Capítulo 1
Ley de Reversibilidad
“Ora por mi alma, más cosas son forjadas por la oración de lo que este mundo sueña."
-Tennyson-
La ORACIÓN es un arte y requiere práctica. El primer requisito es una imaginación controlada. Procesiones y vanas repeticiones son ajenos a la oración. Su ejercicio requiere tranquilidad y paz mental, "No uses vanas repeticiones", porque la oración se hace en secreto y "tu Padre que ve en secreto te recompensará abiertamente". (N.T.: Mateo 6:6) Las ceremonias que se usan habitualmente en la oración son meras supersticiones y se han inventado para dar a la oración un aire de solemnidad. Quienes practican el arte de la oración a menudo ignoran las leyes que la controlan. Atribuyen los resultados obtenidos a las ceremonias y confunden la letra con el espíritu. La esencia de la oración es la fe; pero la fe debe estar impregnada de comprensión para recibir esa cualidad activa que no posee cuando está sola. "Por lo tanto, adquiere sabiduría; y con todo lo que obtengas, adquiere comprensión."
Este libro es un intento de reducir lo desconocido a lo conocido, señalando las condiciones en que las oraciones son respondidas, y sin las cuales no pueden ser respondidas. Define las condiciones que rigen la oración en leyes que son simplemente una generalización de nuestras observaciones.
La ley universal de reversibilidad es la base sobre la cual estas afirmaciones están basadas.
El movimiento mecánico causado por el habla se conoció durante mucho tiempo antes de que alguien soñara con la posibilidad de una transformación inversa, es decir, la reproducción del habla por movimiento mecánico (el fonógrafo). Durante mucho tiempo, la electricidad se produjo por fricción sin pensar que la fricción, a su vez, podría ser producida por la electricidad. Ya sea que el hombre tenga éxito o no en revertir la transformación de una fuerza, sabe, sin embargo, que todas las transformaciones de fuerza son reversibles. Si el calor puede producir movimiento mecánico, entonces el movimiento mecánico puede producir calor. Si la electricidad produce magnetismo, el magnetismo también puede desarrollar corrientes eléctricas. Si la voz puede causar corrientes ondulantes, entonces esas corrientes pueden reproducir la voz, y así sucesivamente. Causa y efecto, energía y materia, acción y reacción son lo mismo e interconvertibles.
Esta ley es de suma importancia, porque te permite prever la transformación inversa una vez que la transformación directa es verificada. Si supieras cómo te sentirías si realizaras tu objetivo, entonces, inversamente, sabrías qué estado tú realizarías si despertaras en ti mismo esa sensación. El mandato, orar creyendo que tú ya posees -eso- por lo que oras, se basa en el conocimiento de la ley de transformación inversa. Si tu oración realizada produce en tí una sensación definida o estado de conciencia, entonces, inversamente, esa sensación particular o estado de conciencia debe producir tu oración realizada. Debido a que todas las transformaciones de fuerza son reversibles, siempre debes asumir la sensación de tu deseo cumplido. Tú debes despertar dentro de ti la sensación de que tú eres y tienes -eso- que hasta ahora deseabas ser y poseer. Esto se hace fácilmente al contemplar la alegría que sería tuya si tu objetivo fuese un hecho consumado, de modo tal que tú vives y te mueves y tienes tu ser en la sensación de que tu deseo se ha realizado.
La sensación del deseo cumplido, si es asumido y sostenido, debe objetivar el estado que lo habría creado. Esta ley explica por qué "la fe es la sustancia de las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas que no se ven" (N.T.: Hebreos 11:1) y por qué "Él llama a las cosas que no se ven como si fuesen y las cosas que no eran vistas se vuelven vistas". (N.T.: Romanos 4:17) Asume la sensación de tu deseo cumplido y continúa sintiendo que está cumplido hasta que -eso- que tú sientes se objetiva a sí mismo.
Si un hecho físico puede producir un estado psicológico, un estado psicológico puede producir un hecho físico. Si el efecto (a) puede ser producido por la causa (b), entonces inversamente, el efecto (b) puede ser producido por la causa (a).
Por eso te digo: "Lo que desees, cuando ores, cree que lo has recibido, y lo tendrás." (Marcos 11:24)
Capítulo 2
Naturaleza Dual de La Conciencia
Un concepto claro de la naturaleza dual de la conciencia del hombre debe ser la base de toda oración verdadera. La conciencia incluye un subconsciente, así como una parte consciente. La parte infinitamente mayor de la conciencia se encuentra debajo de la esfera de la conciencia objetiva. El subconsciente es la parte más importante de la conciencia. Es la causa de la acción voluntaria. El subconsciente es lo que es un hombre. Lo consciente es lo que un hombre conoce. "Yo y mi padre somos uno, pero mi padre es más grande que yo." (N.T.: Juan 10:30 y 14:28) El consciente y el subconsciente son uno, pero el subconsciente es más grande que el consciente.
"Yo mismo nada puedo hacer, el Padre dentro de mí hace el trabajo." (N.T.: Juan 5:30) Yo, conciencia objetiva, de mí mismo nada puedo hacer; El Padre, el subconsciente, Él hace el trabajo. El subconsciente es aquello en lo cual todo es conocido, en lo cual todo es posible, a lo cual todo va, de lo cual todo viene, el cual pertenece a todos, al cual todos tienen acceso.
Eso de lo que somos conscientes está construido a partir de eso que no somos conscientes. Nuestras asunciones subconscientes no solamente influyen en nuestro comportamiento, sino que también modelan el patrón de nuestra existencia objetiva. Sólo ellas tienen el poder de decir: "Hagamos al hombre, manifestaciones objetivas, a nuestra imagen, según nuestra semejanza." (N.T.: Génesis 1:26) La totalidad de la creación está dormida en lo más profundo del hombre y es despertada a la existencia objetiva a través de sus asunciones subconscientes.
La oración es la llave que abre el almacén infinito. "Pruébame ahora con esto, dice el Señor de los ejércitos, si no te abriré las ventanas del cielo y te derramaré una bendición, que no habrá espacio suficiente para recibirla." (N.T.: Malaquías 3:10) La oración modifica o cambia por completo nuestras asunciones subconscientes, y un cambio de asunción es un cambio de expresión.
La mente consciente razona inductivamente a partir de la observación, la experiencia y la educación. Por lo tanto, le resulta difícil creer lo que niegan los cinco sentidos y la razón inductiva. El subconsciente razona deductivamente y nunca se preocupa por la verdad o la falsedad de la premisa, sino que procede bajo la asunción de la exactitud de la premisa y objetiva los resultados que son consistentes con la premisa. Esta distinción debe ser vista claramente por todos quienes quisieran dominar el arte de la oración. No se puede obtener una verdadera comprensión de la ciencia de la oración hasta que se entiendan las leyes que rigen la naturaleza dual de la conciencia y la importancia del subconsciente sea comprendido.
La oración, el arte de creer -eso- que es negado por los sentidos, trata casi por completo con el subconsciente. A través de la oración, el subconsciente es sugestionado a la aceptación del deseo cumplido y, razonando deductivamente, lo despliega lógicamente hasta su fin legítimo. "Mucho más grande es el que está en ti que el que está en el mundo." (N.T.: 1 Juan 4:4)
La mente subjetiva es la conciencia difusa que anima el mundo; es el espíritu que da vida. En toda sustancia hay una sola alma, la mente subjetiva. A través de toda la creación corre esta mente subjetiva intacta. Pensamiento y sentimiento fusionados en creencias le imprimen modificaciones, le encargan una misión, misión que cumple fielmente.
La mente consciente origina premisas. La mente subjetiva las despliega a sus fines lógicos. Si la mente subjetiva no estuviera tan limitada en su iniciativa de poder de razonamiento, el hombre objetivo no podría ser considerado responsable de sus acciones en el mundo. El hombre transmite ideas al subconsciente a través de sus sensaciones. El subconsciente transmite ideas de mente a mente a través de la telepatía. Sus convicciones no expresadas de los demás se les transmiten sin su conocimiento consciente o consentimiento, y si son aceptadas inconscientemente por ellos, influirán en su comportamiento.
Las únicas ideas que ellos descartan subconscientemente son tus ideas de ellos que ellos no podrían desear ser ciertas para alguien. Cualquier cosa que ellos puedan desear para otros puede ser creído de ellos, y por la ley de creencia que gobierna el razonamiento subjetivo, ellos están obligados a aceptar subjetivamente y, por lo tanto, a expresar en consecuencia objetivamente.
La mente subjetiva está completamente controlada por sugestión. Las ideas son mejor sugeridas cuando la mente objetiva es parcialmente subjetiva, es decir, cuando los sentidos objetivos disminuyen o se mantienen en suspenso. Este estado parcialmente subjetivo puede ser mejor descripto como ensueño controlado, en el que la mente es pasiva pero capaz de funcionar con absorción. Es una concentración de la atención. No debe haber conflicto en tu mente cuando estás orando. Gira de lo que es a lo que debería ser. Asume el estado de ánimo del deseo cumplido, y por la ley universal de reversibilidad tú realizarás tu deseo.
Capítulo 3
Imaginación y Fe
Las ORACIONES no son hechas exitosamente a menos que haya una relación entre la mente consciente y subconsciente del operador. Esto se hace a través de la imaginación y la fe.
Por el poder de la imaginación todo hombre, ciertamente los hombres imaginativos, siempre lanzan encantamientos, y todos los hombres, especialmente los hombres poco imaginativos, pasan continuamente bajo su poder. ¿Podemos estar seguros de que no fue nuestra madre mientras zurcía nuestros calcetines quien comenzó ese cambio sutil en nuestras mentes? Si puedo lanzar un hechizo involuntariamente sobre personas, no hay razón para dudar de que soy capaz de lanzar intencionalmente un encantamiento mucho más fuerte.
Todo lo que se puede ver, tocar, explicar, discutir, es para el hombre imaginativo nada más que un medio, ya que funciona, en razón de su imaginación controlada, en lo más profundo de sí mismo, donde cada idea existe en sí misma y no en relación con otra cosa. En él no hay necesidad de las restricciones de la razón, ya que la única restricción que puede obedecer es el instinto misterioso que le enseña a eliminar todos los estados de ánimo distintos del estado de ánimo del deseo cumplido.
La imaginación y la fe son las únicas facultades mentales necesarias para crear condiciones objetivas. La fe requerida para el funcionamiento exitoso de La Ley de La Conciencia es una fe puramente subjetiva y se puede lograr al cesar la oposición activa por parte de la mente objetiva del operador. Depende de su capacidad de sentir y aceptar como verdadero lo que sus sentidos objetivos niegan. No es necesaria la pasividad del sujeto ni su acuerdo consciente con tu sugestión, pues sin su consentimiento o conocimiento se le puede dar una orden subjetiva que debe expresar objetivamente. Es una ley fundamental de la conciencia que por telepatía podemos tener una comunión inmediata con otro.
Para establecer una relación, llamas al sujeto mentalmente. Centra tu atención en él y mentalmente grita su nombre como lo harías para atraer la atención de cualquier persona. Imagina que ha respondido, y mentalmente escucha su voz. Represéntalo internamente en el estado que deseas que obtenga. Luego imagina que te está diciendo en el tono de una conversación ordinaria lo que quieres escuchar. Respóndele mentalmente. Cuéntale tu alegría al presenciar su buena fortuna. Habiendo escuchado mentalmente con toda la distinción de la realidad lo que querías escuchar, y emocionado con las noticias escuchadas, regresa a la conciencia objetiva. Tu conversación subjetiva debe despertar lo que afirmó.
"Decretarás una cosa y te será establecida." (N.T.: Job 22:28) No es una voluntad fuerte la que envía la palabra subjetiva a su misión, sino que es el claro pensar y sentir la verdad del estado afirmado. Cuando la creencia y la voluntad están en conflicto, la creencia invariablemente gana. "No por fuerza, ni por poder, sino por mi espíritu, dice el Señor de los ejércitos." (N.T.: Zacarías 4:6) No es lo que quieres lo que atraes; atraes lo que crees que es verdad. Por lo tanto, sumérgete en el espíritu de estas conversaciones mentales y dales el mismo grado de realidad que tendrías en una conversación telefónica. "Si puedes creer, todas las cosas son posibles para el que cree. Por lo tanto, te digo, cualquier cosa que desees, cuando ores, cree que la has recibido, y la tendrás." (N.T.: Marcos 9:23; 11:24) La aceptación del fin dispone los medios. Y la reflexión más sabia no podría idear medios más efectivos que aquellos que son dispuestos al aceptar el fin. Habla mentalmente con tus amigos como si tus deseos por ellos ya se hubiesen realizado.
La imaginación es el comienzo del crecimiento de todas las formas, y la fe es la sustancia a partir de la cual ellas son formadas. A través de la imaginación, lo que existe en latencia o está dormido en lo profundo de la conciencia es despertado y se le da una forma. Las curas atribuidas a la influencia de ciertas medicinas, reliquias y lugares son los efectos de la imaginación y la fe. El poder curativo no está en el espíritu que está en ellos, sino en el espíritu en el que son aceptados. "La letra mata, pero el espíritu da vida." (N.T.: 2 Corintios 3:6)
La mente subjetiva está completamente controlada por la sugestión, por lo tanto, ya sea que el objeto de tu fe sea verdadero o falso, obtendrás los mismos resultados. No hay nada incorrecto en la teoría de la medicina o en las pretensiones del sacerdocio por sus reliquias y lugares sagrados. La mente subjetiva del paciente acepta la sugestión de salud condicionada a tales estados, y tan pronto como estas condiciones se cumplan se procede a realizar la salud. "De acuerdo a tu fe, hágase en ti porque todo es posible para el que cree." (N.T.: Lucas 1:38; Mateo 9:29) La expectativa segura de un estado es el medio más potente para lograrlo. La expectativa segura de una cura hace lo que ningún tratamiento médico puede lograr.
El fracaso siempre se debe a una auto-sugestión antagónica por parte del paciente, que surge de la duda objetiva del poder de la medicina o reliquia, o de la duda de la verdad de la teoría. Muchos de nosotros, ya sea por muy poca emoción o demasiado intelecto, los cuales son obstáculos en el camino de la oración, no podemos creer lo que nuestros sentidos niegan. Forzarnos a creer terminará en una mayor duda. Para evitar tales contra-sugestiones, el paciente debe ignorar, objetivamente, las sugestiones que se le hacen. El método más efectivo para curar o influir en el comportamiento de los demás consiste en lo que se conoce como: "El tratamiento silencioso o ausente." Cuando el sujeto no es consciente, objetivamente, de la sugestión que se le da, no hay posibilidad de que él cree una creencia antagónica. No es necesario que el paciente sepa, objetivamente, que se está haciendo algo para él. Por lo que se sabe de los procesos subjetivos y objetivos del razonamiento, es mejor que no sepa de manera objetiva lo que se está haciendo para él. Mientras más completamente la mente objetiva se mantenga ignorante de la sugestión, mejor realizará la mente subjetiva sus funciones. El sujeto subconscientemente acepta la sugestión y cree que la origina, lo que demuestra la verdad del dictamen de Spinoza de que no conocemos las causas que determinan nuestras acciones. (N.T.: https://psicologiaymente.com/reflexiones/frases-baruch-spinoza)
La mente subconsciente es el conductor universal que el operador modifica con sus pensamientos y sentimientos. Los estados visibles son, ya sea los efectos vibratorios de las vibraciones subconscientes dentro de ti o son las causas vibratorias de las vibraciones correspondientes dentro de ti. Un hombre disciplinado nunca les permite ser causa a menos que despierten en él estados deseables de conciencia.
Con un conocimiento de La Ley de Reversibilidad, el hombre disciplinado transforma su mundo al imaginar y sentir sólo lo que es encantador y de buen nombre. La hermosa idea que despierta dentro de sí mismo no dejará de despertar su afinidad en los demás.
Él sabe que el salvador del mundo no es un hombre sino la manifestación que salvaría. El salvador del enfermo es la salud, el salvador del hambriento es la comida, el salvador del sediento es el agua. Camina en compañía del salvador asumiendo la sensación de tu deseo cumplido.
A través de las leyes de reversibilidad, todas las transformaciones de fuerza son reversibles, la energía o sensación despierta se transforma ella misma en el estado imaginado. Él nunca espera cuatro meses para la cosecha. Si en cuatro meses la cosecha despertará en él un estado de alegría, entonces, inversamente, la alegría de la cosecha ahora despertará la cosecha ahora. "Ahora es el momento aceptable para dar belleza por cenizas, alegría por duelo, alabanza por espíritu de pesadez; para que puedan ser llamados árboles de justicia, la plantación del Señor que él pueda ser glorificado." (N.T.: 2 Corintios 6:2; Isaías 61:3)
Capítulo 4
Ensoñación Controlada
TODOS son susceptibles a las mismas leyes psicológicas que rigen al sujeto hipnótico ordinario. Es susceptible de control por sugestión. En la hipnosis, los sentidos objetivos están parcial o totalmente suspendidos. Sin embargo, no importa cuán profundamente los sentidos objetivos estén cerrados en la hipnosis, las facultades subjetivas están alertas, y el sujeto reconoce todo lo que sucede a su alrededor. La actividad y el poder de la mente subjetiva son proporcionales al sueño de la mente objetiva. Las sugestiones que parecen impotentes cuando se presentan directamente a la conciencia objetiva son muy eficaces cuando el sujeto está en estado hipnótico. El estado hipnótico es simplemente ser inconsciente, objetivamente. En el hipnotismo, la mente consciente se duerme y los poderes subconscientes se exponen para ser alcanzados directamente por sugestión. Es fácil ver a partir de esto, siempre que acepte la verdad de las sugestiones mentales, que cualquier persona que no sea objetivamente consciente de usted está en un profundo estado hipnótico en relación con usted. Por lo tanto, "No maldigas al rey, ni en tu pensamiento; y no maldigas a los ricos en tu alcoba; porque un pájaro del aire llevará la voz, y lo que tiene alas lo contará." (Eclesiastes 10:20) Lo que sinceramente crees como cierto de otro lo despiertas dentro de él.
Nadie necesita estar en trance, de la manera ordinaria, para ser ayudado. Si el sujeto desconoce conscientemente la sugestión, y si la sugestión es dada con convicción y es aceptada con confianza a través del operador como verdadera, entonces tienes el escenario ideal para una oración exitosa. Represéntate mentalmente al sujeto como si ya hubiera hecho lo que deseas que haga. Habla mentalmente con él y felicítalo por haber hecho lo que quieres que haga. Míralo mentalmente en el estado que quieres que él obtenga. Dentro del círculo de su acción, cada palabra hablada subjetivamente despierta, objetivamente, lo que afirma. La incredulidad por parte del sujeto no es un obstáculo cuando tienes el control de tu ensueño.
Una fuerte aserción de tí, mientras tú estás en un estado parcialmente subjetivo, despierta lo que afirma. La autoconfianza de tu parte y la profunda creencia en la verdad de tu aserción mental son todo lo que se necesita para producir resultados. Visualiza al sujeto e imagina que escuchas su voz. Esto establece contacto con su mente subjetiva. Luego imagina que te está diciendo lo que quieres escuchar. Si quieres enviarle palabras de salud y riqueza, imagina que te está diciendo: "Nunca me he sentido mejor y nunca he tenido más", y cuéntale mentalmente tu alegría al presenciar su buena fortuna. Imagina que ves y escuchas su alegría.
Una conversación mental con la imagen subjetiva de otro debe ser de una manera que no exprese la más mínima duda sobre la verdad de lo que tú escuchas y dices. Si tienes la menor idea de que no crees lo que imaginaste haber escuchado y visto, el sujeto no cumplirá, ya que tu mente subjetiva transmitirá solo tus ideas fijas. Solo las ideas fijas pueden despertar sus correlatos vibratorios en aquellos hacia quienes se dirigen. En el ensueño controlado, las ideas deben ser sugeridas con sumo cuidado. Si no controlas tu imaginación en el ensueño, tu imaginación te controlará a ti. Cualquier cosa que sugieras con confianza es ley para la mente subjetiva; tiene la obligación de objetivar lo que tú mentalmente afirmas. El sujeto no sólo ejecuta el estado afirmado, sino que lo hace como si la decisión hubiera sido de sí mismo o si la idea hubiera sido originada por él.
El control del subconsciente es el dominio sobre todo. Cada estado obedece el control de una única mente. El control del subconsciente se logra mediante el control de tus creencias, que a su vez es el factor más potente en la producción de estados visibles. La imaginación y la fe son los secretos de la creación.
Capítulo 5
Ley de transmisión del pensamiento
"Él envió su palabra y los curó, y los libró de sus destrucciones." (N.T.: Salmo 107:20) Él transmitió la conciencia de salud y despertó su correlato vibratorio hacia quien estaba dirigido. Él representaba mentalmente al sujeto para sí mismo en un estado de salud e imaginaba haber escuchado al sujeto confirmarlo. "Porque ninguna palabra de Dios estará desprovista de poder; por lo tanto, mantén firme el patrón de las palabras saludables que has escuchado." (N.T.: Ver Jeremías 1:12, Josué 21:44, Hebreos 4:1, Romanos 1:16,17)
Para orar con éxito debes tener objetivos claramente definidos. Debes saber lo que quieres antes de poder pedirlo. Debes saber lo que quieres antes de sentir que lo tienes, y la oración es el la sensación de un deseo cumplido. No importa qué es lo que buscas en la oración, o dónde está, o a quién concierne. No tienes nada que hacer más que convencerte de la verdad de lo que deseas ver manifestado. Cuando sales de la oración ya no buscas, porque -si has orado correctamente- has asumido subconscientemente la realidad del estado buscado, y por la ley de reversibilidad tu asunción subconsciente debe objetivar -eso-que afirma.
Tú debes tener un conductor para transmitir una fuerza. Puedes emplear un cable, un chorro de agua, una corriente de aire, un rayo de luz o cualquier intermediario. El principio del fotófono (N.T.: https://es.wikipedia.org/wiki/Fot%C3%B3fono ) o la transmisión de la voz por la luz te ayudará a comprender la transmisión del pensamiento o el envío de una palabra para sanar a otro. Existe una fuerte analogía entre una voz hablada y una voz mental. Pensar es hablar bajo, hablar es pensar en voz alta.
El principio del fotófono es el siguiente: Un espejo refleja un rayo de luz y lo proyecta a un receptor en un punto distante. Detrás del espejo hay una boquilla. Al hablar por la boquilla, tú causas que el espejo vibre. Vibrando el espejo modifica la luz reflejada sobre él. La luz modificada tiene su discurso para llevar, no como discurso, sino como es representado en su correlato mecánico. Llega a la estación distante e incide sobre un disco dentro del receptor; esto causa que el disco vibre de acuerdo con la modificación a la que es sometido y reproduce tu voz.
"Yo soy la luz del mundo." (N.T.: Juan 8:12) Yo soy, el conocimiento de que Yo existo, es una luz mediante la cual lo que pasa en mi mente se hace visible. La memoria, o mi capacidad de ver mentalmente lo que no está presente objetivamente, prueba que mi mente es un espejo y un espejo tan sensible que puede reflejar un pensamiento. La repercepción de una imagen en la memoria de ninguna manera difiere de un acto visual de la percepción de mi imagen en un espejo. El mismo principio de ver está involucrado en ambos.
Tu conciencia es la luz reflejada en el espejo de tu mente y proyectada en el espacio a ése en quien tú piensas. Al hablar mentalmente con la imagen subjetiva en tu mente, haces que el espejo de tu mente vibre. Tu mente vibrando modifica la luz de la conciencia reflejada en ella. La luz modificada de la conciencia llega a aquel hacia quien se dirige e incide en el espejo de su mente; hace que su mente vibre de acuerdo con las modificaciones a las que es sometido. Por lo tanto, reproduce en él lo que tú afirmaste mentalmente.
Tus creencias, tus actitudes fijas en la mente, modifican constantemente tu conciencia al reflejarse en el espejo de tu mente. Tu conciencia, modificada por tus creencias, se objetivan en las condiciones de tu mundo. Para cambiar el mundo, primero debes cambiar tu concepción del mismo. Para cambiar a un hombre, debes cambiar tu concepción de él. Debes creer que es el hombre que quieres que sea y hablar mentalmente con él como si lo fuese. Todos los hombres son lo suficientemente sensibles como para reproducir tus creencias de ellos. Por lo tanto, si tu palabra no se reproduce visiblemente en aquel hacia quien es enviada, la causa se encuentra en tí, no en el sujeto. Tan pronto como crees en la verdad del estado afirmado, los resultados siguen. Todos pueden ser transformados; cada pensamiento puede ser transmitido; cada pensamiento puede ser visiblemente encarnado.
Las palabras subjetivas -las asunciones subconscientes- despiertan lo que afirman. "Ellas están vivas y activas y no volverán a mí vacías, sino que lograrán -eso- que yo deseo y prosperarán en la cosa para lo cual las envié." (N.T.: Isaías 55:11) Están dotadas de la inteligencia relacionada con su misión y persistirán hasta que se realice el objeto de su existencia; persisten hasta que despiertan los correlatos vibratorios de sí mismas dentro de la persona a quien están dirigidas, pero en el momento en el que el objeto de su creación es logrado, ellas dejan de ser. La palabra hablada subjetivamente en silenciosa confianza siempre despertará un estado correspondiente en aquel para quien fue hablada; pero en el momento en que esta tarea es cumplida deja de ser, permitiendo que aquel en quien el estado es realizado permanezca en la conciencia del estado afirmado o regrese a su estado anterior.
Cualquier estado en el que tienes tu atención sostiene tu vida. Por lo tanto, volver la atención a un estado anterior es regresar a esa condición. "No recuerdes las cosas anteriores, ni consideres las cosas antiguas."
(N.T.: Isaías 43:18)
Nada puede ser añadido al hombre, ya que toda la creación ya está perfeccionada dentro de él. "El reino de los cielos está dentro de ti. (N.T.: Lucas 17:21) El hombre no puede recibir nada, excepto que le sea dado del cielo." (N.T.:Juan 3:27) El cielo es tu subconsciencia. Ni siquiera una quemadura solar es dada desde fuera. Los rayos fuera sólo despiertan los correspondientes rayos dentro. Si los rayos ardientes no estuvieran contenidos dentro del hombre, todos los rayos concentrados en el universo no podrían quemarlo. Si los tonos de salud no estuvieran contenidos en la conciencia de quien los afirma, no podrían ser vibrados a través de La Palabra que es enviada. Realmente no le das a otro, resucitas lo que está dormido dentro de él. "La damisela no está muerta, sino que duerme." (N.T.: Mateo 9:24) La muerte es meramente un sueño y un olvido. La edad y la decadencia son el sueño, no la muerte, de la juventud y la salud. El reconocimiento de un estado lo hace vibrar o despertar.
La distancia, tal como la conocen tus sentidos objetivos, no existe para la mente subjetiva. "Si tomo las alas de la mañana, y habito en las partes más profundas del mar; incluso allí tu mano me guiará." (N.T.:Salmo 139:9,10) El tiempo y el espacio son condiciones del pensamiento; la imaginación puede trascenderlos y moverse en un tiempo y espacio psicológicos. Aunque físicamente separado de un lugar por miles de millas, puedes vivir mentalmente en un lugar distante como si estuviera aquí. Tu imaginación puede transformar fácilmente el invierno en verano, Nueva York en Florida, etc.. Ya sea que el objeto de tu deseo esté cerca o lejos, los resultados serán los mismos. Subjetivamente, el objeto de tu deseo nunca está lejos; su intensa cercanía la hace remota desde la observación de los sentidos. Habita en la conciencia, y la conciencia está más cerca que la respiración y más cerca que las manos y los pies. (N.T.: Tennyson, https://es.wikipedia.org/wiki/Alfred_Tennyson )
La conciencia es la única realidad. Todos los fenómenos están formados por la misma sustancia que vibra a ritmos diferentes. Todo es conciencia modificada a través de la creencia. De la conciencia, yo como hombre vine, y a la conciencia, yo como hombre regreso. En la conciencia, todos los estados existen subjetivamente, y son despertados a su existencia objetiva a través de la creencia. Lo único que nos impide hacer una impresión subjetiva exitosa en uno a una gran distancia, o transformar el -allí- en -aquí-, es nuestra costumbre de considerar el espacio como un obstáculo.
Un amigo a mil millas de distancia está enraizado en tu conciencia a través de tus ideas establecidas de él. Pensar en él y representarlo para tí mismo interiormente en el estado que tú deseas que él esté, seguro de que esta imagen subjetiva es tan cierta como si ya estuviese objetivada, despierta en él un estado correspondiente que debe objetivar. Los resultados serán tan obvios como oculta era la causa. El sujeto expresará el estado despertado dentro de él y desconocerá la verdadera causa de su acción. Tu ilusión de libre albedrío no es más que la ignorancia de las causas que te hacen actuar. Las oraciones dependen de tu actitud mental para su éxito y no de la actitud del sujeto. El sujeto no tiene poder para resistir tus controladas ideas subjetivas de él, a menos que el estado afirmado por tí como verdadero de él sea un estado que él es incapaz de desear como verdadero para otro. En ese caso, vuelve a tí, el remitente, y se realizará en tí. Siempre que la idea sea aceptada, el éxito depende completamente del operador, no de los sujetos que, como las agujas de la brújula en sus pivotes, son bastante indiferentes en cuanto a la dirección que tú elijes darles. Si tu idea fijada no es subjetivamente aceptada por la persona a la que está dirigida, ésta rebota a tí de quien vino. "¿Quién es el que te hará daño, si sois seguidores de lo que es bueno? (N.T.: 1 Pedro 3:13) He sido joven y ahora soy viejo; sin embargo, no he visto al justo abandonado, ni su simiente mendigando pan. (N.T.: Salmo 37:25) No le sucederá el mal al justo." (N.T.: Proverbio 12:21) No nos sucede nada que no sea de la naturaleza de nosotros mismos.
Una persona que dirige un pensamiento malicioso a otra se verá perjudicada por su rebote si falla en conseguir la aceptación subconsciente del otro. "Como siembras, así cosecharás." (N.T.: Gálatas 6:7) Además, lo que tú puedes desear y creer de otro puede ser deseado y creído de tí, y tú no tienes poder para rechazarlo si quien lo desea para tí lo acepta como verdadero de tí.
El único poder para rechazar una palabra subjetiva es ser incapaz de desear un estado similar a otro: Dar presupone la capacidad de recibir. La posibilidad de imprimir una idea en otra mente presupone la capacidad de esa mente para recibir esa impresión. Los tontos explotan el mundo; los sabios lo transfiguran. Es la sabiduría más alta saber que en el universo viviente no hay otro destino que el creado por la imaginación del hombre. No hay influencia fuera de la mente del hombre.
"Cualquier cosa que sea encantadora, cualquier cosa que sea de buen informe; si hay alguna virtud, y si hay algún elogio, piensa en estas cosas." (N.T.: Filipenses 4:8) Nunca aceptes como verdadero para los demás lo que no quisieras sea verdadero para tí. Para despertar un estado dentro de otro, primero debe estar despierto dentro de tí. El estado que transmitirías a otro sólo puede transmitirse si tú lo crees. Por lo tanto, dar es recibir. No puedes dar lo que no tienes y sólo tienes lo que crees. Entonces, creer que un estado es verdadero de otro no sólo despierta ese estado dentro del otro sino que lo hace vivo dentro de ti.Tú eres lo que crees.
"Da y recibirás, una medida completa, apretada y rebosante." (N.T.: Lucas 6:38) Dar es simplemente creer, porque lo que verdaderamente crees de otros tú lo despiertas dentro de ellos. El estado vibratorio transmitido por tu creencia persiste hasta que despierta su vibración correspondiente en aquel de quien eso es creído. Pero antes de que pueda transmitirse, primero debe estar despierto dentro de la conciencia del transmisor. Lo que sea que esté despierto dentro de tu conciencia, tú eres. Si la creencia refiere a uno mismo o a otro, no importa, porque el creyente se define por la suma total de sus creencias o asunciones subconscientes.
"Como un hombre piensa en su corazón", en el profundo subconsciente de sí mismo, "así es él". (N.T.: Proverbio 23:7) Haz caso omiso de las apariencias y subjetivamente afirma como verdadero -eso- que tú deseas sea cierto. Esto despierta en ti el tono del estado afirmado que a su vez se realiza en ti y en quien -eso- es afirmado. Da y recibirás. Las creencias invariablemente despiertan lo que afirman. El mundo es un espejo en el que todos se ven a sí mismos reflejados. El mundo objetivo refleja las creencias de la mente subjetiva.
Algunas personas se impresionan mejor con las imágenes visuales, otras con los sonidos mentales y otras con las acciones mentales. La forma de actividad mental que permite que todo el poder de tu atención se concentre en una dirección elegida es la que debes cultivar, hasta que puedas poner todo en juego en tu objetivo al mismo tiempo.
Si tuvieses alguna dificultad en la comprensión de los términos, "imágenes visuales", "sonidos mentales" y "acciones mentales", aquí hay una ilustración que debería aclarar sus significados: A- Imagina que él ve una pieza musical, sin saber nada de anotaciones musicales. B- Imagina que él ve la misma pieza, pero puede leer música y puede imaginar cómo sonaría cuando sea tocada en el piano; ésa imaginación es un sonido mental. C- También lee música y es pianista; mientras él lee, él se imagina a sí mismo tocando la pieza. La acción imaginaria es acción mental.
Las imágenes visuales, los sonidos mentales y las acciones mentales son creaciones de tu imaginación, y aunque parecen provenir de afuera, en realidad provienen de ti mismo. Ellas se mueven como movidas por otro, pero realmente son lanzadas por tu propio espíritu desde el almacén mágico de la imaginación. Son proyectadas al espacio por la misma ley vibratoria que gobierna el envío de una voz o imagen. El discurso y las imágenes se proyectan no como discurso o imágenes, sino como correlatos vibratorios. La mente subjetiva vibra según las modificaciones que sufre el pensamiento y los sentimientos del operador. El estado visible creado es el efecto de las vibraciones subjetivas. Una sensación o sentimiento siempre va acompañada de una vibración correspondiente, es decir, un cambio de expresión o sensación en el operador.
No hay pensamiento o sensación sin expresión. No importa cuán inmóvil tú parezcas estar si reflejas con algún grado de intensidad, siempre hay una ejecución de movimientos musculares leves. El ojo, aunque cerrado, sigue los movimientos de los objetos imaginativos y la pupila se dilata o contrae de acuerdo con el brillo o la lejanía de esos objetos; la respiración se acelera o ralentiza, de acuerdo con el curso de tus pensamientos; los músculos se contraen de manera correspondiente a tus movimientos mentales.
Este cambio de vibración persiste hasta que despierta una vibración correspondiente en el sujeto, vibración que luego se expresa a sí misma en un hecho físico. "Y la palabra se hizo carne." (N.T.: Juan 1:14) La energía, como se ve en el caso de la radio, es transmitida y recibida en un "campo", un lugar donde ocurren cambios en el espacio. El campo y la energía son uno e inseparables. El campo o sujeto se convierte en la encarnación de la palabra o energía recibida. El pensador y el pensamiento, el operador y el sujeto, la energía y el campo son uno. Si estuvieses quieto lo suficiente para escuchar el sonido de tus creencias, sabrías lo que se entiende por "la música de las esferas" (N.T.: https://andreaferreiro.wordpress.com/2014/07/03/la-acusmatica-de- los-oidores-lo-oido-y-la-forma-del-oir/ , https://www.barcelonaclasica.info/es/els-pitagorics-i-la-musica-de-les-esferes/).
Los sonidos mentales que escuchas en oración como viniendo de fuera son realmente producidos por ti mismo. La autoobservación revelará este hecho. Así como la música de las esferas se define como la armonía escuchada sólo por los dioses, y se supone que es producida por los movimientos de las esferas celestiales, así, también es la armonía que subjetivamente escuchas para otros escuchada por tí a solas y es producida por los movimientos de tus pensamientos y sensaciones en el verdadero reino o "cielo dentro de ti".
Capítulo 6
Buenas Noticias
"Cuán hermosos son los pies del que trae buenas nuevas sobre los montes, que hace pública la paz, que trae buenas nuevas del bien, que hace pública la salvación." (N.T.: Isaías 52:7)
Una manera muy efectiva de traer buenas noticias a otro es llamar ante el ojo de tu mente la imagen subjetiva de la persona a la que deseas ayudar y hacer que afirme que él ha hecho -eso- que tú deseabas que hiciera. Escucha mentalmente que te dice que lo ha hecho. Esto despierta dentro de él el correlato vibratorio del estado afirmado, cuya vibración persiste hasta que su misión es consumada. No importa qué es lo que deseas que sea hecho, o a quién seleccionas para hacerlo. Tan pronto como afirmes subjetivamente que está hecho, los resultados siguen. Puede resultar en fracaso sólo si tú fallas en aceptar la verdad de tu aserción o si el estado afirmado no fuese deseado por el sujeto para sí mismo o para otro. En el último caso, el estado se realizaría en tí, el operador.
El hábito aparentemente inofensivo de "hablar contigo mismo" es la forma más fructífera de la oración. Una discusión mental con la imagen subjetiva de otro es la forma más segura de orar por una discusión. Tú estás pidiendo ser ofendido por el otro cuando te encuentres objetivamente. Él se ve obligado a actuar de una manera desagradable para tí, a menos que antes del encuentro tú canceles o modifiques tu orden afirmando subjetivamente un cambio.
Desafortunadamente, el hombre olvida sus discusiones subjetivas, sus conversaciones mentales diarias con otros, por lo que no encuentra explicación a los conflictos e infortunios de su vida. Así como las discusiones mentales producen conflictos, las conversaciones mentales felices producen correspondientes estados visibles de buenas noticias. El hombre se crea a sí mismo a partir de su propia imaginación.
Si el estado deseado es para tí mismo, y te resulta difícil aceptar como verdadero lo que tus sentidos niegan, llama ante el ojo de tu mente la imagen subjetiva de un amigo y hazle afirmar mentalmente que tú ya eres -eso- que tú deseas ser. Esto establece en él, sin su consentimiento o conocimiento consciente, la asunción subconsciente de que tú eres -eso- que él afirmó mentalmente, tal asunción, debido a que es inconscientemente asumida, persistirá hasta que cumpla su misión. Su misión es despertar en ti su correlato vibratorio, tal vibración cuando se despierta en ti se realiza a sí misma como un hecho objetivo.
Otra forma muy efectiva de orar por uno mismo es usar la fórmula de Job, quien descubrió que su propio cautiverio fue eliminado mientras oraba por sus amigos. Fija tu atención en un amigo y haz que la voz imaginaria de tu amigo te diga que él es, o que tiene lo que es comparable a -eso- que tú deseas ser o tener. Al escucharlo y verlo mentalmente, siente la emoción de su buena fortuna y sinceramente deséale lo mejor. Esto despierta en él la vibración correspondiente del estado afirmado, vibración que luego debe objetivarse como un hecho físico. Tú descubrirás la verdad de la declaración: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia." (N.T.: Mateo 5:7) "La calidad de la misericordia es dos veces bendecida: Bendice al que toma y al que da." (N.T.: extracto de “El mercader de Venecia”, acto 4, escena 1, de William Shakespeare) El bien que aceptas subjetivamente como verdadero de los demás no sólo será expresado por ellos, sino que una porción completa será realizada por tí.
Las transformaciones nunca son totales. La fuerza A siempre se transforma en más que una fuerza B. Un golpe con un martillo produce no solo una conmoción mecánica, sino también calor, electricidad, un sonido, un cambio magnético, etc. El correlato vibratorio en el sujeto no es la entera transformación de la sensación comunicada. El regalo transmitido a otro es como la medida divina, apretada, remecida y rebosante (N.T.: Lucas 6:38) de modo que después de alimentar a los cinco mil de los cinco panes y dos peces, sobran doce cestas llenas. (N.T.: Marcos 6:41,42,43)
Capítulo 7
La Más Grande Oración
La imaginación es el comienzo de la creación. Te imaginas lo que deseas, y luego crees que es verdad. Cada sueño podría ser realizado por aquellos suficientemente auto-disciplinados como para creerlo. Las personas son lo que eliges hacer de ellas; un hombre es acorde a la manera en que tú lo miras. Tú debes mirarlo con ojos diferentes antes de que él cambie objetivamente. "Dos hombres miraron desde los barrotes de la prisión, uno vio el barro y el otro vio las estrellas." Siglos atrás, Isaías hizo la pregunta: "¿Quién es ciego, sino mi siervo, o sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién es ciego como él que es perfecto y ciego como el siervo del Señor?" (N.T.: Isaías 42:19) El hombre perfecto no juzga por las apariencias, sino que juzga con rectitud. Él ve a los demás como desea que sean; sólo escucha lo que quiere escuchar. Sólo ve lo bueno en los demás. En Él no hay condena porque transforma el mundo con su vista y oído.
"El rey que se sienta en el trono disipa el mal con su ojo." (N.T.: Proverbios 20:8) La compasión por los seres vivos, el acuerdo con las limitaciones humanas, no está en la conciencia del rey porque él ha aprendido a separar sus conceptos falsos de su verdadero ser. Para él, la pobreza no es más que el sueño de la riqueza. No ve orugas, sino pintorescas mariposas para ser; no invierno, sino verano durmiendo; no el hombre en necesidad, sino Jesús durmiendo. Jesús de Nazaret, que disipa el mal con su ojo, está dormido en la imaginación de cada hombre, y de su propia imaginación el hombre debe despertarlo afirmando subjetivamente "YO SOY Jesús". Entonces y sólo entonces él verá a Jesús, porque el hombre sólo puede ver lo que está despierto dentro de sí mismo. El útero sagrado es la imaginación del hombre. El niño santo es esa concepción de sí mismo que se ajusta a la definición de perfección de Isaías. Presta atención a las palabras de San Agustín: "Demasiado tarde te he amado, porque he aquí que estabas dentro y fue afuera que te busqué." Es a tu propia conciencia que debes recurrir como la única realidad. Allí, y sólo allí, despiertas -eso- que está adormecido. "Aunque Cristo nazca mil veces en Belén, si no ha nacido en ti, tu alma aún está desamparada." (N.T.: https://es.wikipedia.org/wiki/Angelus_Silesius)
La creación está terminada. Tú invocas tu creación sintiendo la realidad del estado que llamarías. Un estado de ánimo atrae sus afinidades pero no crea lo que atrae. Así como el sueño es llamado sintiendo "tengo sueño", así, también, Jesucristo es llamado a través de la sensación "yo soy Jesucristo".
El hombre sólo se ve a sí mismo. Nada le ocurre al hombre que no sea de su propia naturaleza. Las personas emergen de la masa traicionando su estrecha afinidad con tus estados de ánimo a medida que son engendrados. Los encuentras aparentemente por accidente, pero descubres que son íntimos de tu estado de ánimo. Debido a que tus estados de ánimo se exteriorizan continuamente, podrías profetizar a partir de tus estados de ánimo, que tú, sin buscarlo, pronto conocerás a ciertos personajes y te encontrarás con ciertas condiciones. Por lo tanto, llama a la perfección viviendo en la sensación: "Yo soy Cristo", pues Cristo es el único concepto de sí mismo a través del cual pueden verse las realidades desveladas de la eternidad.
Nuestro comportamiento está influenciado por nuestra asunción subconsciente respecto a nuestro propio rango social e intelectual y el de la persona a la que nos dirigimos. Busquemos y evoquemos el mayor rango, y el más noble de todos es el que despoja al hombre de su mortalidad y lo reviste de una gloria inmortal sin límites. Asumamos el sentimiento: "Yo soy Cristo", y toda nuestra conducta cambiará sutil e inconscientemente de acuerdo con esa asunción.
Nuestras asunciones subconscientes se externalizan continuamente para que otros puedan vernos conscientemente como nos vemos subconscientemente a nosotros mismos, y decirnos por sus acciones lo que hemos asumido subconscientemente que somos. Por lo tanto, asumamos la sensación, "YO SOY Cristo", hasta que nuestra afirmación consciente se convierta en nuestra asunción subconsciente de que "Todos nosotros con el rostro abierto contemplando como en un cristal La Gloria del Señor somos transformados en la misma imagen de gloria en gloria." (N.T.: 2 Corintios 3:18) Que Dios despierte y que Sus enemigos sean destruidos. No hay mayor oración para el hombre.
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