El hombre rico es complaciente. Satisfecho con su posición social y financiera, no tiene hambre de crecer. Si eres complaciente, tu vida no cambiará, porque no tendrás hambre ni sed de un nivel superior de conciencia. Tú y sólo tú sabes si el hambre te ha sobrevenido o no; Pero no has comenzado el trabajo que te diste a ti mismo para hacer hasta que comiences a observar acríticamente tus pensamientos. Y cuando lo hagas, descubrirás que no eres tan veraz, honesto o valiente como pensabas que eras.

Esta entrada es solo para suscriptores

Suscríbete ahora y ten acceso a todas nuestras historias, disfruta de contenido exclusivo y mantente al día con actualizaciones constantes.

Suscríbete ahora

¿Ya eres miembro? Iniciar sesión