Las enseñanzas de Neville Goddard son un llamado radical a despertar. Nos llaman a dejar de ser víctimas pasivas de las circunstancias y a reconocer la verdad de nuestro ser: que somos los creadores de nuestra realidad. El nombre de Dios, nos recuerda, no es "Él hizo", sino "YO SOY". Es un estado de ser presente.

Cuando dices "YO SOY", estás declarando el nombre de Dios. Lo que sea que añadas a esa declaración, te conviertes en ello. "YO SOY rico", "YO SOY amado", "YO SOY sano". Te insto a que te pongas a prueba. Atrévete a asumir la sensación de tu deseo cumplido. Persiste en esta nueva conciencia, camina como si ya fuera un hecho, y observa cómo tu mundo se transforma para reflejar la verdad que has establecido dentro de ti. No tienes que cambiar el exterior; solo cuando cambias tu forma de pensar puedes cambiar tu mundo. Has recibido el don de la vida, el don de la imaginación. Úsalo sabiamente, úsalo con amor, y descubrirás por ti mismo que la imaginación, tu propia y maravillosa imaginación humana, realmente crea la realidad.