Los pensamientos son cosas, de modo que los diferentes tipos de pensamiento se convierten en diferentes tipos de cosas. El pensamiento es siempre creador, y debe crear cosas de su misma clase. Siempre debe dar forma a algo, y ese algo al que da forma no es en sí mismo una cosa, porque el pensamiento que crea la forma es el producto del pensador. El pensador va en primer lugar, luego el pensamiento y luego la forma.
(Este párrafo establece el principio fundamental: los pensamientos tienen poder creativo real y se materializan según su naturaleza, siguiendo una secuencia jerárquica donde el pensador es la fuente primordial.)