Por Neville Goddard Charla de Radio, Estación KECA, Los Ángeles (Julio, 1951)
Mucha gente me dice que no puede meditar. Esto me parece un poco como decir que no pueden tocar el piano después de un solo intento. La meditación, como en todo arte o expresión, requiere práctica constante para obtener resultados perfectos. Un pianista verdaderamente grande, por ejemplo, sentiría que no podría tocar lo mejor posible si faltara un día de práctica. Si faltara una semana o un mes de práctica, sabría que incluso su público menos iniciado reconocería sus defectos. Así es con la meditación. Si practicamos diariamente con alegría en este hábito diario, la perfeccionamos como un arte. Encuentro que aquellos que se quejan de la dificultad en la meditación no la convierten en una práctica diaria, sino que esperan hasta que algo apremiante aparece en su mundo y luego, a través de un acto de voluntad,intentan fijar su atención en el estado deseado. Pero no saben que la meditación es la educación de la voluntad, pues cuando la voluntad y la imaginación están en conflicto, la imaginación invariablemente gana.