Comprensiblemente, surge la pregunta, si hay un Ser Supremo, ¿Cuál podría ser el propósito en permitir, si no dirigirlo deliberadamente el espectáculo que hoy ocupa el escenario mundial, un espectáculo en el que casi todo el mundo parece impotente fuera de contacto con esa supremacía?
Para que alguien entienda perfectamente una situación debe ubicarse a si mismo en ella y entonces ubicado en ese favorable punto de vista queda habilitado para entenderla.
El individuo debe colocarse a si mismo como el Creador. Esta suposición es una salida radical del estado de "efecto creado" al que estamos acostumbrados, que pocos de nosotros estamos dispuestos, mucho menos preparados, para hacer la inmersion inicial. Pero debemos, si vamos a tener la experiencia de Dios, de lo contrario nos quedamos en la posición de tener que aceptar o rechazar las teorías o descubrimientos de otros fundamentando nuestras conclusiones.