Ahora bien, una creencia real puede ser una mentira, pero es tan sabia como una creencia verdadera. Por eso es muy importante que usted y yo estemos expuestos a la verdad.
Nuestras creencias reales son aquello por lo que vivimos. Por eso es muy importante llegar a la verdad. Porque la creencia, sea verdadera o falsa, si realmente la creemos, vivimos según ella. Y puedo decirles que no necesitamos experimentar lo que dijimos que creemos para creer realmente en ello. Les daré un ejemplo muy gráfico. Yo personalmente nunca, y no creo que ninguno de ustedes lo haya hecho, saltó de un edificio alto. No hemos tenido esa experiencia, pero creemos que si la tuviéramos sería fatal o paralizante. Y por eso no lo hemos hecho y, sin embargo, no lo hemos experimentado. De modo que una creencia real equivale a saber. No se puede distinguir entre los dos, creer y saber, cuando se trata de una creencia real.
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