Durante un tiempo me sentí casi impaciente. Había defendido la fortaleza contra la muerte y había obtenido una espléndida victoria; Pero aquí estábamos sin dinero, aguijoneados diariamente por pequeñas necesidades y sin saber a dónde acudir.
Había llegado al plano consciente del crecimiento, sin soñar con que, incluso después de haber llegado a comprender la Ley, significaba para mí las inmensas fortificaciones de fuerza que ha demostrado. No soñé que significaba la conquista de la enfermedad, no solo para mí, sino para los demás.
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