La Biblia afirma que el hombre que vivía en el cementerio que estaba loco, (coincidentemente, el cementerio es la morada de los viejos estados muertos, y el mundo físico que no tiene vida más que dentro de ti), conoció a Jesús, dejó de morar alrededor de los muertos, y se curó de la locura. Se menciona demasiado a Saúl como para estar loco, un rey demente, olvidadizo de la verdad.