Neville nos invita a ir más allá de la lógica y los sentidos. Pilato le pregunta: “¿Qué es la verdad?”, y Jesús no responde, porque la verdad no puede explicarse con palabras; solo vivirse. Jesús dice: “Yo soy la Verdad”, y eso rompe con la lógica del mundo físico, donde la verdad debe coincidir con los hechos externos. Neville enseña que la verdadera verdad nace de una fe interior que trasciende lo visible.
Creer en lo que todavía no se ve. Asumir que ya sos quien querés ser. Esa es la verdad creativa. La Escritura lo afirma: “Todo lo que desees, cuando ores, cree que ya lo has recibido, y lo tendrás”. La mayoría no logra soltar lo que no quiere, ni un instante, para abrazar lo que sí desea. Ahí está el punto: persistir en lo invisible, en la historia interna, hasta que se proyecte en el mundo..