Esta noche es "Enséñanos a Rezar." Encontrarán esta noche la más práctica. Se nos dice que él estaba orando en cierto lugar; pero cuando cesó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar." Luego cuenta una historia... les contó una parábola en el sentido de que debemos orar siempre y no perder el ánimo. Entonces cuenta la parábola: "En cierta ciudad había un juez que ni temía a Dios ni respetaba al hombre; y en esa ciudad había una viuda que venía constantemente a él y le decía: 'Hazme justicia contra mis adversarios.' Y aunque él no temía a Dios ni respetaba al hombre, se dijo a sí mismo: 'Le haré justicia porque viene constantemente y me molesta, y con su continua venida me va a agotar'" (Lucas 18:3). Así que vemos en esta parábola que el chorro central de la verdad es la persistencia. Cualquiera puede aprender una oración, pero no será efectiva. Pueden aprender todas las oraciones del mundo y no producirán de ninguna manera el resultado que buscan. La oración efectiva, en el sentido real, es un arte; y aprender un arte siempre requiere un método cuidadoso y una práctica persistente.