El sueño futuro debe convertirse en un hecho presente en la mente de quien busca realizarlo. Debemos experimentar en la imaginación lo que experimentaríamos en la realidad en caso de que logremos nuestro objetivo, ya que el alma que se imagina a sí misma en una situación asume los resultados de ese acto imaginario. Si no se imagina a sí misma en una situación, siempre está libre del resultado.