Todos nosotros estamos sumamente interesados en un asunto. Hay una cosa que significa más que todas las otras cosas puestas juntas y ésta es nuestra búsqueda de Dios y la comprensión de su naturaleza.
El objetivo del movimiento metafísico es enseñar la práctica de la presencia de Dios. Practicamos la presencia de Dios viéndolo a Él en todas partes, en todas las cosas, en toda la gente, a pesar de cualquier apariencia contraria. Cuando miramos el mundo con los ojos de la carne, vemos inarmonía, temor y toda clase de dificultades; pero nuestro Maestro Jesucristo nos enseñó diciendo: “No juzguéis por la apariencia, juzgad recto juicio“. Así que al ver la apariencia del mal, miramos esa verdad que está detrás de este. Tan pronto vemos la verdad, y la vemos espiritualmente, la apariencia cambia, porque es un mundo mental.