Para erradicar la doble mentalidad, debemos tomar una decisión consciente y firme. Debemos "atar a ese espíritu negativo", como se dice en lenguaje metafórico. Debemos romper el acuerdo con la vieja historia de una vez por todas. No podemos permitir que el "otro Maestro" —el miedo, la duda, la evidencia de los sentidos— entre en el santuario de nuestra mente.