La piedra angular de la técnica de Neville es lo que él denominó la "Ley de la Asunción".Esta ley establece que para manifestar un deseo, debes asumir el sentimiento del deseo ya cumplido. No se trata de desear algo en el futuro, sino de sentir que es una realidad en el presente.

"Desear es pensar 'en'", nos enseña Neville. "¡Vivir es pensar 'desde'!". La mayoría de la gente pasa la vida deseando, lo que por definición implica carencia. Confiesan que no tienen lo que quieren. La verdadera oración, el verdadero arte de la manifestación, es moverse psicológicamente del estado del problema al estado de la solución.

Para aplicar la Ley de la Asunción, primero debes definir claramente tu objetivo. Luego, debes construir una escena breve y vívida que siga al cumplimiento de tu deseo. Esta escena no debe ser el acto de conseguirlo, sino un momento que implica que ya lo tienes. Si deseas una casa, podrías imaginarte dando una fiesta de inauguración. Si deseas un ascenso, podrías imaginar a un colega felicitándote.

El momento más potente para imprimir esta asunción en la mente subconsciente es el estado somnoliento, justo antes de dormir. En este estado relajado, similar al trance, la mente consciente está tranquila y la puerta al subconsciente está abierta. Entra en tu escena imaginaria, siéntela con todos tus sentidos. ¿Qué ves? ¿Qué oyes? ¿Qué tocas? Hazla tan real y vívida que adquiera los tonos de la realidad. Repite esta escena una y otra vez, como una canción de cuna, hasta que te quedes dormido en ese estado. Si lo haces fielmente, tu asunción, aunque al principio parezca falsa, se endurecerá hasta convertirse en un hecho objetivo en tu mundo.