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Prefacio

La opinión pública no soportará por mucho tiempo una teoría que no funciona en la práctica. Hoy, probablemente más que nunca antes, el hombre exige pruebas de la verdad, de incluso su más alto ideal.

Para su satisfacción esencial el hombre sólo necesita encontrar un principio que sea para él una forma de vida, un principio que puede experimentar como verdadero.

Creo que he descubierto tal principio en el más grande de todos los escritos sagrados, La Biblia. Extraído de mi propia iluminación mística, este libro revela la verdad enterrada en las historias del Antiguo y Nuevo Testamento por igual.

Brevemente, el libro afirma que la conciencia es la única realidad, que la conciencia es la causa y la manifestación es el efecto. Llama constantemente la atención del lector sobre este hecho, para que el lector pueda siempre mantener primero lo primero.

Habiendo sentado las bases de que un cambio de conciencia es esencial para lograr cualquier cambio de expresión, este libro explica al lector una docena de formas diferentes de lograr tal cambio de conciencia.

Este es un principio realista y constructivo que funciona.

La revelación que contiene, si se aplica, te hará libre.

Neville

Nota:
Este libro ha sido escrito para mostrarte cómo lograr tus objetivos. Aplica los principios expresados aquí y todos los habitantes de la tierra no pueden detener que realices tus deseos.

La Unidad De Dios

"ESCUCHA, oh Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor." (N.T.: Deuteronomio 6:4) Escucha, oh Israel:
Escucha, oh hombre hecho de la misma sustancia de Dios:
¡Tú y Dios son uno e indiviso!
El hombre, el mundo y todo lo que hay en él son estados condicionados
del incondicionado, Dios.
Tú eres este uno,
tú eres Dios condicionado como hombre.
Todo lo que crees que Dios es, tú eres;
pero nunca sabrás que esto es verdad
hasta que dejes de alegarlo a otro,
y reconozcas que este aparente otro ser eres tú mismo.
Dios y hombre
espíritu y materia
lo informe y lo formado,
el creador y la creación,
la causa y el efecto
tu padre y tú son uno.
Este uno, en quien todos los estados condicionados viven y se mueven
y tienen su ser,
es tu YO SOY
tu conciencia incondicionada.

La conciencia incondicionada es Dios, el uno y la única realidad. Por conciencia incondicionada se entiende un sentido de conciencia, una sensación de saber que YO-SOY aparte de saber quién YO-SOY, la conciencia de ser, divorciada de -eso- que yo soy conciente de ser. YO-SOY conciente de ser hombre, pero no necesito ser hombre para ser conciente de ser. Antes de darme cuenta de ser alguien, yo, la conciencia incondicionada, era conciente de ser, y esta conciencia no depende de ser alguien. YO-SOY conciencia autoexistente e incondicionada. Yo me hice conciente de ser alguien, y seré conciente de ser alguien diferente a esto que ahora soy conciente de ser, pero YO-SOY eternamente conciente de ser ya sea, YO-SOY incondicionado sin forma, o YO-SOY forma condicionada.

Como estado condicionado, yo (hombre), podría olvidar quién soy o dónde estoy, pero no puedo olvidar que YO-SOY. Este saber que YO-SOY, esta conciencia de ser, es la única realidad.

Esta conciencia incondicionada, el YO-SOY, es esa realidad conocedora en la que todos los estados condicionados, concepciones de mí mismo, comienzan y terminan, pero que siempre permanece siendo el desconocido conocedor cuando todo lo conocido deja de existir.

Todo lo que alguna vez he creído yo mismo ser, todo lo que ahora creo yo mismo ser, y todo lo que alguna vez creeré yo mismo ser, son sólo intentos de conocerme a mí mismo, el desconocido, la realidad indefinida.

Este desconocido conocedor, o conciencia incondicionada, es mi verdadero ser, la única realidad. YO SOY la realidad incondicionada condicionada como ese que creo yo mismo ser. YO SOY el creyente limitado por mis creencias, el conocedor definido por lo conocido.

El mundo es mi conciencia condicionada objetivada. Lo que siento y creo que es cierto de mí mismo ahora se proyecta en el espacio como mi mundo. El mundo, mi yo reflejado, siempre es testigo del estado de conciencia en el que vivo.

No hay casualidad o accidente responsable de las cosas que me pasan o del entorno en el que me encuentro. Tampoco es el destino predestinado el autor de mis fortunas o desgracias. Inocencia y culpa son meras palabras sin significado para la ley de la conciencia, excepto porque reflejan el estado de la conciencia misma.

La conciencia de culpa provoca condenación. La conciencia de falta produce pobreza. El hombre objetiva eternamente el estado de conciencia en el que permanece, pero de alguna manera se ha confundido en la interpretación de la ley de causa y efecto. Se ha olvidado de que es el estado interno la causa de la manifestación externa"como dentro, fuera" ("Correspondencia", el segundo de los Siete Principios de Hermes Trismegisto) -N.T.: https://es.wikipedia.org/wiki/Hermes_Trismegisto-, y en su olvido cree que un Dios externo tiene su propia razón peculiar para hacer las cosas, que tales razones están más allá de la comprensión del mero hombre, o cree que las personas están sufriendo debido a errores pasados que han sido olvidados por la mente consciente, o, nuevamente, el ciego azar por sí solo juega el papel de Dios.

Un día, el hombre se dará cuenta de que su propio YO-SOY es el Dios que ha estado buscando a lo largo de los siglos, y que su propio sentido de conciencia, su conciencia de ser, es la única realidad.

Esto es lo más difícil de comprender para el hombre: Que el YO-SOY en sí mismo es Dios. Es su verdadero ser o estado Padre, el único estado del que puede estar seguro. El hijo, su concepción de sí mismo, es una ilusión. Él siempre sabe que él ES, pero -eso- que él es, es una ilusión creada por él mismo (el Padre) en un acto de autodefinición.

Este descubrimiento revela que todo lo que he creído que Dios es YO-SOY. "YO SOY la resurrección y la vida" (Juan 11:25) ...es una declaración de hecho concerniente a mi conciencia, porque mi conciencia resucita o hace visiblemente vivo -eso- de lo cual YO-SOY consciente de ser.

"YO-SOY la puerta... todos los que vinieron antes que yo son ladrones y bandidos" (Juan 10:7,8) ...me muestra que mi conciencia es la única entrada al mundo de la expresión, que al asumir la conciencia de ser o poseer lo que deseo ser o poseer es la única forma en que puedo convertirme en ello o poseerlo, que cualquier intento de expresar este estado deseable de otra manera que no sea asumiendo la conciencia de serlo o poseerlo, es ser robado de la alegría de expresión y posesión.

"YO-SOY el principio y el fin" (Revelación 1:8, 22:13), ...revela a mi conciencia como la causa del nacimiento y muerte de toda expresión. "YO-SOY me envió" (Éxodo 3:14) ...revela a mi conciencia de ser el Señor que me envía al mundo a imagen y semejanza de -eso- de lo cual yo soy consciente de ser para vivir en un mundo compuesto de todo lo que yo soy consciente.

"YO-SOY el Señor, y además de Mi no hay Dios." (Isaías 45:5) ...declara a mi conciencia de ser el uno y único Señor y, además de mi conciencia, no hay Dios. "Estate quieto y sabe que YO SOY Dios." (Salmo 46:10) ...significa que yo debería detener la mente y saber que la conciencia es Dios. "No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano." (Éxodo 20:7)"YO-SOY el Señor: Ése es mi nombre." (Isaías 42:8)

Ahora que has descubierto tu YO-SOY, tu conciencia de ser Dios, no afirmes alguna cosa ser verdadera de tí mismo que no afirmarías ser verdadera de Dios, porque al definirte a ti mismo, estás definiendo a Dios.

Eso que tú eres consciente de ser es -eso- que tú has llamado Dios. Dios y el hombre son uno. Tú y tu Padre son uno. (Juan 10:30)

Tu conciencia incondicionada, o Yo-Soy, y -eso- de lo cual tú eres consciente de ser, son uno. El concebidor y la concepción son uno. Si tu concepción de ti mismo es menor que -eso- de lo cual tú afirmas como verdadero de Dios, tú le has robado a Dios (ver Filipenses 2:6), el Padre, porque tú (el Hijo o la concepción) das testimonio del Padre o del concebidor.

 No tomes el Nombre mágico de Dios, YO-SOY, en vano porque no serás considerado inocente, debes expresar todo lo que afirmas ser. Nombra a Dios definiéndote conscientemente como tu ideal más elevado.


El Nombre De Dios

No puede ser declarado con demasiada frecuencia que la conciencia es la única realidad, ya que ésta es la verdad que libera al hombre. Este es el fundamento sobre el cual descansa toda la estructura de la literatura bíblica. Las historias de la Biblia son todas revelaciones místicas escritas en un simbolismo oriental que revela a los intuitivos el secreto de la creación y la fórmula de escape. La Biblia es el intento del hombre de expresar con palabras la causa y el modo de la creación. El hombre descubrió que su conciencia era la causa o el creador de su mundo, por lo que procedió a contar la historia de la creación en una serie de historias simbólicas que hoy conocemos como la Biblia.

Para comprender este, el más grande de los libros, tú necesitas un poco de inteligencia y mucha intuición: Inteligencia suficiente para permitirte leer el libro e intuición suficiente para interpretar y comprender lo que lees. Puedes preguntar por qué la Biblia está escrita simbólicamente. ¿Por qué no fue escrita en un estilo claro y simple para que todos los que la leen puedan entenderla? A estas preguntas respondo que todos los hombres hablan simbólicamente a esa parte del mundo que difiere de la suya.

El lenguaje de Occidente es claro para nosotros de Occidente, pero es simbólico para Oriente, y viceversa. Un ejemplo de esto se puede encontrar en las instrucciones de Oriente: "Si tu mano te ofende, córtala." (N.T.: Mateo 5:30) Él habla de la mano, no como la mano del cuerpo, sino como cualquier forma de expresión, y por lo tanto te advierte que abandones esa expresión en tu mundo la cual es ofensiva para ti. Al mismo tiempo, el hombre de Occidente induciría a error involuntariamente al hombre de Oriente al decir: "Este banco está en las rocas." Porque la expresión "en las rocas" para el occidental es equivalente a la bancarrota mientras que una roca para un oriental, es un símbolo de fe y seguridad. "Lo apreciaré como a un hombre sabio que construyó su casa sobre una roca; y la lluvia descendió, y vinieron las inundaciones, y los vientos soplaron y golpearon esa casa, y no cayó, porque estaba fundada sobre una roca." (Mateo 7:24,25)

Para comprender realmente el mensaje de la Biblia, debes tener en cuenta que fue escrito por la mente oriental y, por lo tanto, no puede ser tomado literalmente por los occidentales. Biológicamente, no hay diferencia entre Oriente y Occidente. El amor y el odio son lo mismo, hambre y sed son lo mismo, ambición y deseo son lo mismo, pero la técnica de expresión es muy diferente.

Lo primero que debes descubrir si deseas abrir el secreto de la Biblia, es el significado del nombre simbólico del creador que todos conocen como Jehová. Esta palabra "Jehová" se compone de las cuatro letras hebreas: JOD HE VAU HE. Todo el secreto de la creación está oculto dentro de este nombre.

La primera letra JOD representa el estado absoluto o conciencia incondicionada, la sensación de conciencia indefinida, ese todo inclusivo del cual provienen todas las creaciones o estados condicionados de conciencia. En la terminología de hoy JOD es YO-SOY, o conciencia incondicionada.

La segunda letra HE representa al Hijo unigénito, un deseo, un estado imaginario. Simboliza una idea, un estado subjetivo definido o una imagen mental clarificada.

La tercera letra VAU simboliza el acto de unificar o unir al concebidor (JOD), la conciencia que desea la concepción; con (HE), el estado deseado, de modo que el concebidor y la concepción se vuelvan uno. Fijando un estado mental, definiéndote a tí mismo conscientemente como el estado deseado, impresionando sobre tí mismo el hecho de que tú eres ahora -eso- que tú has imaginado o concebido como tu objetivo, es la función de VAU. Clava o une la conciencia deseando a la cosa deseada. El proceso de cementación o unión se realiza subjetivamente sintiendo la realidad de lo que aún no está objetivado.

La cuarta letra, HE, representa la objetivación de este acuerdo subjetivo. El JOD HE VAU hace al hombre o al mundo manifestado (HE), a imagen y semejanza de sí mismo, el estado consciente subjetivo. Entonces, la función del HE final es dar testimonio objetivamente del estado subjetivo JOD HE VAU.

La conciencia condicionada se objetiva continuamente en la pantalla del espacio. El mundo es la imagen y semejanza del estado consciente subjetivo que lo creó. El mundo visible, por sí mismo, no puede hacer nada, sólo lleva registro de su creador, el estado subjetivo. Es el hijo visible (HE) que da testimonio del invisible Padre, Hijo y Madre, JOD HE VAU, una Santísima Trinidad que sólo se puede ver cuando se hace visible como hombre o manifestación.

Tu conciencia incondicionada (JOD) es tu YO-SOY, que visualiza o imagina un estado deseable (HE), y luego te vuelves consciente de ser ese estado imaginado al sentir y creer que eres el estado imaginado. La unión consciente entre tú que deseas y -eso- que tú deseas ser, es posible a través de la VAU, o tu capacidad de sentir y creer. Creer es simplemente vivir en la sensación de ser realmente el estado imaginado, asumiendo la conciencia de ser el estado deseado. El estado subjetivo simbolizado como JOD HE VAU se objetiva a sí mismo como HE, completando así el misterio del nombre y la naturaleza del creador, JOD HE VAU HE (Jehová)JOD es ser consciente, HE es ser consciente de algo, VAU es ser consciente como, o ser consciente de ser -eso- de lo que tú sólo eras consciente. El segundo HE es tu mundo objetivado visible que está hecho a imagen y semejanza del JOD HE VAU, o -eso- que tú eres consciente de ser.

"Y Dios dijo: Hagamos al hombre a Nuestra imagen, según Nuestra semejanza." (Génesis 1:26) Hagamos, JOD HE VAU la manifestación objetiva (HE) a nuestra imagen, la imagen del estado subjetivo. El mundo es la semejanza objetivada del estado consciente subjetivo en el que permanece la conciencia.

Esta comprensión, de que la conciencia es la única realidad, es el fundamento de la Biblia . Las historias de la Biblia son intentos de revelar en lenguaje simbólico el secreto de la creación, así como mostrarle al hombre la única fórmula para escapar completamente de sus propias creaciones. Este es el verdadero significado del nombre de Jehová, el nombre por el cual todas las cosas son hechas y sin el cual no hay nada hecho que sea hecho. Primero, eres consciente; luego te haces consciente de algo; luego te haces consciente de -eso- que ya eras consciente; luego contemplas objetivamente -eso- que eres consciente de ser.


La Ley De La Creación

Tomemos una de las historias de La Biblia y veamos cómo los profetas y escritores de la antigüedad revelaron La Historia de La Creación mediante este extraño simbolismo oriental. Todos conocemos la historia de Noé y el arca, que Noé fue elegido para crear un mundo nuevo después de que el mundo fuese destruido por el diluvio. La Biblia nos dice que Noé tuvo tres hijos, ShemHam Japheth(Génesis 6:10)

El primer hijo es llamado Shem, que significa nombreHam, el segundo hijo, significa cálido, vivo.
El tercer hijo se llama Japheth, que significa extensión.

Observarás que Noé y sus tres hijos ShemHam Japheth contienen la misma fórmula de La Creación que el nombre divino de JOD HE VAU HE.

Noé, el Padre, el concebidor, el constructor de un mundo nuevo es equivalente al JOD, o conciencia incondicionada, YO-SOY.

Shem es tu deseo, aquello de lo que eres consciente, aquello que tú nombras y defines como tu objetivo, y que es equivalente a la segunda letra en el nombre divino (HE).

Ham es el estado cálido y vivo de la sensación, que une o enlaza la conciencia deseando y la cosa deseada, y es por lo tanto equivalente a la tercera letra en el nombre divino, la VAU.

El último hijo, Japheth, significa extensión, y es el estado extendido u objetivado que da testimonio del estado subjetivo y es equivalente a la última letra del nombre divino, HE.

Tú eres Noé, el conocedor, el creador. Lo primero que engendras es una idea, un impulso, un deseo, la palabra o tu primer hijo Shem (nombre). Tu segundo hijo, Ham (cálido, vivo) es el secreto de la SENSACIÓN, mediante el cual te unes subjetivamente a tu deseo para que tú, la conciencia que desea, te hagas conciente de ser o poseer la cosa deseada. Tu tercer hijo, Japheth, es la confirmación, la prueba visible de que conoces el secreto de la creación. Él es el estado extendido u objetivado que da testimonio del estado invisible o subjetivo en el que tú permaneces.

En la historia de Noé se registra que Ham vio los secretos de su Padre (Génesis 9:22), y debido a su descubrimiento fue hecho para servir a sus hermanos, Shem Japheth (Génesis 9:25)Ham, o sensación, es el secreto del Padre, tu YO-SOY, porque es a través de la sensación que la conciencia que desea se une a la cosa deseada. La unión consciente o el matrimonio místico se hace posible sólo a través de la sensación. Es la sensación que realiza esta unión celestial de Padre HijoNoé Shem, conciencia incondicionada y conciencia condicionada.

Mediante la realización de este servicio, la sensación sirve automáticamente a Japheth, el estado extendido o expresado, ya que no puede haber una expresión objetivada a menos que primero haya una impresión subjetiva. Sentir la presencia de la cosa deseada, realizar subjetivamente un estado impresionándote a ti mismo, a través de la sensación, un definido estado consciente es el secreto de la creación.

Tu mundo objetivado actual es Japheth, que fue hecho visible por Ham. Por lo tanto, Ham sirve a sus hermanos Shem Japheth, porque sin la sensación que se simboliza como Ham, la idea o cosa deseada (Shem) no podría hacerse visible como Japheth.

La capacidad de sentir lo invisible, la capacidad de realizar y hacer real un definido estado subjetivo a través del sentido de la sensación es el secreto de la creación, el secreto por el cual la palabra o el deseo invisible se hace visible, se hace carne. "Y Dios llama a las cosas que no son como si fuesen." (Romanos 4:17)

La conciencia llama a las cosas que no se ven como si fuesen, y lo hace definiéndose primero como -eso- que desea expresar, y luego permaneciendo dentro del estado definido hasta que lo invisible se vuelva visible. Aquí está el perfecto funcionamiento de La Ley según la historia de Noé. En este mismo momento tú eres consciente de ser. Esta conciencia de ser, este saber que eres, es Noé, El Creador.

Ahora, con la identidad de Noé establecida como tu propia conciencia de ser, nombra algo que te gustaría poseer o expresar, define algún objetivo (Shem), y con tu deseo claramente definido, cierra los ojos y siente

que lo tienes o que lo estás expresando. No cuestiones cómo se puede hacer, simplemente siente que lo tienes. Asume la actitud mental que sería tuya si ya estuvieses en posesión de ello, de tal modo que tú sientes que eso está hecho. La Sensación Es el Secreto de La Creación. Sé tan sabio como Ham y descubre que tú también puedes tener la alegría de servir a tus hermanos Shem Japheth, la alegría de hacer carne la palabra o nombre.

El Secreto De La Sensación

El secreto de la sensación o el llamado de lo invisible a estados visibles se cuenta maravillosamente en la historia de Isaac bendiciendo a su segundo hijo Jacob por la creencia, basada únicamente en la sensación, de que estaba bendiciendo a su primer hijo Esaú. Está registrado que Isaac, que era viejo y ciego, sintió que estaba a punto de abandonar este mundo y deseando, antes de morir, bendecir a su primer hijo Esaú, lo envió a buscar carne de venado sabrosa con la promesa de que a su regreso de la caza él recibiría la bendición de su padre.

Ahora Jacob, quien deseaba el derecho de primogenitura o el derecho de nacimiento a través de la bendición de su padre, escuchó casualmente la solicitud de venado de su padre ciego y su promesa a Esaú. Entonces, cuando Esaú fue en busca del venado, Jacob mató un cabrito del rebaño de su padre y se vistió con él.

Colocando las pieles sobre su cuerpo liso para darle la sensación de su hermano peludo y áspero Esaú, llevó al cabrito sabrosamente preparado a su padre ciego Isaac. E Isaac, que dependía únicamente de su sentido de la sensación, confundió a su segundo hijo Jacob con su primer hijo Esaú, y pronunció su bendición sobre JacobEsaú, a su regreso de la cacería, se enteró de que su hermano de piel suave Jacob lo había suplantado, por lo que le pidió justicia a su padre, pero Isaac respondió y dijo: “Tu hermano vino con sutileza y te quitó tu bendición. (27:35) Le he hecho tu Señor, y le he dado a todos sus hermanos por siervos.” (27:37)

La simple decencia humana debería decirle al hombre que esta historia no puede tomarse literalmente. ¡Debe haber un mensaje para el hombre, escondido en algún lugar de este acto traicionero y despreciable de Jacob! El mensaje oculto, la fórmula del éxito enterrada en esta historia, se reveló intuitivamente al escritor de esta manera:

Isaac, el padre ciego, es tu conciencia, tu conciencia de ser.

Esaú, el hijo peludo, es tu presente mundo objetivado, lo áspero o sensiblemente sentido, el momento presente, el entorno actual, tu concepción actual de ti mismo, en resumen, el mundo que conoces mediante tus sentidos objetivos.

Jacob, el muchacho de piel lisa, el segundo hijo, es tu deseo o estado subjetivo, una idea aún no encarnada, un estado subjetivo que es percibido y sentido pero no conocido o visto objetivamente; un punto en el tiempo y el espacio removido del presente.

En resumen, Jacob es tu objetivo definido. El Jacob de piel lisa, o el estado subjetivo buscando encarnación o el derecho de nacimiento, cuando su padre lo siente o bendice adecuadamente (cuando conscientemente es sentido y fijado como real), se objetiviza; y al hacerlo suplanta al rudo y peludo Esaú, o el anterior estado objetivado. Dos cosas no pueden ocupar un lugar determinado al mismo tiempo, y así como lo invisible se hace visible, el anterior estado visible se desvanece.

Tu conciencia es la causa de tu mundo. El estado consciente en el que permaneces determina el tipo de mundo en el que vives. Tu concepto actual de ti mismo está ahora objetivado como tu entorno, y este estado está simbolizado como Esaú, el peludo, el que se siente con los sentidos físicos, el primer hijo. -Eso- que te gustaría ser o poseer está simbolizado como tu segundo hijo, Jacob, el muchacho de piel suave que aún no es visto, pero es subjetivamente perceptible y palpable, y será, si es tocado adecuadamente, suplanta a su hermano Esaú, o a tu mundo actual.

Siempre ten en cuenta el hecho de que Isaac, el padre de estos dos hijos, o estados, está ciego. No ve a su hijo de piel suave Jacob, sólo lo siente. Y a través del sentido del tacto, él realmente cree que Jacob, lo subjetivo, es Esaú, lo real, lo objetivado. No ves tu deseo objetivamente, simplemente tienes la sensación (lo sientes) subjetivamente. Tú no andas a tientas en el espacio buscando un estado deseable. Al igual que Isaac, te sientas quieto y envías a tu primer hijo a cazar al remover tu atención de tu mundo objetivo. Luego, en ausencia de tu primer hijo, Esaú, invitas al estado deseable, tu segundo hijo, Jacob, a acercarse para que puedas sentirlo. "Acércate, hijo mío, para que pueda sentirte." (27:21) Primero, eres consciente de él en tu entorno inmediato, luego lo acercas más y más y más hasta que lo sientes y lo sientes en tu presencia inmediata de tal modo que él es real y natural para ti.

“Si dos de ustedes están de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, será hecho por mi Padre que está en el cielo.” (N.T.: Mateo 18:19) Los dos están de acuerdo a través del sentido de la sensación, y el acuerdo es establecido en la tierra, es objetivado, se hace real. Los dos de acuerdo son Isaac Jacob: Tú y -eso- que deseas, y el acuerdo es hecho únicamente en el sentido de la sensación.

Esaú simboliza tu mundo objetivado presente, ya sea agradable o no.
Jacob simboliza todos y cada uno de los deseos de tu corazón.
Isaac simboliza tu verdadero ser, con los ojos cerrados al mundo presente, en el acto de sentir y sentirte a tí mismo ser o poseer -eso- que tú deseas ser o poseer. El secreto de Isaac, la sensación, el estado sentido, es simplemente el acto de separar mentalmente el sentido sensible (tu estado físico actual) de lo sentido sin los sentidos (lo que le gustaría ser). Con los sentidos objetivos bien cerrados, Isaac lo hizo, y puedes hacer que lo sentido sin los sentidos (el estado subjetivo) parezca real o sensiblemente conocido, porque la fe es conocimiento.

Conocer la ley de autoexpresión, la ley por la cual lo invisible se hace visible, no es suficiente. Debe ser aplicada, y este es el método de aplicación:

Primero: Envía a tu primer hijo Esaú, tu mundo o problema objetivado actual, a cazar. Esto se logra simplemente cerrando los ojos y alejando tu atención de las limitaciones objetivadas. A medida que tus sentidos son removidos de tu mundo objetivo, desaparece de tu conciencia o se va de caza.

Segundo: Con los ojos cerrados y la atención alejada del mundo que te rodea, fija conscientemente el tiempo y el lugar naturales para la realización de tu deseo.

Con tus sentidos objetivos cerrados a tu entorno actual, puedes percibir y sentir la realidad de cualquier punto en el tiempo o en el espacio, ya que ambos son psicológicos y pueden crearse a voluntad. Es de vital importancia que la condición natural de espacio-tiempo de Jacob, es decir, el tiempo natural y el lugar para la realización de tu deseo sea primero fijado en tu conciencia. Si el domingo es el día en que se debe realizar lo deseado, entonces el domingo debe ser fijado en la conciencia ahora. Simplemente comienza a sentir que es domingo hasta que la tranquilidad y la naturalidad del domingo sea establecida conscientemente. Tú tienes asociaciones definidas con los días, semanas, meses y estaciones del año. Has dicho una y otra vez: “Hoy se siente como domingo, o lunes o sábado; o esto se siente como la primavera, el verano, el otoño o el invierno.” Esto debería convencerte de que tienes impresiones definidas y conscientes que asocias con los días, las semanas y las estaciones del año. Entonces, debido a estas asociaciones, puedes seleccionar cualquier momento deseable, y al recordar la impresión consciente asociada con dicho tiempo, puedes hacer una realidad subjetiva de ese momento ahora.

Haz lo mismo con el espacio. Si la habitación en la que estás sentado no es la habitación en la que la cosa deseada sería naturalmente localizada o realizada, siéntete sentado en la habitación o lugar donde ello sería natural. Conscientemente fija esta impresión de espacio y tiempo antes de comenzar el acto de percibir y sentir la cercanía, la realidad y la posesión de lo deseado. No importa si el lugar deseado está a diez mil millas de distancia o solo al lado, debes tener en cuenta el hecho de que justo donde estás sentado es el lugar deseado. Tú no haces un viaje mental, colapsas el espacio. Siéntate en silencio donde estás y haz "del-allí”"el-aquí". Cierra los ojos y siente que el lugar donde estás es el lugar deseado, siente y percibe la realidad hasta que estés concientemente impresionado con este hecho, porque tu conocimiento de este hecho está basado únicamente en tu percepción subjetiva.

Tercero: En ausencia de Esaú (el problema) y con el natural espacio-tiempo establecido, invitas a Jacob (la solución) a venir y llenar este espacio, a venir y suplantar a su hermano. En tu imaginación ves la cosa deseada. Si no puedes visualizarla, siente el bosquejo general de ello, contémplala. Luego, mentalmente, acércala a ti. "Acércate, hijo mío, para que pueda sentirte." Siente la cercanía de ella, siente que está en tu presencia inmediata, siente la realidad y la solidez de ella, siéntela y mírala naturalmente ubicada en la habitación en la que estás sentado, siente la emoción del logro real y la alegría de posesión.

Ahora abres tus ojos. Esto te lleva de vuelta al mundo objetivo: El mundo áspero o sensatamente sentido. Tu hijo peludo, Esaú, ha regresado de la cacería y, con su sola presencia, te dice que tu hijo Jacob, de piel suave, te ha traicionado, el subjetivo y psicológicamente sentido. Pero, al igual que Isaac, cuya confianza se basó en el conocimiento de esta ley inmutable, tú también dirás: "Le he hecho tu Señor y le he dado a todos sus hermanos por siervos." Es decir, aunque tus problemas parezcan fijados y reales, has sentido que el estado psicológico subjetivo es real hasta el punto de recibir la emoción de esa realidad, has experimentado el secreto de la creación porque has sentido la realidad de lo subjetivo.

Tú has fijado un definido estado psicológico que, a pesar de toda oposición o precedente, se objetivará a sí mismo, cumpliendo así el nombre de Jacob, el suplantador.

Aquí hay algunos ejemplos prácticos de este drama:

Primero - La bendición o haciendo una cosa real: Siéntate en tu sala de estar y nombra un mueble, alfombra o lámpara que te gustaría tener en esta habitación en particular. Mira esa área de la habitación donde la colocarías si la tuvieras. Cierra los ojos y deja que todo lo que ahora ocupa esa área de la habitación se desvanezca. En tu imaginación, mira esta área como un espacio vacío, no hay absolutamente nada allí. Ahora comienza a llenar este espacio con el mueble deseado, percibe y siente que lo tienes en esta misma área, imagina que estás viendo lo que deseas ver. Continúa en esta conciencia hasta que sientas la emoción de posesión.

Segundo - La bendición o haciendo real un lugar: Ahora estás sentado en tu apartamento en la ciudad de Nueva York, contemplando la alegría que sería tuya si estuvieras en un transatlántico navegando a través del gran Atlántico. “Voy a preparar un lugar para ti. Y si voy y preparo un lugar para ti, volveré y te tomaré conmigo, para que donde yo esté, tú también puedas estar.” (N.T.: Juan 14:3) Tus ojos están cerrados, has liberado conscientemente el apartamento de Nueva York y, en su lugar, percibes y sientes que estás en un transatlántico. Estás sentado en una silla en la cubierta, no hay nada a tu alrededor excepto el vasto Atlántico. Fijas la realidad de este barco y océano para que en este estado puedas recordar mentalmente el día en que estabas sentado en tu apartamento de Nueva York soñando con este día en el mar. Recuerdas la imagen mental de ti mismo sentado allí en Nueva York soñando con este día. En tu imaginación, mira la imagen de tu recuerdo en tu departamento de Nueva York. Si logras mirar hacia atrás en tu apartamento de Nueva York sin regresar conscientemente allí, entonces has preparado con éxito la realidad de este viaje. Permanece en este estado consciente sintiendo la realidad del barco y el océano, siente la alegría de este logro, luego abre los ojos. Has ido y preparado el lugar, has fijado un definido estado psicológico y donde estás en la conciencia allí estarás también en el cuerpo.

Tercero - La bendición o haciendo realidad un suceso en el tiempo: Tú, conscientemente dejas ir este día, mes o año, según sea el caso, e imaginas que es ahora ese día, mes o año que deseas experimentar. Tú percibes y sientes la realidad del tiempo deseado al impresionar en tí mismo el hecho que ahora se ha cumplido. Al sentir la naturalidad de este tiempo, comienzas a sentir la emoción de haber realizado plenamente lo que antes de empezar este viaje psicológico en el tiempo deseabas experimentar en este momento.

Con el conocimiento de tu poder para bendecir, puedes abrir las puertas de cualquier prisión, la prisión de la enfermedad o la pobreza o de una existencia monótona. “El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para predicar buenas nuevas a los mansos, me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar la libertad a los cautivos y la apertura de la prisión a los que están prisioneros." (Isaias 61:1, Lucas 4:18)

El Sabbath

“Se realizarán seis días de trabajo,
pero el séptimo día será para vosotros un día santo, un día de reposo para el Señor”
(Éxodo 31:15, 32:5, Levítico 23:3)

Estos seis días no son períodos de veinticuatro horas. Simbolizan el momento psicológico en el que se fija un estado subjetivo definido. Estos seis días de trabajo son experiencias subjetivas y, en consecuencia, no se pueden medir por tiempo sideral, ya que el trabajo real de fijar un estado psicológico definitivo se realiza en la conciencia. El tiempo dedicado a definirte concientemente como -eso- que deseas ser es la medida de estos seis días. Un cambio de conciencia es el trabajo realizado en estos seis días creativos, un ajuste psicológico, que no se mide por el tiempo sideral sino por el logro real (subjetivo). Así como una vida en retrospectiva se mide no por años sino por el contenido de esos años, también se mide este intervalo psicológico. No por el tiempo dedicado a hacer el ajuste sino por el cumplimiento de ese intervalo.

El verdadero significado de seis días de trabajo (creación) se revela en el misterio de la VAU, que es la sexta letra del alfabeto hebreo y la tercera letra en el nombre divino: JOD HE VAU HE. Como se explicó anteriormente en el misterio del nombre de JehováVAU significa clavar o unirse. El creador se une a su creación a través de la sensación, y el tiempo que le toma fijar una sensación definida es la verdadera medida de estos seis días de creación. Separarse mentalmente del mundo objetivo y apegarse a través del secreto de la sensación al estado subjetivo es la función de la sexta letra del alfabeto hebreo, VAU, o los seis días de trabajo.

Siempre hay un intervalo entre la impresión fijada, o estado subjetivo, y la expresión externa de ese estado. El intervalo se llama el Sabbath. El Sabbath es el descanso mental que sigue al estado psicológico fijado, es el resultado de tus seis días de trabajo. "El Sabbath fue hecho para el hombre." (N.T.: Marcos 2:27) Este descanso mental que sigue a una impregnación consciente exitosa es el período del embarazo mental, un período que se hace con el propósito de incubar la manifestación. Fue hecho para la manifestación, la manifestación no fue hecha para ello. Automáticamente mantienes el Sabbath, un día de descanso, un período de descanso mental, si logras cumplir tus seis días de trabajo. No puede haber Sabbath, ni séptimo día, ni período de descanso mental, hasta que terminen los seis días, hasta que se logre el ajuste psicológico y la impresión mental esté completamente hecha. El hombre es advertido, que si no puede guardar el Sabbath, si no logra entrar en el reposo de Dios, también fallará en recibir La Promesa, no logrará cumplir sus deseos. La razón de esto es simple y obvia. No puede haber descanso mental hasta que una impresión consciente sea hecha.

Si un hombre falla en impresionarse completamente a sí mismo con el hecho de que ahora tiene lo que hasta ahora deseaba poseer, continuará deseándolo y, por lo tanto, no estará mentalmente en reposo o satisfecho. Si, en cambio, logra hacer este ajuste consciente de tal modo que al salir del período de silencio o sus seis días subjetivos de trabajo, él sabe por su sensación que tiene lo que desea, entonces automáticamente ingresa al Sabbath o el período de reposo mental. El embarazo sigue a la impregnación. El hombre no continúa deseando lo que ya ha adquirido.

El Sabbath se puede guardar como un día de descanso sólo después de que el hombre logra ser consciente de ser lo que antes de entrar en el silencio él deseaba ser. El Sabbath es el resultado de los seis días de trabajo. El hombre que conoce el verdadero significado de estos seis días de trabajo se da cuenta de que la observancia de un día de la semana como un día de quietud física no es guardar el SabbathLa paz y la quietud del Sabbath sólo se pueden experimentar cuando el hombre ha logrado ser consciente de ser lo que desea ser. Si no logra hacer esta impresión consciente, ha errado el blanco, él ha pecado, porque pecar es errar el blanco, no lograr el objetivo, un estado en el que no hay paz mental.

“Si no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado.” (Juan 15:22)
Si no se le hubiera presentado al hombre un estado ideal hacia el cual apuntar, un estado que desear y

adquirir, él habría estado satisfecho con su suerte en la vida y nunca habría conocido el pecado.

Ahora que el hombre sabe que sus capacidades son infinitas, que sabe que trabajando seis días o haciendo un ajuste psicológico puede realizar sus deseos, no estará satisfecho hasta que logre todos sus objetivos. Él, con el verdadero conocimiento de estos seis días de trabajo, definirá su objetivo y comenzará a tomar conciencia de serlo.

Cuando se produce esta impresión consciente, es seguida automáticamente por un período de descanso mental, un período que el místico llama el Sabbath, un intervalo en el que la impresión consciente se gestará y se expresará físicamente. La palabra se hará carne. ¡Pero ese no es el final!

El Sabbath o el descanso que se romperá con la encarnación de la idea tarde o temprano dará paso a otros seis días de trabajo a medida que el hombre defina otro objetivo y comience de nuevo el acto de definirse a sí mismo como -eso- que desea ser.

El hombre ha sido sacado de su sueño por medio del deseo, y no puede encontrar descanso hasta que realice su deseo. Pero antes de que pueda entrar en el descanso de Dios, o guardar el Sabbath, antes de que pueda caminar sin miedo y en paz, debe convertirse en un buen francotirador espiritual y aprender el secreto de dar en el blanco o trabajar seis días. El secreto por el cual deja ir el estado objetivo y se ajusta a sí mismo al subjetivo.

Este secreto fue revelado en el nombre divino de Jehová, y nuevamente en la historia de Isaac bendiciendo a su hijo JacobSi el hombre aplica la fórmula tal como se revela en estos dramas bíblicos, él dará en el blanco espiritual cada vez, porque él sabrá que al descanso mental o Sabbath se ingresa sólo cuando tiene éxito en hacer un cierto ajuste psicológico.

La historia de la crucifixión dramatiza maravillosamente estos seis días (período psicológico) y el séptimo día de descanso. Está registrado que era costumbre de los judíos que liberaran a alguien de la prisión en la fiesta de la Pascua, y que se les dio a elegir entre liberar a Barrabás el ladrón o a Jesús el salvador. Y ellos gritaron: "Libera a Barrabás." Con lo cual Barrabás fue liberado y Jesús fue crucificado.

También está registrado que Jesús el Salvador fue crucificado en el sexto día, sepultado o enterrado el séptimo y resucitado el primer día. El salvador en tu caso es -eso- que te salvaría de -eso- de lo que tú no eres consciente de ser, mientras que Barrabás el ladrón es tu concepción actual de tí mismo el que te roba -eso- que te gustaría ser. Al definir a tu salvador, defines -eso- que te salvaría y no cómo te salvaría. Tu salvador o deseo tiene caminos que no conoces, sus caminos son inescrutables. (Romanos 11:33) Cada problema revela su propia solución. Si estuvieras encarcelado tú automáticamente desearías estar libre. La libertad, entonces, es la cosa que te salvaría. Eso es tu salvador.

Habiendo descubierto a tu salvador, el siguiente paso en este gran drama de la resurrección es liberar a Barrabás, el ladrón, tu concepto actual de ti mismo, y crucificar a tu salvador, o fijar la conciencia de ser o tener -eso- que te salvaría.

Barrabás representa tu problema actual. Tu salvador es -eso- que te liberaría de este problema. Liberas a Barrabás llevando tu atención lejos de tu problema, lejos de tu sensación de limitación, ya que te priva de la libertad que buscas. Y crucificas a tu salvador al fijar un estado psicológico definido, por medio de la sensación, de que estás libre de la limitación del pasado. Tú niegas la evidencia de los sentidos y comienzas a sentir subjetivamente la alegría de ser libre. Sientes que este estado de libertad es tan real que también gritas: "¡Estoy libre!" "Está terminado." (Juan 19:30) La fijación de este estado subjetivo, la crucifixión, tiene lugar en el sexto día. Antes de que se ponga el sol en este día, tú debes haber completado la fijación sintiendo: "Es así." "Está terminado."

El conocimiento subjetivo es seguido por el Sabbath o el reposo mental. Serás como uno enterrado o sepultado porque sabrás que no importa cuán colosales sean las barreras, cuán infranqueables parezcan ser los muros, tu salvador crucificado y enterrado (tu fijación subjetiva actual) se resucitará a sí mismo. Al guardar el Sabbath un período de descanso mental, al asumir la actitud mental que sería tuya si ya estuvieras expresando visiblemente esta libertad, recibirás la promesa del Señor, porque la palabra se hará carne, la fijación subjetiva se encarnará a sí misma.

"Y Dios descansó el séptimo día de todas sus obras." (Hebreos 4:4)
Tu conciencia es Dios descansando en el conocimiento de que: "Esto está bien." "Esto está terminado."

Y tus sentidos objetivos confirmarán que es así porque el día lo revelará.

Deseo , la palabra De Dios

“Así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía,
sino que cumplirá lo que yo quiero, y prosperará en aquello para lo que la envié.” (Isaías 55:11)

Dios te habla a través de tus deseos básicos. Tus deseos básicos son palabras de promesa o profecías que contienen en sí mismas el plan y el poder de expresión.

Por deseo básico se entiende tu verdadero objetivo. Los deseos secundarios tratan con la forma de realización. Dios, tu YO-SOY, te habla, al estado consciente condicionado, a través de tus deseos básicos. Los deseos secundarios o las formas de expresión son los secretos de tu YO-SOY, el Padre que todo lo sabe. Tu PadreYO-SOY, revela el primero y el último: "Yo soy el principio y el fin." (Apocalipsis 1:8, 22:13), pero nunca revela el medio o el secreto de Sus caminos, es decir, el primero se revela como la palabra, tu deseo básico. El último es su cumplimiento: La palabra hecha carne. El segundo o medio (el plan de desarrollo) nunca se revela al hombre, sino que permanece para siempre siendo el secreto del Padre.

“Porque yo testifico a todo hombre que oye las palabras de la profecía de este libro, si alguno añadiere a cosas a ellas, Dios le añadirá a él las plagas que están escritas en este libro; y si alguno quitare las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida." (Apocalipsis 22:18,19)

Las palabras de profecía mencionadas en el libro de Apocalipsis son tus deseos básicos que no deben ser condicionados. El hombre constantemente agrega y quita de estas palabras. Sin saber que el deseo básico contiene el plan y el poder de expresión, el hombre siempre compromete y complica su deseo. Aquí hay una ilustración de lo que el hombre hace a la palabra de profecía: Sus deseos.

El hombre desea liberarse de su limitación o problema. Lo primero que hace después de definir su objetivo es condicionarlo sobre otra cosa. Comienza a especular sobre la forma de adquirirlo. Sin saber que lo deseado tiene una forma de expresión propia, comienza a planear cómo lo va a conseguir, lo cual agrega a la palabra de Dios. Si, por otra parte, no tiene ningún plan o concepción en cuanto a la realización de su deseo, entonces compromete su deseo modificándolo.

Él siente que si estará satisfecho con menos que su deseo básico, entonces podría tener una mejor oportunidad de realizarlo. Al hacerlo, quita de la palabra de Dios. Tanto las personas como las naciones violan constantemente esta ley de su deseo básico tramando y planificando la realización de sus

ambiciones; de este modo añaden a la palabra de profecía, o se comprometen con sus ideales, quitando así de la palabra de dios. El resultado inevitable es la muerte y las plagas o el fracaso y la frustración como se prometió para tales violaciones.

Dios le habla al hombre sólo a través de sus deseos básicos. Tus deseos están determinados por tu concepción de ti mismo. Por sí mismos no son ni buenos ni malos. "Sé y estoy persuadido por el Señor Cristo Jesús de que no hay nada impuro en sí mismo, pero para aquel que ve algo que es inmundo para él, es inmundo." (Romanos 14:14) Tus deseos son el resultado natural y automático de tu concepción actual de tí mismo. Dios, tu conciencia incondicionada, es impersonal y no hace acepción de personas. Tu conciencia incondicionada, Dios, le da a tu conciencia condicionada, hombre, a través de tus deseos básicos -eso- que tu estado condicionado (tu concepción actual de ti mismo) cree que necesita.

Mientras tú permaneces en tu presente estado de conciencia, continuarás deseando lo que ahora deseas. Cambia tu concepción de ti mismo y automáticamente cambiarás la naturaleza de tus deseos.

Los deseos son estados de conciencia buscando encarnación. Están formados por la conciencia del hombre y pueden ser fácilmente expresados por el hombre que los ha concebido. Los deseos se expresan cuando el hombre que los concibió asume la actitud mental que sería suya si los estados deseados ya se hubieran expresado. Ahora, debido a que los deseos, independientemente de su naturaleza, pueden expresarse tan fácilmente mediante actitudes mentales fijas, se debe dar una advertencia a aquellos que aún no se han dado cuenta de la unidad de la vida y que no conocen la verdad fundamental de que la conciencia es Dios, la única realidad. Esta advertencia fue dada al hombre en la famosa Regla de Oro: "Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti." (Mateo 7:21)

Puedes desear algo para tí o puedes desear para otro. Si tu deseo concierne a otro, asegúrate de que lo deseado sea aceptable para ese otro. La razón de esta advertencia es que tu conciencia es Dios, el dador de todos los dones. Por lo tanto, lo que sientes y crees que es verdad de otro es un regalo que le has dado. El regalo que no se acepta regresa al donante. Entonces, estate muy seguro de que le encantaría poseer el regalo, ya que si fijas una creencia dentro de ti como verdadera para otro y él no acepta este estado como verdadero para sí mismo, este regalo no aceptado se materializará en tu mundo. Siempre escucha y acepta como verdadero para los demás -eso- que desearías para ti mismo. Al hacerlo, estás construyendo el cielo en la tierra. “Haz a los demás como te gustaría que te hicieran a ti.” Está basado en esta ley.

Sólo acepta tales estados como verdaderos para otros que tú voluntariamente aceptarías como verdaderos para ti mismo para que puedas crear constantemente el cielo en la tierra. Tu cielo está definido por el estado de conciencia en el que vives, estado que se compone de todo lo que aceptas como verdadero para ti mismo y como verdadero para los demás. Tu entorno inmediato se define por tu propia concepción de tí mismo más tus convicciones con respecto a otros que no han sido aceptadas por ellos.

Tu concepción de otro que no es su concepción de sí mismo es un regalo que regresa a tí.

Las sugerencias, como la propaganda, son boomerangs a menos que sean aceptadas por aquellos a quienes son enviadas. Entonces tu mundo es un regalo que te has dado a ti mismo. La naturaleza del regalo está determinada por tu concepción de ti mismo más los regalos no aceptados que ofreciste a otros. No te confundas con esto, la ley no hace acepción de personas. Descubre la ley de la autoexpresión y vive de acuerdo con ella, entonces serás libre. Con esta comprensión de la ley, define tu deseo, sabe exactamente lo que quieres, asegúrate que sea deseable y aceptable.

El hombre sabio y disciplinado no ve ninguna barrera para la realización de su deseo, no ve nada que destruir. Con una actitud mental fija, reconoce que lo deseado ya está completamente expresado, porque sabe que un estado subjetivo fijo tiene formas y medios de expresarse que nadie conoce. "Antes de que pregunten, yo he respondido." (aprox. Isaías 65:24) "Tengo caminos que no conocéis." (aprox. Isaías 42:16) “Mis caminos son inescrutables.” (Romanos 11:33)

El hombre indisciplinado, por otro lado, constantemente ve oposición al cumplimiento de su deseo, y debido a la frustración él genera deseos de destrucción que cree firmemente que deben expresarse antes de que su deseo básico pueda realizarse. Cuando el hombre descubra esta ley de unidad de la conciencia, comprenderá la gran sabiduría de la Regla de oro y, por lo tanto, la vivirá y se demostrará a sí mismo que el reino de los cielos está en la tierra.

Te darás cuenta de por qué deberías "hacer a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti". Sabrás por qué deberías vivir según esta Regla de Oro porque descubrirás que es un buen sentido común hacerlo, ya que la regla está basada en la ley inmutable de la vida y no hace acepción de personas. La conciencia es la única realidad. El mundo y todo lo que hay dentro de él son estados de conciencia objetivados.

Tu mundo se define por tu concepción de tí mismo MÁS TUS CONCEPCIONES DE OTROS que no son sus concepciones de ellos mismos.

La historia de la Pascua es para ayudarte a darle la espalda a las limitaciones del presente y pasar a un estado mejor y más libre. La sugerencia de "seguir al hombre con la jarra de agua" (Marcos 14:13; Lucas 22:10) fue dada a los discípulos para guiarlos a la última cena o la fiesta de la Pascua.

El hombre con la jarra de agua es el undécimo discípulo, Simón de Canaán, la cualidad mental disciplinada que sólo escucha estados dignos, nobles y amables. La mente que es disciplinada para escuchar sólo lo bueno, se deleita con los buenos estados y así encarna lo bueno en la tierra.

Si tú también asistieras a la última cena, la gran fiesta de la Pascua, entonces sigue a este hombre. Asume esta actitud mental simbolizada como el "hombre con la jarra de agua", y vivirás en un mundo que es realmente el cielo en la tierra.

La fiesta de la Pascua es el secreto para cambiar tu conciencia. Desvías tu atención de tu concepción actual de tí mismo y asumes la conciencia de ser -eso- que tú deseas ser, pasando así de un estado a otro. Esta hazaña se logra con la ayuda de los doce discípulos, que son las doce cualidades disciplinadas de la mente. (Ver en el Libro: “Tu Fe Es Tu Fortuna.”, capítulo 18)

Fe

“Y Jesús les dijo: A causa de vuestra incredulidad, porque de cierto os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a esta montaña, muévete a ese lugar, y será removida, y nada te será imposible." (Mateo 17:20)

Esta fe de un grano de mostaza ha demostrado ser una piedra de tropiezo para el hombre. (Corintios 1:23) Se les ha enseñado a creer que un grano de mostaza significa un pequeño grado de fe. Entonces, él naturalmente, se pregunta: ¿Por qué él, un hombre maduro, debería carecer de esta medida insignificante de fe cuando una cantidad tan pequeña asegura el éxito?

"La fe", se te dijo, "es la sustancia de las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas que no se ven." (Hebreos 11:1) Y de nuevo, "A través de la fe, los mundos fueron hechos por la palabra de Dios, de modo que las cosas que se ven fueron hechas de las cosas que no se ven.” (Hebreos 11:3) Las cosas invisibles fueron hechas visibles.

El grano de la semilla de mostaza no es la medida de una pequeña cantidad de fe. Por el contrario, es lo absoluto en la fe. Una semilla de mostaza es consciente de ser una semilla de mostaza y sólo una semilla de mostaza. No tiene conocimiento de ninguna otra semilla en el mundo. Está sellada con la convicción de que es una semilla de mostaza de la misma manera que los espermatozoides sellados en el útero son conscientes de ser el hombre y sólo el hombre.

Un grano de semilla de mostaza es realmente la medida de fe necesaria para lograr todos tus objetivos, pero al igual que la semilla de mostaza, tú también debes perderte en la conciencia de ser sólo lo que deseas. Permaneces dentro de este estado sellado hasta que explota y revela tu afirmación consciente. La fe es sentir o vivir en la conciencia de ser lo deseadola fe es el secreto de la creación, la VAU en el nombre divino JOD HE VAU HE, la fe es el HAM en la familia de Noah, la fe es la sensación del tacto por el cual Isaac bendijo e hizo real a su hijo Jacob. Por fe, Dios (tu conciencia) llama a las cosas que no se ven como si fueran y las hace visibles.

Esta es la fe que te permite ser consciente de ser lo que deseas, de nuevo, esta es la fe la que te sella en este estado consciente hasta que tu afirmación invisible madura hasta su pleno desarrollo y se expresa a sí misma, es hecha visible.

La fe o la sensación es el secreto de esta apropiación.
A través de la sensación, la conciencia que desea se une a la cosa deseada.

¿Cómo te sentirías si fueras -eso- que deseas ser? Usa el estado de ánimo, esta sensación que sería tuya si ya fueras lo que deseas ser, y dentro de poco estarás sellado con la creencia de que lo eres. Entonces, sin esfuerzo, este estado invisible se objetivará a sí mismo, lo invisible será hecho visible.

Si tuvieras la fe de un grano de mostaza, hoy, a través de la sustancia mágica de la sensación, te sellarás a tí mismo en la conciencia de ser -eso- que tú deseas ser. En esta quietud mental o mirada sepulcral permanecerías seguro de que no necesitas a nadie para rodar la piedra, porque todas las montañas, piedras y habitantes de la tierra no son nada a tu vista. Eso que ahora reconoces que es verdad de tí mismo (este estado consciente presente) lo hará de acuerdo a su naturaleza entre todos los habitantes de la tierra, y nadie puede detener su mano o decirle: ¿Qué haces? (N.T.: Daniel 4:35) Nada puede detener este estado de conciencia en el que tú estás sellado, de encarnarse a sí mismo, ni cuestionar su derecho a ser.

Este estado consciente cuando está sellado apropiadamente por la fe es una palabra de DiosYO-SOY, porque el hombre da por sentado diciendo: "YO-SOY tal y tal...", y la palabra de Dios (mi estado consciente fijo) es espíritu y no puede regresar a mí vacía sino que debe cumplir aquello a lo que fue enviada. La palabra de Dios (tu estado consciente) debe encarnarse ella misma para que tú puedas saber: "YO-SOY el Señor... no hay Dios además de Mí." (Isaías 45:5) "La palabra se hizo carne y habitó entre nosotros." (Juan 1:14) Y "Él envió su palabra y lo sanó." (Salmo 107:20)

Tú también puedes enviar tu palabra, la palabra de Dios, y sanar a un amigo. ¿Hay algo que te gustaría escuchar de un amigo? Define esto como algo que sabes que le encantaría ser o poseer. Ahora, con tu deseo correctamente definido, tienes una palabra de Dios. Para enviar esta Palabra en su camino, para pronunciar esta Palabra a la existencia, simplemente haces esto:

Siéntate en silencio donde estás y asume la actitud mental de escuchar, recuerda la voz de tu amigo, con esta voz familiar establecida en tu conciencia, imagina que realmente estás escuchando su voz y que él te está diciendo que él es o tiene -eso- que tú querías que fuera o que tuviera. Impresiona en tu conciencia el hecho de que realmente lo escuchaste y que él te dijo lo que querías escuchar, siente la emoción de haber escuchado. Luego suéltalo completamente.

Este es el secreto del místico, de enviar palabras a la expresión, de hacer la palabra carne. Formas dentro de ti la palabra, lo que quieres oír, entonces escuchas y te lo dices a ti mismo. "Habla, Señor, porque tu siervo escucha." (Samuel 3:9,10) Tu conciencia es el Señor hablando a través de la voz familiar de un amigo

e imprimiendo en ti mismo lo que deseas escuchar. Esta autoimpregnación, el estado impreso en ti mismo, la Palabra, tiene formas y medios de expresarse que nadie conoce. En la medida que logras hacer la impresión, tú serás indiferente a las apariencias porque esta autoimpresión está sellada como un grano de mostaza y, a su debido tiempo, madurará hasta su plena expresión.

La Anunciación

El uso de la voz de un amigo para impregnarse uno mismo con un estado deseable está contado maravillosamente en la historia de la Inmaculada Concepción.

Está registrado que Dios envió un ángel a María para anunciar el nacimiento de Su hijo. “Y el ángel le dijo... concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo. Entonces dijo María al ángel: ¿Cómo será esto, ya que no conozco a un hombre? Y el ángel respondió y le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del más alto te cubrirá con su sombra, por lo que también ese santo que nacerá de ti será llamado hijo de Dios. Porque para Dios nada es imposible.” (Lucas 1:30,37)

Esta es la historia que se ha contado durante siglos en todo el mundo, pero al hombre no se le dijo que estaba escrita acerca de sí mismo, por lo que no recibió el beneficio que estaba destinado a darle. La historia revela el método por el cual la idea o palabra se hizo carne. Dios, se nos dice, germinó o engendró una idea, un hijo, sin la ayuda de otro. Luego colocó su idea germinal en el vientre de María con la ayuda de un ángel que le hizo el anuncio y la impregnó con la idea.

No existe un método más simple que haya sido registrado de la conciencia impregnándose a sí misma que el que se encuentra en la historia de la Inmaculada Concepción. Los cuatro personajes en este drama de la creación son el Padre, el hijo, María y el Ángel. El Padre simboliza tu conciencia, el hijo simboliza tu deseo, María simboliza tu actitud receptiva de la mente, y el ángel simboliza el método utilizado para hacer la impregnación.

El drama se desarrolla de esta manera: El padre engendra un hijo sin la ayuda de otro, tú defines tu objetivo, aclaras tu deseo sin la ayuda o sugerencia de otro. Entonces el Padre selecciona a ese ángel que está mejor calificado para llevar este mensaje o posibilidad germinal a María. Tú seleccionas a la persona en tu mundo quien estaría sinceramente encantada de presenciar el cumplimiento de tu deseo. Entonces María se entera por medio del ángel que ya ha concebido un hijo sin la ayuda del hombre.

Tú asumes una actitud mental receptiva, una actitud de escucha e imaginas que estás escuchando la voz de la persona que has elegido para decirte lo que deseas saber. Imaginas que lo escuchas decir que eres y tienes lo que deseas ser y tener. Permaneces en este estado receptivo hasta que sientes la emoción de haber escuchado las buenas y maravillosas noticias.

Entonces, como la María de la historia, tú te dedicas a tus asuntos en secreto sin contarle a nadie esta maravillosa e inmaculada auto-impregnación, confiando en que a su debido tiempo tú expresarás esta impresión.

El Padre genera la semilla o la posibilidad germinal de un hijo pero en una impregnación eugenésica, él no transporta los espermatozoides de sí mismo al útero. Lo ha llevado a través de otro medio. La conciencia que desea es el Padre que genera la semilla o la idea. Un deseo clarificado es la semilla perfectamente formada o el hijo unigénito. Esta semilla es llevada del Padre (conciencia que desea) a la Madre (conciencia

de ser y tener el estado deseado). Este cambio de conciencia se logra mediante el ángel o la voz imaginaria de un amigo que te dice que ya has logrado tu objetivo.

El uso de la voz de un ángel o un amigo para causar una impresión consciente es la forma más corta, más segura y más certera de autoimprimirse. Con tu deseo adecuadamente definido, asumes una actitud de escucha. Imaginas que estás escuchando la voz de un amigo, luego haz que te diga (imagina que te está diciendo) cuán afortunado eres de haber realizado plenamente tu deseo. En esta actitud mental receptiva estás recibiendo el mensaje de un ángel, estás recibiendo la impresión de que eres y tienes -eso- que deseas ser y tener. El estremecimiento emocional de haber escuchado lo que deseas escuchar es el momento de la concepción. Es el momento en que te impregnas a ti mismo, el momento en que realmente sientes que eres ahora -eso- o tienes -eso-, que hasta ahora tú deseabas ser o poseer.

A medida que emerjas de esta experiencia subjetiva, tú, como María en la historia, sabrás por tu actitud mental cambiada que has concebido un hijo, que has fijado un estado subjetivo definido y dentro de poco expresarás u objetivarás este estado.

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Resumen

"Libertad Para Todos" es un libro de 1942 que presenta la conciencia como la única realidad y causa de toda manifestación. Neville Goddard sostiene que YO SOY es el nombre de Dios y representa nuestra conciencia incondicionada. El texto reinterpreta historias bíblicas como fórmulas psicológicas para cambiar estados de conciencia y manifestar deseos.

Los conceptos centrales incluyen:

  • La Unidad de Dios: Dios y el hombre son uno; la conciencia es la única realidad
  • El Nombre Divino: JHVH (Jehová) como fórmula de creación: conciencia + deseo + sensación = manifestación
  • La Sensación: El secreto para unir la conciencia deseante con lo deseado
  • El Sabbath: El descanso mental que sigue a la impresión consciente exitosa
  • Técnicas prácticas: Métodos para cambiar estados de conciencia mediante visualización y sensación

Explicación Detallada

Fundamento Filosófico

El libro establece que la conciencia es la única realidad. Todo lo que experimentamos en el mundo físico es simplemente nuestra conciencia objetivada. Nuestro estado de conciencia actual determina nuestro mundo externo. No existe casualidad, destino o Dios externo; solo la conciencia proyectando sus estados internos.

La Fórmula de Creación JHVH

Usando el nombre divino JHVH (Jehová), Goddard explica el proceso creativo:

  • JOD = Conciencia incondicionada (YO SOY)
  • HE = El deseo/idea definida claramente
  • VAU = La unión mediante sensación (el secreto)
  • HE = La manifestación objetiva final

Metodología Práctica

  1. Definir claramente el deseo básico (no el "cómo" se realizará)
  2. Entrar en estado receptivo (ojos cerrados, relajado, apartado del mundo objetivo)
  3. Establecer tiempo y lugar natural para la realización
  4. Sentir la realidad del deseo cumplido mediante sensación física y emocional
  5. Mantener la fe sellada como un grano de mostaza
  6. Descansar mentalmente (Sabbath) en la certeza del cumplimiento

Historias Bíblicas como Técnicas Psicológicas

  • Noé y sus hijos: Shem (deseo), Ham (sensación), Japheth (manifestación)
  • Isaac bendiciendo a Jacob: La técnica de sentir lo invisible como real
  • La cura de la lepra: Fórmula para eliminar cualquier problema mediante dos "aves"
  • La Anunciación: Método de autoimpregnación usando la voz imaginaria de otros
  • Los seis días y el Sabbath: El trabajo psicológico y el descanso mental necesario

Principios Clave

  • Regla de Oro: Solo desear para otros lo que queremos para nosotros
  • No agregar ni quitar a los deseos básicos
  • La fe como sensación de poseer ya lo deseado
  • El poder del YO SOY como nombre creativo de Dios
  • La importancia del secreto en el proceso de manifestación

10 Preguntas para Mejor Comprensión

  • ¿Qué significa que "la conciencia es la única realidad" en términos prácticos de nuestra vida diaria?
  • ¿Cómo se diferencia el YO SOY incondicionado de nuestras concepciones condicionadas de nosotros mismos?
  • ¿Por qué la sensación es más importante que la visualización en el proceso de manifestación según Goddard?
  • ¿Cuál es la diferencia entre deseos básicos y deseos secundarios, y por qué no debemos "agregar" a los deseos?
  • ¿Cómo funciona exactamente el "Sabbath" psicológico y por qué es necesario para la manifestación?
  • ¿De qué manera las historias bíblicas de Isaac, Jacob y Esaú enseñan técnicas específicas de cambio de conciencia?
  • ¿Qué significa tener "fe como un grano de mostaza" según la interpretación de Goddard?
  • ¿Cómo se aplica la Regla de Oro en el contexto de la conciencia como única realidad?
  • ¿Cuál es el método específico de la "Anunciación" para impregnarse conscientemente con un estado deseado?
  • ¿Por qué es importante mantener en secreto nuestros "trabajos" de manifestación según este sistema?

10 Frases Relevantes

  • "La conciencia es la única realidad, la conciencia es la causa y la manifestación es el efecto."
  • "YO SOY la realidad incondicionada condicionada como eso que creo yo mismo ser."
  • "La sensación es el secreto de la creación."
  • "No tomes el nombre del Señor tu Dios en vano" - no afirmes ser lo que no quieres expresar.
  • "Dios llama a las cosas que no son como si fuesen" - mediante la conciencia definida.
  • "El mundo es mi conciencia condicionada objetivada."
  • "Los seis días de trabajo son el tiempo dedicado a definirte conscientemente como lo que deseas ser."
  • "El Sabbath es el descanso mental que sigue al estado psicológico fijado."
  • "La palabra se hará carne" - la impresión subjetiva se encarnará como experiencia objetiva.
  • "Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti" - porque la conciencia es una y lo que das regresa a ti.