a eso que en tu conciencia tu deseas ser.
"Dos estarán de acuerdo en tocar alguna cosa y yo lo estableceré en la tierra." (N.T.: Mateo 18:19) Los dos de acuerdo son tú (tu conciencia - la conciencia deseando) y la cosa deseada. Cuando este acuerdo es alcanzado, la crucifixión está terminada; dos se han cruzado o se han crucificado entre sí. YO SOY y ESO -la conciencia y eso de lo que eres consciente de ser- se han unido y son uno; YO SOY ahora clavado o fijado en la creencia de que YO SOY esta fusión. Jesús o YO SOY está clavado en la cruz de - eso-. El clavo que te une a la cruz es el clavo de la sensación. La unión mística ahora está consumada y el resultado será el nacimiento de un hijo o la resurrección de un hijo dando testimonio de su Padre. La conciencia está unida a -eso- que es consciente de ser. El mundo de la expresión es el niño que confirma esta unión. El día que dejes de ser consciente de ser -eso- que ahora eres consciente de ser, ese día tu hijo o expresión morirá y volverá al seno de su padre, la conciencia sin rostro y sin forma.
Todas las expresiones son el resultado de tales uniones místicas. Entonces los sacerdotes tienen razón cuando dicen que los matrimonios verdaderos se hacen en el cielo y sólo se pueden disolver en el cielo. Pero déjame aclarar esta afirmación diciéndote que el cielo no es una localidad; es un estado de conciencia. El reino de los cielos está dentro de ti. (N.T.: Lucas 17:21) En el cielo (conciencia) Dios es tocado por -eso- que él es consciente de ser. "¿Quién me ha tocado? Porque percibo que virtud ha salido de mi." (N.T.: Lucas 8:46) En el momento en que se produce este toque (sensación), se produce una descendencia o una salida de mí hacia la visibilidad.
El día en que el hombre siente "YO SOY libre", "YO SOY rico", "YO SOY fuerte", Dios (YO SOY) es tocado o crucificado por estas cualidades o virtudes. Los resultados de tales toques o crucifixiones se verán en el nacimiento o la resurrección de las cualidades sentidas, ya que el hombre debe tener una confirmación visible de todo lo que es consciente de ser. Ahora sabrás por qué el hombre o manifestación es siempre hecha a imagen de Dios. Tus imágenes de conciencia y exteriorizaciones todo -eso- tú eres consciente de ser.
"YO SOY el Señor y además de mí no hay Dios." (N.T.: Isaías 45:18) “YO SOY la resurrección y la vida.” Te fijarás en la creencia de que eres -eso- que deseas ser. Antes de tener cualquier prueba visible de que lo eres, sabrás, por la profunda convicción que has sentido fijada en tu interior, que lo eres; y así, sin esperar la confirmación de tus sentidos, exclamarás: "Está terminado." Entonces, con una fe nacida del conocimiento de esta Ley inmutable, serás como uno muerto y sepultado; estarás quieto e impasible en tu convicción y seguro de que resucitarás las cualidades que tú has fijado y que estás sintiendo dentro de ti.
Capítulo 13 Las Im-Presiones
“Y así como hemos llevado la imagen de lo terrenal, también llevaremos la imagen de lo celestial.”
(1 Corintios 15:49)
Tu conciencia o tu YO SOY es el potencial ilimitado sobre el cual son hechas las impresiones. Las impresiones son estados definidos presionados sobre tu YO SOY.
Tu conciencia o tu YO SOY puede ser comparada con una película sensible. En estado virgen es potencialmente ilimitada. Puedes impresionar o grabar un mensaje de amor o un himno de odio, una sinfonía maravillosa o un jazz discordante. No importa cuál sea la naturaleza de la impresión; tu YO SOY, sin un solo murmullo, de buena gana recibe y sostiene todas las impresiones.
Tu conciencia es la única referida en Isaías 53:3-7.
"Él es despreciado y rechazado en el hombre; un hombre de tristeza y familiarizado con el dolor: Y
escondimos de él nuestros rostros, fue despreciado y no lo estimamos.”
"Seguramente él ha llevado nuestros dolores y soportado nuestras penas: Sin embargo, lo estimamos condenado, herido por Dios y afligido."
"Pero fue herido por nuestras transgresiones, fue lastimado por nuestras iniquidades: El castigo de nuestra paz fue sobre él; y con sus heridas fuimos nosotros sanados."
"Todos nosotros como ovejas nos hemos extraviado; hemos tomado cada uno su propio camino; y el Señor ha puesto sobre él la iniquidad de todos nosotros."
"Él era oprimido y afligido, aún así no abrió la boca: Él es llevado como un cordero al matadero y como una oveja ante sus esquiladores es tonto, del mismo modo no abrió la boca."
Tu conciencia incondicionada es impersonal; no hace acepción de personas. Sin pensamiento ni esfuerzo, expresa automáticamente cada impresión que es registrada sobre él. No se opone a ninguna impresión que se le imponga, aunque es capaz de recibir y expresar cualquiera y todos los estados definidos, sigue siendo para siempre un potencial inmaculado e ilimitado.
Tu YO SOY es la base sobre la cual descansa el estado definido o la concepción de ti mismo; pero no se define ni depende de tales estados definidos para su existencia. Tu YO SOY no se expande ni se contrae; nada le altera ni le agrega. Antes de cualquier estado definido, ÉL es. Cuando todos los estados dejan de existir, ÉL es. Todos los estados o concepciones definidas de ti mismo son expresiones efímeras de tu ser eterno.
Ser impresionado es ser (I'm-pressed) Yo-Soy-presionado (I AM pressed - Yo soy presionado – primera persona tiempo presente) (N.T.: I'M = I AM = YO SOY. I'm-pressed = Yo soy-presionado - primera persona presente). Todas las expresiones son el resultado de las I'mpresiones. Sólo cuando afirmes tú mismo ser -eso- que deseas ser, expresarás tales deseos. Deja que todos los deseos se conviertan en impresiones de cualidades que son, no de cualidades que serán. Yo Soy (tu conciencia) es Dios y Dios es la plenitud de todo, el Eterno AHORA, YO SOY.
No pienses en el mañana; las expresiones de mañana están determinadas por las impresiones de hoy. "Ahora es el momento aceptado. (N.T.: 2 Corintios 6:2) El Reino de los Cielos está cerca." (N.T.: Mateo 10:7) Jesús (salvación) dijo: "Estoy contigo siempre." (N.T.: Mateo 28:20) Tu conciencia es el salvador que siempre está contigo; pero, si lo niegas, Él también te negará a ti. (N.T.: Mateo 10:33) Tú lo niegas al afirmar que Él aparecerá,
como millones hoy afirman que la salvación está por venir; esto equivale a decir: "No somos salvos." Debes dejar de buscar a tu salvador para que aparezca y comenzar a afirmar que ya estás salvado, y los signos de tus afirmaciones seguirán.
Cuando se le preguntó a la viuda qué tenía en su casa hubo reconocimiento de sustancia; su afirmación fue unas pocas gotas de aceite. Unas pocas gotas se convertirán en un manantial si es apropiadamente afirmado. Tu conciencia magnifica toda consciencia. Afirmar que tendré aceite (alegría) es confesar que tengo medidas vacías. Tales impresiones de falta producen falta. Dios, tu conciencia, no hace acepción de personas. Dios puramente impersonal, esta conciencia de toda existencia, recibe impresiones, cualidades y atributos que definen la consciencia, es decir, tus impresiones.
Todos tus deseos deberían ser determinados por la necesidad. Las necesidades, ya sean aparentes o reales, se cumplirán automáticamente cuando sean bienvenidas con suficiente intensidad de propósito como deseos definidos. Sabiendo que tu conciencia es Dios, debes considerar cada deseo como la palabra hablada de Dios, diciéndote -eso- que es. "Deja al hombre, cuyo aliento está en sus fosas nasales, ¿por qué se le debe tener en cuenta?" (N.T.: Isaías 2:22) Nosotros siempre somos -eso- que es definido por nuestra conciencia. Nunca afirmes, "Seré eso". Que todas las afirmaciones de ahora en adelante sean: "YO SOY eso YO SOY." Antes de preguntar, somos respondidos. La solución de cualquier problema asociado con el deseo es obvia. Cada problema produce automáticamente el deseo de solución.
El hombre es educado en la creencia de que sus deseos son cosas por las cuales él debe luchar. En su
ignorancia, él niega a su salvador que constantemente llama a la puerta de la conciencia para que se le
permita entrar -YO SOY la puerta-. (N.T.: Juan 10:9) ¿No sería tu deseo realizado el salvador de tu problema?
Dejar entrar a tu salvador es la cosa más fácil del mundo. Las cosas deben ser, para dejarse entrar. Eres
consciente de un deseo; el deseo es algo de lo que eres consciente ahora. Tu deseo, invisible, debe ser
afirmado por ti para ser algo real. "Dios llama a las cosas que no son (no se ven) como si fuesen." (N.T.: Romanos 4:17)
Afirmando que YO SOY la cosa deseada, dejé entrar al salvador. "He aquí, estoy a la puerta y llamo: Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo." (N.T.: Revelaciones 3:20) Cada deseo es el toque del salvador en la puerta. Este toque que todo hombre escucha. El hombre abre la puerta cuando dice: "YO SOY Él." Asegúrate de que dejes entrar a tu salvador. Deja que la cosa deseada se presione sobre tí hasta que tú seas i'm-presionado con la ahoridad de tu salvador; luego pronuncias el grito de victoria: "Está terminado." (N.T.: Juan 19:30)
Capítulo 14 Circuncisión
“En quien también sois circuncidados con la circuncisión hecha sin manos; con el despojamiento del cuerpo de los pecados de la carne mediante la circuncisión de Cristo.” (Colosenses 2:11)
La circuncisión es la operación que quita el velo que oculta la cabeza de la creación. El acto físico no tiene nada que ver con el espiritual. Todo el mundo podría estar físicamente circuncidado y, sin embargo, seguir siendo impuros y ciegos líderes de los ciegos. A los espiritualmente circuncidados se les ha quitado el velo de la oscuridad y se conocen a sí mismos como Cristo, La Luz del mundo.
Permíteme ahora realizar la operación espiritual en ti, el lector. Este acto se realiza el octavo día después del nacimiento, no porque este día tenga un significado especial o difiera de alguna manera de otros días, sino que se realiza el octavo día porque ocho es la figura que no tiene principio ni fin. Además, los antiguos simbolizaban el octavo número o letra como un recinto o velo dentro y detrás del cual yacía enterrado el misterio de la creación. Por lo tanto, el secreto de la operación en el octavo día está en consonancia con la
naturaleza del acto, que es revelar la cabeza eterna de la creación, ese algo inmutable en el que todas las cosas comienzan y terminan y, sin embargo, sigue siendo tu ser eterno cuando todas las cosas dejan de ser. Este misterioso algo es tu conciencia del ser.
En este momento eres consciente de ser, pero también eres consciente de ser alguien. Este alguien es el velo que oculta el ser que realmente eres. Primero eres consciente de ser, luego eres consciente de ser hombre. Después de que el velo del hombre se coloca sobre tu ser sin rostro, te vuelves consciente de ser miembro de una determinada raza, nación, familia, credo, etc.. El velo que se levantará en la circuncisión espiritual es el velo del hombre. Pero antes de que esto pueda hacerse, debes cortar las adherencias de raza, nación, familia, etc.. "En Cristo no hay griego ni judío, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer." (Gálatas 3:28) "Debes dejar a tu padre, madre, hermano y seguirme." (N.T.: Lucas 14:26) Para lograr esto, dejas de identificarte con estas divisiones al volverte indiferente a tales afirmaciones. La indiferencia es el cuchillo que corta. La sensación es el lazo que une. Cuando puedas ver al hombre como una gran hermandad sin distinción de raza o credo, entonces sabrás que has cortado estas adherencias. Con estos lazos cortados, todo lo que ahora te separa de tu verdadero ser es tu creencia de que eres hombre.
Para quitar este último velo dejas caer tu concepción de ti mismo como hombre conociéndote sólo como ser. En lugar de la conciencia de "YO SOY hombre", dejas que haya simplemente "YO SOY", sin rostro, sin forma y sin figura. Estás circuncidado espiritualmente cuando la conciencia de hombre se cae y tu conciencia incondicionada de ser se te revela como la cabeza eterna de la creación, una presencia que todo lo sabe, sin forma, sin rostro. Luego, develado y despierto, declararás y sabrás que YO SOY es Dios y además de mí, esta conciencia, no hay Dios.
Este misterio se cuenta simbólicamente en la historia bíblica de Jesús lavando los pies de sus discípulos. Está registrado que Jesús dejó a un lado sus vestiduras, tomó una toalla y se la ciñó. Luego, después de lavar los pies de sus discípulos, los limpió con la toalla con la que estaba ceñido. Pedro protestó por el lavado de sus pies y le dijeron que a menos que sus pies fuesen lavados no tendría parte en Jesús. Al escuchar esto, Pedro respondió: "Señor, no solo mis pies, sino también mis manos y mi cabeza." Jesús respondió y dijo: "El que se lava no necesita más que lavarse los pies, sin embargo está completamente limpio." (N.T.: Juan 13:9,10)
El sentido común le diría al lector que un hombre no está limpio por completo solo porque sus pies están lavados. Por lo tanto, debería descartar esta historia fantástica o buscar su significado oculto. Cada historia de la Biblia es un drama psicológico que tiene lugar en la conciencia del hombre, y ésta no es la excepción. Este lavado de los pies de los discípulos es la historia mística de la circuncisión espiritual o la revelación de los secretos del Señor.
Jesús es llamado el Señor. Te dicen que el nombre del Señor es YO SOY - Je Suis. "YO SOY el Señor ese es mi nombre", Isaías 42:8. La historia dice que Jesús estaba desnudo a excepción de una toalla que cubría sus lomos o secretos. Jesús o el Señor simboliza tu conciencia de ser cuyos secretos están ocultos por la toalla (conciencia del hombre). El pie simboliza el entendimiento que el Señor debe lavar de todas las creencias o concepciones humanas de sí mismo. A medida que se quita la toalla para secar los pies, se revelan los secretos del Señor. En resumen, la eliminación de la creencia de que eres hombre revela tu conciencia como la cabeza de la creación. El hombre es el prepucio que esconde la cabeza de la creación. Yo soy el Señor oculto por el velo de hombre.
Capítulo 15 Intervalo De Tiempo
“No dejes que tu corazón se turbe; crees en Dios, cree también en MÍ. En la casa de MI padre hay muchas mansiones; si no fuese así, te lo habría dicho. Voy a preparar un lugar para tí. Y si voy y preparo un lugar para ti, volveré y te recibiré a MÍ mismo; para que donde YO esté, allí puedas estar también.” (Juan 14:1-3)
El MÍ en quien debes creer es tu conciencia, el YO SOY; ése es Dios. Ése es también la casa del Padre que contiene dentro de sí todos los estados concebibles de conciencia. Todo estado de conciencia condicionado es llamado una mansión.
Esta conversación tiene lugar dentro de ti. Tu YO SOY, la conciencia incondicionada, es el Cristo Jesús hablando al yo condicionado o la conciencia de John Smith. "YO SOY Juan" desde un punto de vista místico son dos seres, a saber, Cristo y Juan. Así que voy a preparar un lugar para ti, pasando de tu estado actual de conciencia a ese estado deseado. Es una promesa de tu Cristo o conciencia de ser para tu concepción actual de ti mismo que abandonarás tu conciencia actual y te apropiarás de otra.
El hombre es tan esclavo del tiempo que, si después de haberse apropiado de un estado de conciencia que ahora no es visto por el mundo y éste, el estado apropiado, no se encarna de inmediato, pierde la fe en su afirmación invisible; inmediatamente lo deja caer y vuelve a su antiguo estado estático de ser. Debido a esta limitación del hombre, me ha resultado muy útil emplear un intervalo de tiempo específico para hacer este viaje a una mansión preparada.
“Espera sólo un poco.”
Todos hemos catalogado los diferentes días de la semana, los meses del año y las estaciones. Con esto quiero decir que tú y yo hemos dicho una y otra vez: "¿Por qué, hoy se siente como Domingo" o "Lunes" o "Sábado"? También hemos dicho a mediados de verano: "¿Por qué, esto se siente y se ve como el otoño del año?" Esta es una prueba positiva de que tú y yo tenemos sensaciones definidas asociadas con estos diferentes días, meses y estaciones del año. Debido a esta asociación, en cualquier momento podemos habitar conscientemente en ese día o estación que hemos seleccionado. No definas limitadamente este intervalo en días y horas porque estés ansioso por recibirlo, sino simplemente permanece en la convicción de que ya está hecho, -el tiempo, siendo puramente relativo, debe ser eliminado por completo- y tu deseo se cumplirá.
Esta habilidad de habitar en algún punto en el tiempo nos permite emplear el tiempo en nuestro viaje a la mansión deseada. Ahora yo (conciencia) voy a un punto en el tiempo y allí preparo un lugar. Si yo voy a tal punto en el tiempo y preparo un lugar, regresaré a este punto en el tiempo de donde me he ido; y te recogeré y te llevaré conmigo al lugar que he preparado, para que donde esté, allí también puedas estar.
Déjame darte un ejemplo de este viaje. Supongamos que tienes un deseo intenso. Como la mayoría de los hombres están esclavizados por el tiempo, es posible que sientas que no podrías realizar un deseo tan grande en un intervalo limitado, pero admitiendo que todas las cosas son posibles para Dios, creyendo que Dios es el YO dentro de ti o tu conciencia de ser, puedes decir: "Como Juan, no puedo hacer nada; pero dado que todas las cosas son posibles para Dios y Dios, yo sé, es mi conciencia de ser, puedo realizar mi deseo en un pequeño lapso. Cómo mi deseo será realizado, yo (como Juan) no lo sé, pero por la misma ley de mi ser sé que así será."
Con esta creencia firmemente establecida, decide cuál sería un intervalo de tiempo relativo y racional en el que tal deseo podría realizarse. De nuevo, permíteme recordarte que no acortes el intervalo de tiempo porque estás ansioso por recibir tu deseo; hazlo un intervalo natural. Nadie puede darte el intervalo de
tiempo, sólo tú puedes decir cuál sería el intervalo natural para tí. El intervalo de tiempo es relativo, es decir, no hay dos individuos que den la misma medida de tiempo para la realización de su deseo.
El tiempo siempre está condicionado por la concepción del hombre de sí mismo. La confianza en ti mismo determinada por la conciencia condicionada siempre acorta el intervalo de tiempo. Si estuvieras acostumbrado a grandes logros, te darías un intervalo mucho más corto para cumplir tu deseo que el hombre educado en la derrota.
Si hoy fuera miércoles y tú decidiste que encarnar tu deseo sería absolutamente posible para una nueva realización de tí mismo el domingo, entonces el domingo se convierte en el punto en el tiempo que tú visitarías. Para hacer esta visita, cierras el miércoles y dejas entrar el domingo. Esto se logra simplemente sintiendo que es domingo. Comienza a escuchar las campanas de la iglesia; comienza a sentir la tranquilidad del día y todo lo que el Domingo significa para ti; realmente sientes que es Domingo.
Cuando esto es consumado, siente la alegría de haber recibido -eso- que el miércoles no fue más que un deseo. Siente la emoción completa de haberlo recibido y luego regresa al miércoles, el punto en el tiempo que dejaste atrás. Al hacer esto, creaste un vacío en la conciencia moviéndote del miércoles al domingo. La naturaleza, aborreciendo el vacío, se apresura a llenarlo, formando así un molde a semejanza de -eso- que potencialmente creaste, es decir, la alegría de haber realizado tu deseo definido.
Al regresar al miércoles, tú estarás lleno de una alegre expectativa porque tú has establecido la conciencia de -eso- que debe tener lugar el Domingo siguiente. Al caminar durante el intervalo de Jueves, Viernes y Sábado, nada te perturba independientemente de las condiciones, porque tú predeterminaste -eso- que tú serías en el Sabbath y -eso- permanece como una convicción inalterable.
Habiendo ido antes y preparado el lugar, has regresado a Juan y ahora lo llevarás contigo durante el intervalo de tres días al lugar preparado para que él pueda compartir tu alegría contigo, porque donde YO SOY-ESTOY allí también puedes estar.
Capítulo 16 El Triuno Dios
“Y Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza.”
(Génesis 1:26)
Después de haber descubierto que Dios es nuestra conciencia de ser y que esta realidad inmutable e incondicionada (el YO SOY) es el único creador, veamos por qué la Biblia registra a una trinidad como el creador del mundo. En el versículo 26 del primer capítulo de Génesis se dice: "Y Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen." Las iglesias se refieren a esta pluralidad de dioses como Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. Lo que se entiende por "Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo" nunca ellos lo han intentado explicar porque están en la oscuridad con respecto a este misterio.
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres aspectos o condiciones de la conciencia incondicionada de ser llamado Dios. La conciencia de ser precede a la conciencia de ser algo. Esa conciencia incondicionada que precedió a todos los estados de conciencia es Dios-YO SOY. Los tres aspectos o divisiones condicionados de sí mismos se pueden decir mejor de esta manera:
La actitud receptiva de la mente es ese aspecto que recibe impresiones y, por lo tanto, puede compararse con un útero o una Madre.
-Eso- que hace la impresión es el aspecto masculino o presionante y, por eso, se lo conoce como Padre.
La impresión en el tiempo se convierte en una expresión, cuya expresión es siempre la semejanza y la imagen de la impresión; por eso, se dice que este aspecto objetivado es el Hijo que da testimonio de su Padre-Madre. La comprensión de este misterio de la trinidad permite a quien lo comprende transformar completamente su mundo y crearlo a su gusto.
Aquí hay una aplicación práctica de este misterio. Siéntate en silencio y decide qué es lo que más te gustaría expresar o poseer. Después de que lo hayas decidido, cierra los ojos y desvía tu atención completamente de todo lo que negaría la realización de la cosa deseada; luego asume una actitud mental receptiva y juega el juego de suponer imaginando cómo te sentirías si tú ahora realizaras tu deseo. Comienza a escuchar como si el espacio te estuviera hablando y diciéndote que tú eres ahora -eso- que tú deseas ser.
Esta actitud receptiva es el estado de conciencia que debes asumir antes de poder hacer una impresión. A medida que este estado mental flexible e impresionable es alcanzado, entonces comienzas a impresionarte a tí mismo el hecho de que tú eres -eso- que tú deseabas ser afirmando y sintiendo que tú ahora estás expresando y poseyendo -eso- que tú habías decidido ser y tener. Continúa en esta actitud hasta que la impresión está hecha.
Mientras tú contemplas ser y poseer -eso- que tú has decidido ser y tener, notarás que con cada inhalación de respiración, una emoción alegre recorre todo tu ser... Esta emoción aumenta en intensidad a medida que sientes más y más la alegría de ser -eso- que tú estás reclamando ser. Luego, en una inhalación profunda final, todo tu ser explotará con la alegría de la realización y sabrás por tu sensación que estás impregnado por Dios, el Padre. Tan pronto como la impresión es hecha, abres tus ojos y regresas al mundo al que sólo unos momentos antes te habías cerrado.
En esta actitud receptiva tuya, mientras contemplabas ser -eso- que tú deseabas ser, en realidad estabas realizando el acto espiritual de generación; de modo que ahora estás de regreso de esta meditación silenciosa, un ser embarazado que tiene un hijo o una impresión, hijo que fue concebido inmaculadamente sin la ayuda del hombre.
La duda es la única fuerza capaz de perturbar la semilla o la impresión; para evitar un aborto espontáneo de un niño tan maravilloso, camina en secreto a través del intervalo de tiempo necesario que tendrá la impresión de convertirse en una expresión. No le cuentes a ningún hombre tu romance espiritual. Guarda tu secreto dentro de ti con alegría, confianza y felicidad de que algún día darás a luz al hijo de tu amante al expresar y poseer la naturaleza de tu impresión. Entonces sabrás el misterio de "Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen."
Tú sabrás que la pluralidad de Dioses a los que se hace referencia son los tres aspectos de tu propia conciencia y que tú eres la trinidad, que se reúne en un cónclave espiritual para crear un mundo a imagen y semejanza de -eso- que tú eres consciente de ser.
Capítulo 17 Oración
“Cuando ores, entra en tu cuarto, y cuando hayas cerrado tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará abiertamente.” (Mateo 6:6)
“Todas las cosas que desees, cuando ores, cree que las has recibido, y las tendrás.”
(Marcos 11:24)
La oración es la experiencia más maravillosa que el hombre puede tener. A diferencia de los murmullos diarios de la gran mayoría de la humanidad en todas las tierras que por sus vanas repeticiones esperan ganarse el oído de Dios, la oración es el éxtasis de una boda espiritual que tiene lugar en la profunda y silenciosa quietud de la consciencia. En su verdadero sentido, la oración es la ceremonia de matrimonio de Dios. Del mismo modo que una doncella en el día de su boda renuncia al nombre de su familia para asumir el nombre de su esposo, de la misma manera, quien ora debe renunciar a su nombre o naturaleza actual y asumir la naturaleza de aquello por lo que ora.
Los evangelios han instruido claramente al hombre sobre la realización de esta ceremonia de la siguiente manera: "Cuando ores, entra en secreto y cierra la puerta, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará abiertamente." (N.T.: Mateo 6:6) El ir hacia adentro es la entrada en la cámara nupcial. Del mismo modo que a nadie más que a la novia y al novio se les permite entrar en una habitación tan sagrada como la suite nupcial en la noche de la ceremonia de matrimonio, de la misma manera, nadie más que el que ora y aquello por lo cual él ora se les permite entrar en la hora santa de la oración . Cuando los novios al entrar en la suite nupcial cierran la puerta del mundo exterior de manera segura, también el que entra en la hora sagrada de oración cierra la puerta de los sentidos y cierra completamente el mundo a su alrededor. Esto se logra quitando completamente la atención de todas las cosas que no sean aquello de lo que ahora estás enamorado (lo que deseas).
La segunda fase de esta ceremonia espiritual está definida en estas palabras: "Cuando ores, cree que has recibido, y habrás recibido." Al contemplar alegremente ser y poseer -eso- que deseas ser y tener, has dado este segundo paso y, por lo tanto, estás realizando espiritualmente los actos de matrimonio y generación.
Tu actitud mental receptiva mientras oras o contemplas puede compararse con una novia o matriz porque es ese aspecto de la mente que recibe las impresiones. -Eso- que tú contemplas siendo es el novio, porque ese es el nombre o la naturaleza que asumes y, por lo tanto, es lo que deja su impregnación; entonces uno muere a la virginidad o a la naturaleza presente cuando uno asume el nombre y la naturaleza de la impregnación.
Perdido en la contemplación y habiendo asumido el nombre y la naturaleza de la cosa contemplada, todo tu ser se emociona con la alegría de serlo. Esta emoción que recorre todo tu ser a medida que te apropias de la conciencia de tu deseo es la prueba de que ambos están casados e impregnados. Al regresar de esta meditación silenciosa, la puerta se abre una vez más al mundo que habías dejado atrás. Pero esta vez regresas como una novia embarazada. Entras en el mundo como un ser cambiado y, aunque nadie más que tú conoce este maravilloso romance, el mundo verá en muy poco tiempo los signos de tu embarazo, porque tú comenzarás a expresar lo que en tu hora de silencio sentiste ser.
La madre del mundo o la novia del Señor es llamada a propósito María, o agua, porque el agua pierde su identidad al asumir la naturaleza de aquello con lo que se mezcla; igualmente María. La actitud receptiva de la mente debe perder su identidad al asumir la naturaleza de lo deseado. Sólo cuando uno está dispuesto a renunciar a sus limitaciones e identidad actuales puede convertirse en lo que desea ser. La oración es la fórmula por la cual se logran tales divorcios y matrimonios.
"Dos acordarán algo y se establecerá en la tierra." (N.T.: Mateo 18:19) Los dos de acuerdo son tú, la novia, y la cosa deseada, el novio. Cuando este acuerdo es consumado un hijo, nacerá testigo de esta unión. Tú comienzas a expresar y poseer lo que eres consciente de ser. Orar, entonces, es reconocerte a ti mismo como -eso- que deseas ser en lugar de rogarle a Dios por lo que deseas.
Millones de oraciones no tienen respuesta diariamente porque el hombre reza a un Dios que no existe. Siendo la conciencia Dios, uno debe buscar en la conciencia lo deseado deseando asumir la conciencia de la cualidad deseada. Sólo cuando uno hace esto, sus oraciones serán respondidas. Ser consciente de ser pobre mientras oras por riqueza es ser recompensado con lo que eres consciente de ser, es decir, la pobreza. Las oraciones para tener éxito deben ser afirmadas y apropiadas. Asume la conciencia positiva de la cosa deseada.
Con tu deseo definido, entra silenciosamente y cierra la puerta detrás de ti. Piérdete a tí mismo en tu deseo; siente tú mismo ser uno con él; permanece en esta fijación hasta que hayas absorbido la vida y el nombre al reclamar y sentirte ser y tener -eso- que tú deseabas. Cuando salgas de la hora de oración, debes hacerlo consciente de ser y poseer -eso- que tú hasta ahora deseabas.
Capítulo 18 Los Doce Discípulos
“Y cuando llamó a sus doce discípulos, les dio poder contra los espíritus inmundos, para expulsarlos y sanar todo tipo de enfermedades y todo tipo de dolencias.”
(Mateo 10:1)
Los doce discípulos representan las doce cualidades de la mente que el hombre puede controlar y disciplinar. Si son disciplinados, obedecerán en todo momento la orden de quien los ha disciplinado.
Estas doce cualidades en el hombre son potenciales de cada mente. Sus acciones indisciplinadas se parecen más a las acciones de una mafia que a las de un ejército entrenado y disciplinado. Todas las tormentas y confusiones que envuelven al hombre pueden atribuirse directamente a estas doce características mal relacionadas de la mente humana en su actual estado de adormecimiento. Hasta que sean despertadas y disciplinadas, permitirán que cada rumor y emoción sensual los mueva.
Cuando estos doce sean disciplinados y controlados, el que logre este control les dirá: "De aquí en adelante no los llamaré esclavos sino amigos." (N.T.: Juan 15:15) Él sabe que a partir de ese momento cada atributo mental disciplinado adquirido se hará amigo y lo protegerá.
Los nombres de las doce cualidades revelan su naturaleza. Estos nombres no se les da hasta que son llamados al discipulado. Ellos son: Simón, que más tarde es llamado Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, Jacobo, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananeo y Judas.
La primera cualidad a ser llamada y disciplinada es Simón o el atributo de la audición. Esta facultad, cuando se eleva al nivel de un discípulo, sólo permite que lleguen a la conciencia impresiones tales como las que su oído le haya ordenado dejar entrar. No importa lo que pueda sugerir la sabiduría del hombre o la evidencia de sus sentidos, si tales sugerencias e ideas no están de acuerdo con eso que él escucha, él permanece impasible. Esto ha sido instruido por su Señor y se le ha hecho entender que cada sugerencia que permita pasar su puerta, al llegar a su Señor y Maestro (su conciencia), dejará su impresión allí, la cual debe convertirse en el tiempo en una expresión.
La instrucción para Simón es que debe permitir que sólo visitantes dignos y honorables o impresiones entren en la casa (conciencia) de su Señor. Ningún error puede ser encubierto u oculto a su Maestro, ya que cada expresión de vida le dice a su Señor a quién entretuvo consciente o inconscientemente.
Cuando Simón, por sus obras, demuestra ser un discípulo verdadero y fiel, recibe el nombre de Pedro o la roca, el discípulo inmóvil, el que no puede ser sobornado ni coaccionado por ningún visitante. Él es llamado por su Señor Simón Pedro, el que escucha fielmente los comandos de su Señor y otros comandos él no escucha.
Este es Simon Pedro quien descubre que YO SOY es Cristo, y por su descubrimiento las llaves del Cielo le son dadas, y se convierte en la piedra fundamental sobre la cual descansa el Templo de Dios. Los edificios deben tener cimientos firmes y sólo el oído disciplinado puede, al aprender que el YO SOY es Cristo, permanecer firme e impasible en el conocimiento de que YO SOY Cristo y junto a MÍ no hay ningún salvador.
La segunda cualidad a ser llamada al discipulado es Andrés o el coraje. A medida que se desarrolla la primera cualidad, la fe en uno mismo, automáticamente se convierte en su hermano, el coraje. La fe en uno mismo, que no pide la ayuda de nadie, sino que callada y sola se apropia de la conciencia de la cualidad deseada y, a pesar de la razón o la evidencia de sus sentidos, al contrario, continúa fielmente esperando pacientemente sabiendo que su afirmación invisible, si es sostenida, debe ser realizada. Tal fe desarrolla un coraje y una fuerza de carácter que están más allá de los sueños más salvajes del hombre indisciplinado cuya fe está en las cosas vistas.
La fe del hombre indisciplinado no puede realmente ser llamada fe. Porque si los ejércitos, las medicinas o la sabiduría del hombre, en la cual su fe está puesta, se le quitara, su fe y coraje van con ello. Pero desde el disciplinado podría ser tomado el mundo entero y, sin embargo, él permanecería fiel sabiendo que el estado de conciencia en el que permanece debe encarnarse a su debido tiempo. Este coraje es el hermano de Pedro, Andrés, el discípulo, que sabe lo que es atreverse, hacer y ser silente.
Los siguientes dos que son también llamados están relacionados. Estos son los hermanos, Santiago y Juan, Santiago el justo, el juez justo, y su hermano Juan, el amado. La justicia para ser sabia debe ser administrada con amor, siempre poniendo la otra mejilla y siempre devolviendo bien por mal, amor por odio, no violencia por violencia.
El discípulo Santiago, símbolo de un juicio disciplinado, debe ser vendado cuando es elevado al alto cargo de un juez supremo para que no pueda ser influenciado por la carne ni juzgar por las apariencias de ser. El juicio disciplinado es administrado por alguien que no está influenciado por las apariencias. Quien ha llamado a estos hermanos al discipulado continúa fiel a su comando de escuchar sólo lo que se le ha ordenado escuchar, esto es, el Bien. El hombre que tiene esta cualidad de su mente disciplinada es incapaz de escuchar y aceptar como verdadero cualquier cosa de sí mismo o de otro, que al ser escuchada no llena su corazón con amor.
Estos dos discípulos o aspectos de la mente son uno e inseparables cuando se despiertan. Una persona tan disciplinada perdona a todos los hombres por ser lo que son. Como sabio juez, sabe que todo hombre expresa perfectamente -eso- que es, como hombre, consciente de ser. Él sabe que sobre el fundamento inmutable de la conciencia descansa toda manifestación, que los cambios de expresión sólo pueden producirse mediante cambios de conciencia.
Sin condena ni crítica, estas cualidades disciplinadas de la mente permiten que todos sean -eso- que él es. Sin embargo, aunque permiten esta perfecta libertad de elección para todos, siempre están atentos a ver -eso- que ellos mismos profetizan y hacen tanto para los demás como para sí mismos las cosas que cuando se expresan glorifican, dignifican y dan alegría al expresador.
La quinta cualidad llamada al discipulado es Felipe. Éste pidió que se le mostrara al Padre. El hombre despierto sabe que el Padre es el estado de conciencia en el que habita el hombre, y que este estado otorga
Padre sólo puede ser visto tal como se expresa. Él se sabe a sí mismo ser la semejanza perfecta o imagen de esa conciencia con la que él está identificado. Entonces él declara: "Ningún hombre ha visto a mi Padre en ningún momento; sino yo, el hijo quien mora en su seno, lo he revelado; por lo tanto, cuando tú me ves, el hijo, ves a mi Padre, porque vengo a dar testimonio de mi Padre." (N.T.: Juan 6:45,46) Yo y mi Padre, la conciencia y su expresión, Dios y el hombre, somos uno. (N.T.: Ver Juan 10:30)
Este aspecto de la mente cuando es disciplinado persiste hasta que las ideas, ambiciones y deseos se convierten en realidades encarnadas. Esta es la cualidad que dice: "Sin embargo, en mi carne veré a Dios." (N.T.: Job 19:26) Sabe cómo hacer que la palabra se haga carne, cómo dar forma a lo sin forma.
El sexto discípulo se llama Bartolomé. Esta cualidad es la facultad imaginativa, tal cualidad de la mente una vez despierta distingue a uno de las masas. Una imaginación despierta coloca la cabeza y los hombros tan despiertos por encima del hombre promedio, dándole la apariencia de una luz de faro en un mundo de oscuridad. Ninguna cualidad separa tanto al hombre del hombre como la imaginación disciplinada. Esta es la separación del trigo de la paja. Los que más han dado a la sociedad son nuestros artistas, científicos, inventores y otros con vívida imaginación.
Si se hiciera una encuesta para determinar la razón por la que tantos hombres y mujeres aparentemente educados fracasan en sus años posteriores a la universidad o si se hiciera para determinar la razón de los diferentes poderes de ganancia de las masas, no habría ninguna duda de que la imaginación juega un papel importante. Un estudio de este tipo mostraría que es la imaginación la que hace que uno sea un líder, mientras que la falta de ella lo convierte en un seguidor.
En lugar de desarrollar la imaginación del hombre, nuestro sistema educativo a menudo lo sofoca al intentar poner en la mente del hombre la sabiduría que busca. Le obliga a memorizar varios libros de texto que, demasiado pronto, son refutados por libros de texto posteriores. La educación no se logra poniendo algo en el hombre; su propósito es extraer del hombre la sabiduría que está latente dentro de él. Que el lector llame a Bartolomé al discipulado, porque sólo cuando esta cualidad sea elevada al discipulado tendrá la capacidad de concebir ideas que te elevarán más allá de las limitaciones del hombre.
La séptima es llamada Thomas. Esta cualidad disciplinada duda o niega todo rumor y sugerencia que no esté en armonía con lo que Simon Pedro ha sido comandado a dejar entrar. El hombre que es consciente de ser saludable (no a causa de una salud heredada, las dietas o el clima, sino porque está despierto y conoce el estado de conciencia en el cual él vive), a pesar de las condiciones del mundo, continuará expresando su salud. Podría escuchar, a través de la prensa, la radio y los sabios del mundo, que una plaga estaba barriendo la tierra y, sin embargo, permanecería impasible y no-impresionado. Thomas, el que duda, cuando es disciplinado, negaría que la enfermedad o cualquier otra cosa que no simpatizara con la conciencia a la cual él pertenece tuviera algún poder para afectarlo.
Esta cualidad de negación cuando es disciplinada protege al hombre de recibir impresiones que no están en armonía con su naturaleza. Adopta una actitud de total indiferencia a todas las sugerencias que son ajenas a lo que desea expresar. La negación disciplinada no es una pelea o una lucha, sino una indiferencia total.
Mateo, el octavo, es el don de Dios. Esta cualidad de la mente revela los deseos del hombre como dones de Dios. El hombre que ha llamado a este discípulo a la existencia sabe que cada deseo de su corazón es un regalo del cielo y que contiene tanto el poder como el plan de su autoexpresión. Tal hombre nunca cuestiona la forma de su expresión. Él sabe que el plan de expresión nunca es revelado al hombre porque los caminos de Dios son inescrutables. Acepta plenamente sus deseos como regalos ya recibidos y sigue su camino en paz confiando en que aparecerán.
El noveno discípulo se llama Santiago, hijo de Alfeo. Esta es la cualidad del discernimiento. Una mente clara y ordenada es la voz que llama a este discípulo a la existencia. Esta facultad percibe lo que no se revela a los ojos del hombre. Este discípulo no juzga por las apariencias porque tiene la capacidad de funcionar en el ámbito de las causas y, por lo tanto, nunca es engañado por las apariencias.
La clarividencia es la facultad que se despierta cuando esta cualidad se desarrolla y se disciplina, no la clarividencia de las salas de sesiones mediummísticas, sino la verdadera clarividencia o la visión clara del místico. Es decir, este aspecto de la mente tiene la capacidad de interpretar eso que es visto. El discernimiento o la capacidad de diagnosticar es la cualidad de Santiago, el hijo de Alfeo.
Thaddaeus, el décimo, es el discípulo de la alabanza, una cualidad que el hombre indisciplinado carece lamentablemente. Cuando esta cualidad de alabanza y acción de gracias despierta dentro del hombre, camina con las palabras, "Gracias, Padre", siempre en sus labios. Él sabe que su agradecimiento por las cosas que no se ven abren las ventanas del cielo y permite que los regalos más allá de su capacidad de recibir sean derramados sobre él.
El hombre que no está agradecido por las cosas recibidas no es probable que reciba muchos regalos de la misma fuente. Hasta que esta cualidad de la mente sea disciplinada, el hombre no verá el desierto florecer como la rosa. La alabanza y la acción de gracias son para los dones invisibles de Dios (los propios deseos) lo que la lluvia y el sol son para las semillas invisibles en el seno de la tierra.
La undécima cualidad es llamada Simón de Canaán. Una buena frase clave para este discípulo es: "Escuchar buenas noticias." Simón de Canaán, o Simón de la tierra de la leche y la miel, cuando se le llama al discipulado, es una prueba de que quien llama a esta facultad a existir se ha dado cuenta de la vida abundante. Él puede decir con el salmista David: "Preparas una mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; unges mi cabeza con aceite; mi copa se derrama." (N.T.: Salmo 23:5) Este aspecto disciplinado de la mente es incapaz de escuchar otra cosa que buenas noticias y, por lo tanto, está bien calificado para predicar el Evangelio o el Buen-hechizo.
La duodécima y última de las cualidades disciplinadas de la mente se llama Judas. Cuando esta cualidad está despierta, el hombre sabe que debe morir a lo que es antes de convertirse en lo que desea ser. Entonces se dice de este discípulo que se suicidó, que es la forma mística de decirle al iniciado que Judas es el aspecto disciplinado del desapego. Este sabe que su YO SOY o su conciencia es su salvador, por lo que deja ir a todos los demás salvadores. Esta cualidad cuando es disciplinada le da a uno la fuerza para dejar ir.
El hombre que ha llamado a Judas a ser, ha aprendido a desviar su atención de los problemas o limitaciones y colocarla sobre aquello que es la solución o el salvador. "Salvo que nazcas de nuevo, de ninguna manera podrás entrar al Reino de los Cielos." (N.T.: Juan 3:3) "Nadie tiene mayor amor que este, que el que dá su vida por un amigo." (N.T.: Juan 15:13) Cuando el hombre se da cuenta de que la cualidad deseada, si se realiza, lo salvaría y se haría amigo de ella, él renuncia voluntariamente a su vida (concepción actual de sí mismo) por su amigo separando su conciencia de lo que es consciente de ser y asumiendo la conciencia de lo que desea ser.
Judas, a quien el mundo en su ignorancia ha ennegrecido, cuando el hombre despierte de su estado indisciplinado, será colocado en las alturas porque Dios es amor y ningún amor mayor tiene un hombre que éste que dio su vida por un amigo. Hasta que el hombre deje de lado lo que ahora es consciente de ser, no se convertirá en lo que desea ser; y Judas es quien logra esto mediante suicidio o desapego.
Estas son las doce cualidades que se le dieron al hombre en la fundación del mundo. El deber del hombre es elevarlas al nivel del discipulado. Cuando esto es realizado, el hombre dirá: "He terminado la obra que me diste que hiciera. Te he glorificado en la tierra y ahora, oh Padre, glorifícame tú mismo con la gloria que tuve contigo antes que el mundo fuera." (N.T.: Juan 17:4,5)
Capítulo 19 Luz Líquida
“En él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.”
(Hechos 17:28)
Psíquicamente, este mundo aparece como un océano de luz que contiene todas las cosas, incluido el hombre, como cuerpos pulsantes envueltos en luz líquida. La historia bíblica del diluvio es el estado en el que vive el hombre. El hombre está inundado en un océano de luz líquida en el que se mueven innumerables seres luz.
La historia del Diluvio realmente se está representando hoy. El hombre es el Arca que contiene dentro de sí los principios masculino-femenino de cada ser vivo. La paloma o idea que se envía a buscar tierra seca es el intento del hombre de encarnar sus ideas. Las ideas del hombre se parecen a los pájaros en vuelo, como la paloma de la historia, volviendo al hombre sin encontrar un lugar para descansar. Si el hombre no deja que tales búsquedas infructuosas lo desanimen, un día el pájaro regresará con una ramita verde. Después de asumir la conciencia de la cosa deseada, se convencerá de que es así; y él sentirá y sabrá que él es -eso- de lo que él se ha apropiado conscientemente, aunque sus sentidos aún no lo hayan confirmado. Un día, el hombre se identificará tanto con su concepción que sabrá que es él mismo, y declarará: "YO SOY; YO SOY -eso- que deseo ser (YO SOY -eso- YO SOY)". Descubrirá que a medida que lo haga, comenzará a encarnar su deseo (la paloma o el deseo esta vez encontrará tierra seca), dándose cuenta del misterio de la palabra hecha carne.
Todo en el mundo es una cristalización de esta luz líquida. YO SOY la luz del mundo. (N.T.: Juan 8:12) Tu conciencia de ser es la luz líquida del mundo que se cristaliza en las concepciones que tienes de ti mismo.
Tu conciencia incondicionada de ser primero se concibe a sí misma en luz líquida (la cual es la velocidad inicial del universo). Todas las cosas, desde las vibraciones o expresiones de vida de las más altas a las más bajas, no son más que las diferentes vibraciones de velocidades de esta velocidad inicial; oro, plata, hierro, madera, carne, etc., son sólo diferentes expresiones o velocidades de esta única sustancia-luz líquida.
Todas las cosas son luz líquida cristalizada; la diferenciación o la infinidad de expresión es causada por el deseo del concebidor de conocerse a sí mismo. Tu concepción de ti mismo determina automáticamente la velocidad necesaria para expresar lo que te has concebido ser.
El mundo es un océano de luz líquida en innumerables estados diferentes de cristalización.
Capítulo 20 El Soplo De Vida
¿El Profeta Elías realmente le devolvió la vida al hijo muerto de la Viuda? Esta historia, junto con todas las otras historias de la Biblia, es un drama psicológico que tiene lugar en la conciencia del hombre. La Viuda simboliza a todos los hombres y mujeres del mundo; el niño muerto representa los deseos frustrados y las ambiciones del hombre; mientras que el profeta, Elías, simboliza el poder de Dios dentro del hombre, o la conciencia de ser del hombre.
La historia nos cuenta que el profeta tomó al niño muerto del seno de la Viuda y lo llevó a una habitación
superior. Cuando entró en esta habitación superior, cerró la puerta detrás de ellos; colocando al niño sobre
una cama, él sopló vida en él; volviendo a la madre, él le dio al hijo y le dijo: "Mujer, tu hijo vive." (N.T.: 1 Reyes 17:23)
Los deseos del hombre pueden simbolizarse como el niño muerto. El mero hecho de que él desee es una prueba positiva de que la cosa deseada aún no es una realidad viviente en su mundo. Él intenta de todas las formas concebibles hacer realidad este deseo, hacerlo vivir, pero al final descubre que todos los intentos son infructuosos. La mayoría de los hombres no son conscientes de la existencia del poder infinito dentro de sí mismos como el profeta. Permanecen indefinidamente con un niño muerto en sus brazos, sin darse cuenta de que el deseo es la indicación positiva de capacidades ilimitadas para su cumplimiento.
Una vez que el hombre reconoce que su conciencia es un profeta quien da la vida a todo -eso- que él es consciente de ser, él cerrará la puerta de sus sentidos contra su problema y fijará su atención, sólo en -eso- que él desea, sabiendo que al hacerlo sus deseos con certeza son realizados. Con este reconocimiento él descubrirá ser el soplo de vida, que él estará dando el soplo de vida a su deseo, porque él percibirá cómo él mismo conscientemente afirma estar ahora expresando o poseyendo todo lo que desea ser o tener. La cualidad afirmada por el deseo (de una manera desconocida para él) comenzará a moverse y se convertirá en una realidad viviente en su mundo.
Sí, el Profeta Elías vive para siempre como la conciencia ilimitada de ser del hombre, la viuda como su conciencia limitada de ser y el niño como -eso- que él desea ser.
Capítulo 21 Daniel En El Foso De Los Leones
“Tu Dios a quien sirves continuamente; él te librará.”
(Daniel 6:16)
La historia de Daniel es la historia de cada hombre. Está registrado que Daniel, mientras estaba encerrado en el foso de los leones, dio la espalda a las bestias hambrientas; y con su visión vuelta hacia la luz que venía de arriba, oró al único Dios. Los leones que fueron intencionalmente hambreados para la fiesta permanecieron impotentes para lastimar al profeta. La fe de Daniel en Dios fue tan grande que finalmente trajo su libertad y su nombramiento a un alto cargo en el gobierno de su país. Esta historia fue escrita para que te instruya en el arte de liberarte de cualquier problema o prisión en el mundo.
La mayoría de nosotros al encontrarnos en el foso de los leones sólo estaríamos preocupados por los leones, no estaríamos pensando en ningún otro problema en todo el mundo sino en los leones; sin embargo, se nos dice que Daniel les dio la espalda y miró hacia la luz que era Dios. Si pudiéramos seguir el ejemplo de Daniel mientras estamos amenazados con cualquier desastre grave como leones, pobreza o enfermedad, si, como Daniel, pudiéramos desviar nuestra atención a la luz que es Dios, nuestras soluciones serían igualmente simples.
Por ejemplo, si fueras encarcelado, ningún hombre necesitaría decirte que -eso- que tú deberías desear es libertad. La libertad o más bien el deseo de ser libre sería automático. Lo mismo sería cierto si te encontraras enfermo o en deuda o en cualquier otra situación. Los leones representan situaciones aparentemente insolubles de naturaleza amenazante. Cada problema produce automáticamente su solución en la forma de deseo de liberarse del problema. Por lo tanto, dá la espalda a tu problema y centra tu atención en la solución deseada sintiéndote ya ser -eso- que deseas. Continúa en esta creencia y encontrarás que el muro de tu prisión desaparecerá a medida que comienzas a expresar -eso- en lo que tú te has convertido conciente de ser.
He visto a personas, aparentemente endeudadas sin remedio, aplicar este principio, y sin embargo en muy corto tiempo las deudas que eran colosales fueron removidas. También he visto a aquellos a quienes los médicos habían declarado como incurables aplicar este principio y en un tiempo increíblemente corto su llamada enfermedad incurable desapareció y no dejó cicatriz.
Considera tus deseos como las palabras habladas de Dios y cada palabra una profecía de -eso- que tú eres capaz de ser. No te preguntes si eres digno o indigno de realizar estos deseos, acéptalos cuando te lleguen. Da gracias por ellos como si fueran regalos. Siéntete feliz y agradecido por haber recibido regalos tan maravillosos. Entonces sigue tu camino en paz.
Tal simple aceptación de tus deseos es como dejar caer semillas fértiles en un suelo siempre preparado.
Cuando dejas caer tu deseo en la conciencia como una semilla, seguro de que aparecerá en todo su potencial, has hecho todo lo que se espera de ti. Estar inquieto o preocupado por la forma de su desarrollo es mantener a estas fértiles semillas en un dominio mental y, por lo tanto, evitar que realmente maduren hasta la plena cosecha.
No estés ansioso ni preocupado por los resultados. Los resultados seguirán tan seguro como el día sigue a la noche. Ten fe en esta siembra hasta que la evidencia de que esto es así sea manifiesta. Tu confianza en este procedimiento pagará grandes recompensas. Tú no esperas sino un poco de tiempo en la conciencia de la cosa deseada; entonces, de repente, y cuando menos lo esperas, la cosa sentida se convierte en tu expresión. La vida no hace acepción de personas y no destruye nada; continúa manteniendo vivo -eso- que el hombre es consciente de ser. Las cosas desaparecerán sólo cuando el hombre cambie su conciencia. Niégalo si quieres, sigue siendo un hecho que la conciencia es la única realidad y las cosas no son sino un reflejo de -eso- que eres consciente de ser. El estado celestial que buscas será encontrado sólo en la conciencia porque el Reino de los Cielos está dentro de ti.
Tu conciencia es la única realidad viviente, la cabeza eterna de la creación. -Eso- de lo cual tú eres consciente de ser es el cuerpo temporal que llevas puesto. Quitar tu atención de -eso- que eres consciente de ser es decapitar ese cuerpo; pero, al igual que un pollo o una serpiente continúa saltando y palpitando por un tiempo después de que se le haya quitado la cabeza, de la misma manera, las cualidades y condiciones parecen vivir durante un tiempo después de que se les haya quitado la atención.
El hombre, sin conocer esta ley de la conciencia, piensa constantemente en sus condiciones habituales previas y, al estar atento a ellas, coloca sobre estos cuerpos muertos la cabeza eterna de la creación; así los reanima y los resucita. Debes dejar estos cadáveres solos y dejar que los muertos entierren a los muertos. El hombre, habiendo puesto su mano en el arado (es decir, después de asumir la conciencia de la cualidad deseada), mirando hacia atrás sólo puede frustrar su aptitud para el Reino de los Cielos.
Como la voluntad del cielo es siempre hecha en la tierra, tú estás hoy en el cielo que tú has establecido dentro de ti mismo, porque aquí en esta misma tierra tu cielo se revela a sí mismo. El Reino de los Cielos realmente está a la mano. (N.T.: Mateo 4:17) Ahora es el tiempo aceptado. (N.T.: 2 Corintios 6:2) Así que crea un nuevo cielo, entra en un nuevo estado de conciencia y aparecerá una nueva tierra.
Capítulo 22 Pescando
“Salieron y entraron en un barco, y esa noche no pescaron nada.”
(Juan 21:3)
“Y él les dijo: Echen la red al lado derecho del barco, y encontrarán. Entonces la echaron, y ahora no la podían sacar, por la multitud de peces.” (Juan 21:6)
Está registrado que los discípulos pescaron toda la noche y no pescaron nada. Entonces Jesús apareció en la escena y les dijo que volvieran a echar sus redes pero, esta vez, que las echaran del lado derecho. Pedro
obedeció la voz de Jesús y arrojó sus redes una vez más a las aguas. Donde sólo un momento antes el agua estaba completamente vacía de peces, las redes casi se rompieron con el número de la captura resultante.
El hombre, pescando durante toda la noche de la ignorancia humana, intenta realizar sus deseos a través del esfuerzo y la lucha sólo para encontrar al final que su búsqueda es infructuosa. Cuando el hombre descubre su conciencia de ser, ser Cristo Jesús, obedecerá Su Voz y dejará que Él dirija su pesca. Lanzará su anzuelo en el lado derecho; aplicará La Ley de la manera correcta y buscará en la conciencia la cosa deseada. Al encontrarla allí, sabrá que se multiplicará en el mundo de la forma.
Aquellos que han tenido el placer de pescar saben lo emocionante que es sentir el pez en el anzuelo. La mordedura del pez es seguida por el juego del pez; este juego, a su vez, es seguido por la captura del pez. Algo similar ocurre en la conciencia del hombre mientras pesca las manifestaciones de la vida.
Los pescadores saben que si desean pescar peces grandes, deben pescar en aguas profundas; si tú desearas capturar una gran cantidad de vida, debes dejar atrás las aguas poco profundas con sus numerosos arrecifes y barreras y lanzarte a las profundas aguas azules donde juegan los grandes. Para capturar las grandes manifestaciones de la vida debes entrar en estados de conciencia más profundos y libres; sólo en estas profundidades viven las grandes expresiones de la vida.
Aquí hay una fórmula simple para una pesca exitosa. Primero decide qué es lo que quieres expresar o poseer. Esto es esencial. Tú definitivamente debes saber lo que quieres de la vida antes de poder pescarlo. Después de tomar tu decisión, abandonas el mundo de los sentidos, retiras tu atención del problema y la pones simplemente en el ser repitiendo en silencio pero con sentimiento, "Yo Soy". A medida que tu atención se aleja del mundo que te rodea y se coloca sobre el YO SOY de modo que te pierdes en la sensación de simplemente ser, te encontrarás deslizando el ancla que te ata a las aguas poco profundas de tu problema; y sin esfuerzo te encontrarás moviéndote hacia las profundidades.
La sensación que acompaña a este acto es uno de expansión. Te sentirás elevarte y expandirte como si realmente estuvieras creciendo. No tengas miedo de esta experiencia de flotación y crecimiento porque no vas a morir a nada más que a tus limitaciones. Ahora bien, tus limitaciones van a morir a medida que te alejas de ellas, ya que viven sólo en tu conciencia.
En esta conciencia profunda o expandida, te sentirás como un poderoso poder pulsante tan profundo y rítmico como el océano. Esta sensación expandida es la señal de que ahora estás en las profundas aguas azules donde nadan los peces grandes. Supongamos que el pez que decidiste capturar fuese salud y libertad. Tú empiezas a pescar en esta profundidad pulsante y sin forma de ti mismo estas cualidades o estados de conciencia sintiendo "YO SOY saludable" - "YO SOY libre". Tú continúas afirmando y sintiéndote a tí mismo saludable y libre hasta que la convicción de que lo eres te posee.
A medida que la convicción nace dentro de ti de modo que todas las dudas se desvanecen y sabes y sientes que estás libre de las limitaciones del pasado, tú sabrás que has enganchado a estos peces. La alegría que recorre todo tu ser al sentir que eres lo que deseas ser es igual a la emoción del pescador cuando engancha su pez.
Ahora viene el juego del pez. Esto se realiza al regresar al mundo de los sentidos. Al abrir los ojos al mundo que te rodea, la convicción y la conciencia de que estás sano y libre deberían estar tan establecidas dentro de ti que todo tu ser se emociona con anticipación. Luego, mientras caminas a través del intervalo de tiempo necesario que le tomarán a las cosas sentidas encarnarse, sentirás una emoción secreta sabiendo que en poco tiempo -eso- que ningún hombre ve, pero que tú sientes y sabes que eres, será capturado.
En un momento no pensado, mientras caminas fielmente en esta conciencia, tú comenzarás a expresar y poseer -eso- que tú eres consciente de ser y poseer; experimentando con el pescador la alegría de capturar uno grande. Ahora, ve y pesca las manifestaciones de la vida lanzando tus redes en el lado derecho.
Capítulo 23 Sean Oídos Que Escuchan
“Deja a estas palabras hundirse en tus oídos; porque el hijo del hombre será entregado en manos de los hombres.” (Lucas 9:44)
"Deja a estas palabras hundirse en tus oídos, porque el Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres." No seas como aquellos que tienen ojos que no ven y oídos que no oyen. (N.T.: Marcos 8:18) Deja que estas revelaciones se hundan profundamente en tus oídos, ya que después de que el Hijo (idea) es concebido, el hombre con sus falsos valores (razón) intentará explicar el -por qué- y el -por eso- de la expresión del Hijo, y al hacerlo lo hará pedazos.
Después de que los hombres hayan acordado que cierta cosa es humanamente imposible y, por lo tanto, no se puede hacer, deja que alguien logre lo imposible; los sabios que dijeron que no podía hacerse comenzarán a decirle por qué y cómo sucedió. Una vez que hayan terminado de romper la túnica sin costuras (causa de la manifestación), estarán tan lejos de la verdad como cuando proclamaron que era imposible. Mientras el hombre busque la causa de expresión en lugares que no sean el expresador, buscará en vano.
Durante miles de años al hombre se le ha dicho: "YO SOY la resurrección y la vida." (N.T.: Juan 11:25) "Ninguna manifestación viene a mí excepto que yo la llame..." (N.T.: Juan 6:44), pero el hombre no lo creerá. Prefiere creer en causas fuera de sí mismo. En el momento en que lo que no es visto se vuelve visto, el hombre está listo para explicar la causa y el propósito de su aparición. Así, el Hijo del Hombre (idea que desea manifestar) está siendo constantemente destruido a manos (explicación razonable o sabiduría) del hombre.
Ahora que tu conciencia se te revela como causa de toda expresión, no regreses a la oscuridad de Egipto con sus muchos dioses. Sólo hay un Dios. El único Dios es tu conciencia. "Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada. Y él hace según Su voluntad en el ejército del cielo, y entre los habitantes de la tierra y nadie puede detener su mano, ni decirle. ¿Qué haces?" (N.T.: Daniel 4:35) Si todo el mundo estuviera de acuerdo en que cierta cosa no podría ser expresada y aún así te vuelves consciente de ser -eso- que ellos habían acordado que no podría ser expresado, tú lo expresarías. Tu conciencia nunca pide permiso para expresar -eso- de lo cual tú eres consciente de ser. Lo hace, naturalmente y sin esfuerzo, a pesar de la sabiduría del hombre y de toda oposición.
“No saludes a ningún hombre por el camino.” (N.T.: Lucas 10:4) Esta no es una orden para ser insolente u hostil, sino un recordatorio de no reconocer a un superior, no ver en alguien una barrera para tu expresión. Nadie puede detener tu mano o cuestionar tu capacidad de expresar -eso- de lo cual tú eres consciente de ser. No juzgues por las apariencias de una cosa, "porque todos son como nada a los ojos de Dios". Cuando los discípulos, a través de su juicio de las apariencias, vieron al niño demente, pensaron que era un problema más difícil de resolver que otros que habían visto; y por eso ellos fallaron en lograr una cura. Al juzgar por las apariencias, olvidaron que todas las cosas eran posibles para Dios. Hipnotizados como estaban por la realidad de las apariencias, no podían sentir la naturalidad de la sanidad.
La única manera de evitar estos fallos es tener constantemente presente que tu conciencia es el Todopoderoso, la presencia omnisciente; sin ayuda, esta presencia desconocida que hay en ti, exterioriza sin esfuerzo -eso- de lo cual tú eres consciente de ser. Sé perfectamente indiferente a la evidencia de los sentidos, para que puedas sentir la naturalidad de tu deseo, y tu deseo será realizado. Aléjate de las apariencias y siente la naturalidad de esa percepción perfecta dentro de tí mismo, una cualidad nunca debe ser cuestionada o puesta en duda. Esta comprensión nunca te llevará por mal camino. Tu deseo es la solución de tu problema. Cuando el deseo es realizado, el problema es disuelto.
Tú no puedes forzar alguna cosa exteriormente a través del más poderoso esfuerzo de la voluntad. Hay sólo un camino por el cual tú puedes comandar las cosas que tú quieres y éste es asumiendo la conciencia de las cosas deseadas. Hay una gran diferencia entre sentir una cosa y simplemente conocerla intelectualmente. Tú debes aceptar sin reservas el hecho de que al poseer (sentir) una cosa en la conciencia has comandado la realidad que hace que llegue a existir en forma concreta. Debes estar absolutamente convencido de una conexión ininterrumpida entre la realidad invisible y su manifestación visible. Tu aceptación interna debe convertirse en una convicción intensa e inalterable que trascienda tanto a la razón como al intelecto, renunciando por completo a cualquier creencia en la realidad de la externalización, excepto como un reflejo de un estado interno de conciencia. Cuando tu realmente comprendas y creas estas cosas, tú habrás acumulado una certeza tan profunda que nada puede sacudirte.
Tus deseos son las realidades invisibles que responden sólo a los comandos de Dios. Dios comanda que lo invisible aparezca afirmándose a sí mismo ser la cosa comandada. "Él se hizo a sí mismo igual a Dios y descubrió que no era un robo hacer las obras de Dios." (N.T.: Filipenses 2:6) Ahora deja que estas palabras se hundan profundamente en tu oído: SE CONSCIENTE DE SER -ESO- DE LO CUAL TÚ QUIERES QUE APAREZCA.
Capítulo 24 Clarividencia
“Teniendo ojos, no véis? Y teniendo oídos, no oís? Y no recordáis?” (Marcos 8:18) La verdadera clarividencia se basa, no en tu capacidad de ver cosas más allá del alcance de la visión
humana, sino en tu capacidad de comprender -eso- que tú ves.
Cualquiera puede ver un estado de cuenta financiero, pero muy pocos pueden leer un estado de cuenta
financiero. La capacidad de interpretar el estado de cuenta es el signo de una clara visión o clarividencia.
Que cada objeto, tanto animado como inanimado, está envuelto en una luz líquida que se mueve y pulsa con una energía mucho más radiante que los objetos mismos, nadie lo sabe mejor que el autor; pero también sabe que la capacidad de ver tales auras no es igual a la capacidad de comprender lo que uno ve en el mundo que lo rodea.
Para ilustrar este punto, aquí hay una historia con la que todo el mundo está familiarizado, pero sólo el verdadero místico o clarividente lo ha visto realmente.
Sinopsis 1:
SINOPSIS y COMENTARIO
La historia de Dumas: "El Conde de Montecristo" es,
para el clarividente místico y verdadero, la biografía de cada hombre.
Edmond Dantes, un joven marinero, encuentra muerto al capitán de su barco. Tomando el mando del barco en medio de un mar barrido por la tormenta, intenta dirigir el barco hacia un anclaje seguro.
Comentario 1:
La vida misma es un mar azotado por la tormenta con el que el hombre lucha mientras trata de dirigirse a un refugio de descanso.
Sinopsis 2:
Dantes lleva un documento secreto que debe entregarse a un hombre que no conoce, pero que se dará a conocer al joven marinero a su debido tiempo. Este documento es un plan para liberar al emperador Napoleón de su prisión en la isla de Elba.
Comentario 2:
Dentro de cada hombre está el plan secreto que liberará al poderoso emperador dentro de sí mismo.
Sinopsis 3:
Cuando Dantes llega al puerto, tres hombres (quienes por sus halagos y alabanzas han logrado abrirse paso en las buenas gracias del rey actual) por temor a cualquier cambio que altere sus posiciones en el gobierno, tienen al joven marinero arrestado y es entregado a las catacumbas.
Comentario 3:
El hombre en su intento de encontrar seguridad en este mundo es engañado por las luces falsas de la codicia, la vanidad y el poder. La mayoría de los hombres creen que la fama, la gran riqueza o el poder político los protegerían contra las tormentas de la vida. Por lo tanto, buscan adquirirlos como los anclajes de su vida, sólo para descubrir que, en su búsqueda, pierden gradualmente el conocimiento de su verdadero ser. Si el hombre coloca su fe en otras cosas que no sea él mismo, aquello en lo cual coloca su fe lo destruirá con el tiempo; en ese momento será como uno encarcelado en la confusión y la desesperación.
Sinopsis 4:
Aquí, en esta tumba, Dantes es olvidado y abandonado, pasan muchos años. Entonces, un día, Dantes (que en ese momento es un esqueleto viviente) oye un golpe en la pared. Respondiendo a este golpe, oye la voz de uno al otro lado de la piedra. En respuesta a esta voz, Dantes retira la piedra y descubre a un viejo sacerdote que ha estado en prisión tanto tiempo que nadie sabe la razón de su encarcelamiento o el tiempo que ha estado allí.
Comentario 4:
Aquí, detrás de estos muros de oscuridad mental, el hombre permanece en lo que parece ser un muerto viviente. Después de años de desilusión, el hombre abandona estas falsas amistades, y descubre en sí mismo al antiguo (su conciencia de ser) que ha estado enterrado desde el día en que creyó ser hombre y olvidó que era Dios.
Sinopsis 5:
El viejo sacerdote había pasado muchos años cavando para salir de esta tumba viviente sólo para descubrir que había cavado en la tumba de Dantés. Luego se resigna a su destino y decide encontrar su alegría y libertad al instruir a Dantés en todo lo que sabe sobre los misterios de la vida y ayudarlo a escapar también. Dantés, al principio, está impaciente por adquirir toda esta información; pero el viejo sacerdote, con infinita paciencia obtenida a través de su largo encarcelamiento, le muestra a Dantés lo poco apto que es para recibir este conocimiento en su mente presente, no preparada y ansiosa. Entonces, con calma filosófica, le revela lentamente al joven los misterios de la vida y el tiempo.
Comentario 5:
Esta revelación es tan maravillosa que cuando el hombre la escucha por primera vez, quiere adquirirla de una vez; pero descubre que, después de innumerables años pasados en la creencia de ser hombre, ha olvidado tan completamente su verdadera identidad que ahora es incapaz de absorber esta memoria de una vez. También descubre que puede hacerlo sólo en proporción a dejar ir todos los valores y opiniones humanos.
Sinopsis 6:
A medida que Dantés madura bajo las instrucciones del viejo sacerdote, el viejo se encuentra viviendo más y más en la conciencia de Dantés. Finalmente, imparte su última sabiduría a Dantés, haciéndolo competente para manejar posiciones de confianza. Luego le cuenta de un tesoro inagotable enterrado en la Isla de Monte Cristo.
Comentario 6:
A medida que el hombre abandona estos preciados valores humanos, absorbe cada vez más la luz (el viejo sacerdote) hasta que finalmente se convierte en la luz y se sabe a sí mismo ser el antiguo. YO SOY la luz del mundo.
Sinopsis 7:
Ante esta revelación, los muros de la catacumba que los separaba del océano sobre la cueva se derrumbaron, aplastando al viejo hasta la muerte. Los guardias, al descubrir el accidente, cosen el cuerpo del viejo sacerdote en un saco y se preparan para echarlo al mar. Cuando salen a buscar una camilla, Dantés saca el cuerpo del viejo sacerdote y se cose en la bolsa. Los guardias, sin darse cuenta de este cambio de cuerpos, y creyendo que él es el viejo, arrojan a Dantés al agua.
Comentario 7:
El flujo de sangre y agua en la muerte del viejo sacerdote es comparable al flujo de sangre y agua del costado de Jesús cuando los soldados romanos lo traspasaron, el fenómeno que siempre ocurre al nacer (aquí simboliza el nacimiento de una conciencia superior).
Sinopsis 8:
Dantés se libera del saco, va a la isla de Montecristo y descubre el tesoro enterrado. Luego, armado con esta riqueza fabulosa y esta sabiduría sobrehumana, descarta su identidad humana de Edmond Dantés y asume el título de Conde de Montecristo.
Comentario 8:
El hombre descubre que su conciencia de ser es el tesoro inagotable del universo. En ese día, cuando el hombre hace este descubrimiento, muere como hombre y despierta como Dios. Sí, Edmond Dantes se convierte en el conde de Montecristo. El hombre se convierte en Cristo.
El señor es mi pastor; nada me faltará.
Capitulo 25 Salmo Veintitrés
Mi conciencia es mi Señor y Pastor. -Eso- que YO SOY consciente de ser son las ovejas que me siguen. Tan buen pastor es mi conciencia de ser que nunca ha perdido una oveja o cosa de la que YO SOY consciente de ser.
Mi conciencia es una voz llamando en el desierto de la confusión humana; llamando a todo -eso- que YO SOY consciente de ser para que me siga. Tan bien conocen mis ovejas mi voz que nunca han decaído para responder a mi llamado; ni habrá un momento en que -eso- en lo que yo estoy convencido que YO SOY no pueda encontrarme.
YO SOY una puerta abierta para todo -eso- que YO SOY para entrar. Mi conciencia de ser es El Señor y Pastor de mi vida. Ahora sé que nunca necesitaré pruebas ni me faltarán pruebas de -eso- que Yo Soy consciente de ser. Sabiendo esto, seré consciente de ser grandioso, amoroso, rico, saludable y todos los demás atributos que admiro.
Él me hace descansar en verdes pastos.
Mi conciencia de ser magnifica todo -eso- que Yo soy consciente de ser, de tal modo que siempre hay abundancia de -eso- que Yo Soy consciente de ser. No importa qué sea -eso- de lo que el hombre es consciente de ser, él lo encontrará eternamente surgiendo en su mundo. La medida del Señor (la concepción del hombre de sí mismo) es siempre apretada, remecida y rebosante.
Él me lleva junto a las aguas tranquilas.
No hay necesidad de luchar por -eso- de lo cual yo soy consciente de ser, porque todo -eso- de lo cual yo soy consciente de ser me será llevado tan fácilmente como un pastor lleva a su rebaño a las tranquilas aguas de un manantial.
El restaura mi alma; él me guía por los caminos de la rectitud por el amor de su nombre.
Ahora que mi memoria está restaurada, de modo que sé que YO SOY el Señor y a mi lado no hay Dios, mi reino ha sido restaurado. Mi reino, que se desmembró en el día en que creía en poderes aparte de mí, ahora está completamente restaurado.
Ahora que yo sé que mi conciencia de ser es Dios, yo haré uso correcto de este conocimiento al tomar conciencia de ser -eso- que yo deseo ser.
Sí, aunque camino por el valle de la sombra de la muerte, no temeré mal alguno; porque tú estás conmigo; tu cetro y tu báculo me reconfortan.
Sí, aunque camino a través de toda la confusión y las opiniones cambiantes de los hombres, no temeré mal alguno porque he descubierto que la conciencia es -eso- que crea la confusión. Habiéndola restaurado, en mi propio caso, a su lugar y dignidad legítimos, a pesar de la confusión, expresaré lo que ahora yo soy consciente de ser. Y la confusión misma hará eco y reflejará mi propia dignidad.
Preparas una mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; unges mi cabeza con aceite; mi copa se derrama.
Ante la aparente oposición y conflicto tendré éxito, porque continuaré representando la abundancia que ahora yo soy consciente de ser. Mi cabeza (conciencia) continuará desbordándose con la alegría de ser Dios.
Seguramente la bondad y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida; y habitaré en la casa del Señor para siempre.
Porque yo soy ahora consciente de ser bueno y misericordioso, los signos de bondad y misericordia se ven obligados a seguirme todos los días de mi vida, ya que continuaré viviendo en la casa (o conciencia) de ser Dios (bueno) para siempre.
Capitulo 26 Getsemaní
“Entonces Jesús viene con ellos a un lugar llamado Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allí y oro.” (Mateo 26:36)
El romance místico más maravilloso se cuenta en la historia de Jesús en el jardín de Getsemaní, pero el hombre no ha podido ver la luz de su simbología y ha interpretado erróneamente esta unión mística como una experiencia agonizante en la que Jesús suplicó en vano a su Padre para cambiar Su Destino.
Getsemaní es para el místico el Jardín de la Creación el lugar en la conciencia donde el hombre va a realizar sus objetivos definidos. Getsemaní es una palabra compuesta que significa expulsar una sustancia aceitosa: Geth, expulsar, y Shemen, una sustancia aceitosa. La historia de Getsemaní revela al místico en simbología dramática el acto de la creación. Así como el hombre contiene dentro de sí mismo una sustancia oleosa que, en el acto de la creación, es presionada hacia fuera a una semejanza de sí mismo, también tiene dentro de sí un principio divino (su conciencia) que se condiciona a sí mismo como un estado de conciencia y sin ayuda se presiona hacia fuera u objetiva a sí mismo.
Un jardín es un terreno cultivado, un campo especialmente preparado, donde se siembran y cultivan semillas de elección propia del jardinero. Getsemaní es un jardín así, el lugar en la conciencia donde el místico va con sus objetivos bien definidos. A este jardín se ingresa cuando el hombre toma su atención del mundo que lo rodea y la coloca en sus objetivos.
Los deseos clarificados del hombre son semillas que contienen el poder y los planes de autoexpresión y, al igual que las semillas dentro del hombre, éstas también están enterradas dentro de una sustancia aceitosa (una actitud mental alegre y agradecida). Cuando el hombre contempla ser y poseer lo que desea ser y poseer, ha comenzado el proceso de presionar fuera o el acto espiritual de la creación. Estas semillas son
presionadas fuera y plantadas cuando el hombre se pierde en un estado salvaje y loco de alegría, conscientemente sintiéndose y afirmando ser -eso- que antes deseaba ser.
Los deseos expresados, o presionados fuera, resultan en la desaparición de ese deseo particular. El hombre no puede poseer una cosa y aún desear poseerla al mismo tiempo. Entonces, a medida que uno se apropia conscientemente de la sensación de ser la cosa deseada, este deseo de ser la cosa pasa a ser realizada. La actitud receptiva de la mente, sentir y recibir la impresión de ser la cosa deseada, es el terreno fértil o matriz que recibe la semilla (objetivo definido).
La semilla que es presionada fuera de un hombre crece a semejanza del hombre de quien fue presionada.
Del mismo modo, la semilla mística, tu afirmación consciente de que tú eres -eso- que hasta ahora deseabas ser, crecerá en la semejanza de tí de quien y en quien es presionada. Sí, Getsemaní es el jardín cultivado del romance donde el hombre disciplinado va a presionar semillas de alegría (deseos definidos) fuera de sí mismo en su actitud mental receptiva, allí para cuidarlas y nutrirlas caminando conscientemente en la alegría de ser todo lo que antes él deseaba ser.
Siente con el Gran Jardinero la emoción secreta de saber que las cosas y cualidades que no se ven ahora se verán tan pronto como estas impresiones conscientes crezcan y se desarrollen hasta la madurez. Tu conciencia es el señor y esposo; el estado consciente en el que moras es la esposa o amada. Este estado hecho visible es tu hijo dando testimonio de ti, su padre y madre, porque tu mundo visible es hecho en la imagen y semejanza del estado de conciencia en el cual tú vives; tu mundo y la plenitud del mismo son nada más ni nada menos que tu conciencia definida objetivada.
Sabiendo que esto es cierto, procura elegir bien a la madre de tus hijos, ese estado consciente en el que vives, tu concepción de ti mismo. El sabio elige a su esposa con gran discreción. Se da cuenta de que sus hijos deben heredar las cualidades de sus padres, por lo que dedica mucho tiempo y cuidado a la selección de su madre. El místico sabe que el estado consciente en el que vive es la elección que ha hecho de una esposa, la madre de sus hijos, que este estado debe encarnarse a tiempo en su mundo; así que siempre es selecto en su elección y siempre afirma él mismo ser su ideal más elevado. Él se define a sí mismo conscientemente como -eso- que desea ser.
Cuando el hombre se da cuenta de que el estado consciente en el que vive es la elección que ha hecho de una pareja, tendrá más cuidado con sus estados de ánimo y sentimientos. Él no se permitirá a sí mismo reaccionar a sugestiones, de miedo, falta o cualquier impresión indeseable. Tales sugestiones de falta nunca podrían pasar la vigilancia de la mente disciplinada del místico, porque él sabe que cada afirmación consciente debe expresarse en el tiempo como una condición en su mundo, en su entorno. Por lo tanto, se mantiene fiel a su amada, su objetivo definido, definiendo y afirmando y sintiéndose a sí mismo como -eso- que él desea expresar. Deja al hombre preguntarse a sí mismo si su objetivo definido sería una cosa de alegría y belleza si se realizara. Si su respuesta es afirmativa, entonces él puede saber que su elección de novia es una princesa de Israel, una hija de Judá, porque cada objetivo definido que expresa alegría cuando es realizado es una hija de Judá, el rey de alabanza.
Jesús llevó con Él a Su hora de oración a Sus discípulos, o atributos mentales disciplinados, les ordenó que observaran mientras oraba, para que ningún pensamiento o creencia que negara la realización de su deseo pudiera entrar en Su conciencia. Sigue el ejemplo de Jesús, quien, con Sus deseos claramente definidos, entró al Jardín de Getsemaní (el estado de alegría) acompañado por Sus discípulos (Su mente disciplinada) para perderse en una alegría salvaje de realización. La fijación de Su atención en Su objetivo era Su comando a su mente disciplinada de observar y permanecer fiel a esa fijación. Al contemplar la alegría que sería Suya realizando Su deseo, Él comenzó el acto espiritual de generación, el acto de presionar hacia fuera -la semilla mística- Su deseo definido. Así que Él permaneció en esta fijación, afirmando y sintiendo que Él mismo era -eso- que Él (antes de entrar en Getsemaní) deseaba ser, hasta que todo Su ser (conciencia) fue bañado en un sudor aceitoso (alegría) que se asemeja a sangre (vida), en resumen, hasta que toda Su conciencia fue permeada con la alegría viva y sostenida de ser Su objetivo definido.
Cuando esta fijación es consumada de modo que el místico sabe por su sentimiento de alegría que ha pasado de su estado consciente anterior a su conciencia actual, la Pascua o la crucifixión es alcanzada. Esta crucifixión o fijación de la nueva conciencia afirmada es seguida por el Sabbath, un tiempo de reposo. Siempre hay un intervalo de tiempo entre la impresión y su expresión, entre la conciencia afirmada y su encarnación. Este intervalo es llamado el Sabbath, el período de descanso o sin esfuerzo (el día del entierro).
Caminar inamovible en la conciencia de ser o poseer un cierto estado es guardar el Sabbath. La historia de la crucifixión expresa bellamente esta quietud o reposo místico. Se nos dice que después de que Jesús gritó: "¡Está terminado!" (N.T.: Juan 19:30) Fue colocado en una tumba. Allí permaneció durante todo el Sabbath. Cuando el nuevo estado o conciencia es apropiado de modo que tú sientes, por esta apropiación; estar fijado y seguro sabiendo que está terminado, entonces tú también gritarás: "¡Está terminado!" y entrarás en la tumba o el Sabbath, un intervalo de tiempo en el cual tú caminarás inamovible en la convicción de que tu nueva conciencia debe ser resucitada (hecha visible).
La Pascua, el día de la resurrección, cae el primer domingo después de la luna llena en Aries. La razón mística de esto es simple. Un área definida no se precipitará en forma de lluvia hasta que esta área alcance el punto de saturación; de modo que simplemente el estado en el que habito no se expresará a sí mismo hasta que todo esté permeado con la conciencia de que esto es así, está terminado.
Tu objetivo definido es el estado imaginario, así como el ecuador es la línea imaginaria a través de la cual debe pasar el sol para marcar el comienzo de la primavera. Este estado, como la luna, no tiene luz ni vida en sí mismo; pero reflejará la luz de la conciencia o el sol: "Yo soy la luz del mundo, Yo soy la resurrección y la vida." (N.T.: Juan 8:12 y 11:25)
Así como la Pascua está determinada por la luna llena en Aries, del mismo modo, también la resurrección de tu afirmación consciente es determinada por la plena conciencia de tu afirmación, al vivir realmente como esta nueva concepción. La mayoría de los hombres no logran resucitar sus objetivos porque no pueden permanecer fieles a su nuevo estado definido hasta que esta plenitud es alcanzada. Si el hombre tuviera en cuenta el hecho de que no puede haber Pascua o día de resurrección hasta después de la luna llena, él se daría cuenta de que el estado al que ha pasado conscientemente se expresará o resucitará sólo después de haber permanecido dentro del estado de ser su objetivo definido. Hasta que todo su ser se emocione con la sensación de ser realmente su afirmación consciente, viviendo conscientemente en este estado de ser, sólo de esta manera, el hombre resucitará o realizará su deseo.
Capitulo 27 Una Fórmula Para La Victoria
“Cada lugar sobre el que pisara la planta de tu pie, ése yo os lo he dado.”
(Josué 1:3)
La mayoría de las personas están familiarizadas con la historia de Josué capturando la ciudad de Jericó. Lo que no saben es que esta historia es la fórmula perfecta para la Victoria, bajo cualquier circunstancia, y contra todo pronóstico.
Está registrado que Josué estaba armado sólo con el conocimiento de que cada lugar que la planta de su pie pisara le sería dado; que él deseaba capturar o pisar la ciudad de Jericó, pero que los muros que lo separaban de la ciudad eran infranqueables. Parecía físicamente imposible para Josué superar estos enormes muros y pararse sobre la ciudad de Jericó. Sin embargo, fue impulsado por el conocimiento de la promesa de que, independientemente de las barreras y los obstáculos que lo separan de sus deseos, si pudiera pararse sobre la ciudad, ésta le sería dada a él.
El Libro de Josué además registra que en lugar de luchar contra este problema gigante del muro, Josué empleó los servicios de la ramera, Rahab, y la envió como espía a la ciudad. Cuando Rahab entró en su casa, que se encontraba en medio de la ciudad, Josué que estaba bloqueado de forma segura por los muros infranqueables de Jericó, sopló su trompeta siete veces. En el séptimo toque, los muros se derrumbaron y Josué entró victorioso a la ciudad.
Para los no iniciados, esta historia no tiene sentido. Para quien lo ve como un drama psicológico, más que como un registro histórico, es muy revelador.
Si siguiéramos el ejemplo de Josué, nuestra victoria sería igualmente simple. Josué simboliza a ti, el lector, tu estado actual; la ciudad de Jericó simboliza tu deseo u objetivo definido. Los muros de Jericó simbolizan los obstáculos entre tú y la realización de tus objetivos. El pie simboliza la comprensión; colocar la planta del pie sobre un lugar definido indica la fijación de un estado psicológico definido. Rahab, la espía, es tu habilidad para viajar en secreto o psicológicamente a cualquier lugar en el espacio. La conciencia no conoce fronteras, nadie puede impedirte vivir psicológicamente en algún punto o en algún estado en el tiempo o en el espacio.
Independientemente de las barreras físicas que te separan de tu objetivo, tú puedes sin esfuerzo ni ayuda de alguien, erradicar el tiempo, el espacio y las barreras. De este modo tú puedes habitar, psicológicamente, en el estado deseado. Entonces, aunque es posible que no puedas pisar físicamente un estado o ciudad, siempre puedes pisar psicológicamente cualquier estado deseado. Al pisar psicológicamente quiero decir que ahora, en este momento, puedes cerrar los ojos y después de visualizar o imaginar un lugar o estado diferente al actual, SENTIR que estás en ese lugar o estado. Puedes sentir que esta condición es tan real que al abrir los ojos te sorprendes al descubrir que no estás físicamente allí.
Una ramera, como sabes, da a todos los hombres lo que le piden. Rahab, la ramera, simboliza tu capacidad infinita de asumir psicológicamente cualquier estado deseable sin cuestionar si estás o no física o moralmente en condiciones de hacerlo. Tú puedes hoy capturar la ciudad moderna de Jericó o tu objetivo definido si recreas psicológicamente esta historia de Josué; pero para capturar la ciudad y realizar tus deseos, debes seguir cuidadosamente la fórmula de la victoria establecida en este libro de Josué.
Esta es la aplicación de esta fórmula victoriosa como lo revela hoy un místico moderno:
Primero: Define tu objetivo (no la forma de obtenerlo), sino tu objetivo, puro y simple; sabe exactamente qué es lo que deseas para tener una imagen mental clara de ello. En segundo lugar: Aleja tu atención de los obstáculos que te separan de tu objetivo y coloca tu pensamiento en el objetivo mismo. En tercer lugar: Cierra los ojos y SIENTE que ya estás en la ciudad o el estado que capturarías. Permanece dentro de este estado psicológico hasta que obtengas una reacción consciente de completa satisfacción en esta victoria. Luego, simplemente abriendo los ojos, regresa a tu estado consciente anterior.
Este viaje secreto al estado deseado, con su posterior reacción psicológica de completa satisfacción, es todo lo que se necesita para lograr la victoria total. Este victorioso estado psíquico se encarnará a pesar de toda oposición. Tiene el plan y el poder de autoexpresión. A partir de este momento, sigue el ejemplo de Josué, quien, después de habitar psicológicamente en el estado deseado hasta que recibió una reacción consciente de victoria, no hizo nada más para lograr esta victoria que tocar siete veces su trompeta.
El séptimo toque simboliza el séptimo día, un tiempo de quietud o reposo, el intervalo entre los estados subjetivo y objetivo, un período de embarazo o una expectativa alegre. Esta quietud no es la quietud del cuerpo, sino la quietud de la mente: Una pasividad perfecta que no es indolencia, sino una quietud viva nacida de la confianza en esta ley inmutable de la conciencia.
Aquellos que no están familiarizados con esta ley o fórmula para la victoria, al tratar de calmar sus mentes, sólo logran adquirir una tensión contenida que no es más que ansiedad comprimida. Pero tú, que conoces esta ley, descubrirás que después de captar el estado psicológico que te correspondería si tú ya
fueses victorioso y estuvieses realmente implantado en esa ciudad, avanzarás hacia la realización física de tus deseos. Harás esto sin duda ni miedo, en un estado mental fijo en el conocimiento de una victoria preestablecida.
Tú no tendrás miedo del enemigo porque el resultado ha sido determinado por el estado psicológico que precedió a la ofensiva física; y todas las fuerzas del cielo y la tierra no pueden detener el cumplimiento victorioso de ese estado.
Permanece quieto en el estado psicológico definido como tu objetivo hasta que sientas la emoción de la Victoria. Luego, con la confianza que nace del conocimiento de esta ley, observa la realización física de tu objetivo.
Ponte cómodo, quédate quieto y observa la salvación de la Ley contigo.
Resumen Interactivo
Resumen
"Tu Fe Es Tu Fortuna" revela que la fe del hombre en Dios se mide por su confianza en sí mismo. Neville establece que YO SOY la conciencia incondicionada de ser, precediendo a todas las concepciones de sí mismo y permaneciendo cuando todas las concepciones dejan de ser.
El hombre puede decretar una cosa y sucederá. El hombre siempre ha decretado lo que ha aparecido en su mundo. Hoy está decretando lo que está apareciendo en su mundo y continuará haciéndolo mientras el hombre sea consciente de ser hombre. El decreto siempre es hecho en la conciencia. Todo hombre expresa automáticamente eso de lo cual es consciente de ser.
La verdad que libera al hombre es el conocimiento de que su conciencia es la resurrección y la vida, que su conciencia resucita y da vida a todo lo que él es consciente de ser. Cuando el hombre abandona su creencia en un Dios aparte de sí mismo y comienza a reconocer a su conciencia de ser, ser Dios, transformará su mundo.
YO SOY es el Señor, el Dios de toda Carne. La conciencia precede a todas las manifestaciones y es el pilar sobre el cual descansa toda manifestación. Quédate quieto y sabe que YO SOY Dios. Este mismo YO SOY, tu conciencia de ser, es Dios, el único Dios.
Todas las cosas fueron hechas por Él; y sin Él no hay algo hecho que fuese hecho. Todas las cosas están hechas por Dios (conciencia) y sin él nada hay hecho que sea hecho. La creación es juzgada buena y muy buena porque es la semejanza perfecta de esa conciencia que la produjo.
No mi voluntad, sino la tuya, sea hecha significa pasar del reconocimiento de falta (que el futuro indica con "Yo seré") al reconocimiento del suministro al afirmar: "YO SOY eso; ya está hecho; gracias Padre."
YO SOY el primero y yo soy el último; junto a mi no hay Dios. Mientras el hombre tenga una creencia en un poder aparte de sí mismo, siempre se despojará del ser que es. Sólo hay un poder: YO SOY Él.
La conciencia es la piedra fundamento sobre la cual descansa toda expresión. Ningún otro fundamento puede poner el hombre. Al que tiene (eso que él es consciente de ser) se le dará. Sólo puedes magnificar eso de lo cual tú eres consciente de ser.
La concepción virginal se revela como YO SOY, la conciencia incondicionada o la Virgen María que no conoció a un hombre y aún así, sin ayuda del hombre, concibió y dio a luz un hijo. La crucifixión y resurrección son la muerte al estado anterior y el nacimiento al estado deseado.
La oración es la ceremonia de matrimonio de Dios. Dos acordarán algo y se establecerá en la tierra. Los dos de acuerdo son tú, la novia, y la cosa deseada, el novio.
Explicación Detallada
La Naturaleza Eterna del YO SOY
"Antes que Abraham fuese, YO SOY." Neville establece que YO SOY la conciencia incondicionada de ser, y la conciencia incondicionada de ser se condicionó imaginándose a sí misma como algo, y la conciencia incondicionada de ser se convirtió en lo que se había imaginado ser; así comenzó la creación.
A través de esta ley -primero concibiendo, luego convertiéndose en eso concebido- todas las cosas evolucionan hacia fuera de la No-cosa; y sin esta secuencia no hay algo hecho que sea hecho.
El Poder de Decretar
El hombre puede decretar una cosa y sucederá. Nada ha aparecido en el mundo del hombre, sino lo que el hombre ha decretado que debería. El decreto siempre es hecho en la conciencia.
Todo hombre expresa automáticamente eso de lo cual es consciente de ser. Sin esfuerzo o el uso de palabras, en cada momento del tiempo, el hombre está comandándose ser y poseer eso de lo cual es consciente de ser y poseer.
La Biblia como Drama Psicológico
Los escritores de nuestros libros sagrados eran místicos iluminados, antiguos maestros del arte de la psicología. Al contar la historia del alma, personificaron este principio impersonal en la forma de un documento histórico tanto para preservarlo como para ocultarlo de los ojos de los no-iniciados.
Cuando el hombre ve la Biblia como un gran drama psicológico con todos sus personajes y actores como las cualidades y atributos personificados de su propia conciencia, entonces, y sólo entonces, la Biblia le revelará la luz de su simbología.
La Identidad de Dios
YO SOY es el Señor, el Dios de toda Carne. La conciencia precede a todas las manifestaciones y es el pilar sobre el cual descansa toda manifestación. Quédate quieto y sabe que YO SOY Dios.
Para remover las manifestaciones, todo lo que se requiere de ti, el concebidor, es quitar tu atención de la concepción. La manifestación permanecerá a la vista sólo mientras tome la fuerza con la que el concebidor, YO SOY, originalmente la dotó para su propio uso.
El Principio de Creación
Todas las cosas fueron hechas por Él; y sin Él no hay algo hecho que fuese hecho. Todas las cosas están hechas por Dios (conciencia) y todas las cosas están hechas de Dios. Todos son los descendientes de Dios.
Como no hay otro tú debes comandarte a ti mismo para ser eso que quisieras que apareciera. "YO SOY ESO YO SOY" es el único comando efectivo.
La Oración Verdadera
La oración es la experiencia más maravillosa que el hombre puede tener. En su verdadero sentido, la oración es la ceremonia de matrimonio de Dios.
"Cuando ores, entra en secreto y cierra la puerta, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará abiertamente." "Cuando ores, cree que has recibido, y habrás recibido."
Orar, entonces, es reconocerte a ti mismo como eso que deseas ser en lugar de rogarle a Dios por lo que deseas.
Los Doce Discípulos como Cualidades Mentales
Los doce discípulos representan las doce cualidades de la mente que el hombre puede controlar y disciplinar.Estas incluyen la audición disciplinada (Simón Pedro), el coraje (Andrés), el juicio justo y el amor (Santiago y Juan), la imaginación disciplinada (Bartolomé), la negación o duda disciplinada (Tomás), y otras cualidades esenciales.
La Circuncisión Espiritual
La circuncisión es la operación que quita el velo que oculta la cabeza de la creación. Estás circuncidado espiritualmente cuando la conciencia de hombre se cae y tu conciencia incondicionada de ser se te revela como la cabeza eterna de la creación, una presencia que todo lo sabe, sin forma, sin rostro.
Getsemaní: El Jardín de la Creación
Getsemaní es para el místico el Jardín de la Creación el lugar en la conciencia donde el hombre va a realizar sus objetivos definidos. Un jardín es un terreno cultivado, un campo especialmente preparado, donde se siembran y cultivan semillas de elección propia del jardinero.
Los deseos clarificados del hombre son semillas que contienen el poder y los planes de autoexpresión.
10 Preguntas para Mejor Comprensión
- Si "antes que Abraham fuese, YO SOY", ¿cómo cambia esto tu comprensión de tu identidad eterna versus tu identidad temporal?
- ¿Cómo puedes aplicar conscientemente el principio de que "el decreto siempre es hecho en la conciencia" para cambiar una situación actual?
- Si "la verdad que libera al hombre es el conocimiento de que su conciencia es la resurrección y la vida", ¿qué necesitas "resucitar" en tu propia vida?
- ¿Por qué Neville insiste en que no busques maestros externos cuando dice "sólo hay un Maestro y este Maestro es Dios, el YO SOY dentro de sí mismos"?
- ¿Cómo aplicarías la diferencia entre "YO SOY eso" (presente) y "YO seré eso" (futuro) en tus afirmaciones diarias?
- Si "todas las cosas fueron hechas por Él; y sin Él no hay algo hecho que fuese hecho", ¿cómo esto te hace responsable de todo en tu experiencia?
- ¿Qué significa prácticamente "no tener otro Dios" aparte de tu propia conciencia de ser?
- ¿Cómo puedes aplicar el principio de que "al que tiene se le dará" para multiplicar las cualidades que deseas expresar?
- Si la oración es "la ceremonia de matrimonio de Dios", ¿cómo cambiarías tu práctica actual de oración para convertirla en esta unión mística?
- ¿Cómo puedes usar "Getsemaní como el jardín de la creación" para cultivar conscientemente los estados deseados en tu vida?
10 Frases Relevantes
- Antes que Abraham fuese, YO SOY."
- "El hombre puede decretar una cosa y sucederá."
- "La verdad que libera al hombre es el conocimiento de que su conciencia es la resurrección y la vida."
- "YO SOY el Señor, el Dios de toda Carne."
- "Todas las cosas fueron hechas por Él; y sin Él no hay algo hecho que fuese hecho."
- "No mi voluntad, sino la tuya, sea hecha."
- "Al que tiene (eso que él es consciente de ser) se le dará."
- "Ningún otro fundamento puede poner el hombre."
- "La oración es la ceremonia de matrimonio de Dios."
- "Quédate quieto y sabe que YO SOY Dios."
Discusión