Quiero agradecerles sus numerosas cartas. No tengo palabras para expresar lo útil que es para este grupo que compartan sus maravillosas experiencias. Así que esta noche, tomaré una y luego les contaré dos o tres mías para complementar su interpretación.
Como saben si vienen aquí a menudo, estamos aquí con un solo propósito: cumplir la palabra de Dios, que es la Escritura. Simplemente cumplimos la Escritura. Sí, podemos lograr todo lo que queramos en este mundo, pero el propósito en la vida es cumplir la palabra de Dios. Como se nos dice: «Mi palabra no volverá a mí vacía. Es necesario que cumpla lo que me propuse y prospere en aquello para lo que la envié» (Isaías 55:11). Pues bien, somos esa palabra y, por lo tanto, cumplimos todo el libro.