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Capítulo 6 - Sanación

La fórmula para la cura de la lepra como se revela en el capítulo catorce de Levítico es más esclarecedora cuando se ve a través de los ojos de un místico. Esta fórmula se puede prescribir como la cura positiva de cualquier enfermedad en el mundo del hombre, ya sea física, mental, financiera, social, moral, cualquier cosa. No importa la naturaleza de la enfermedad o su duración, ya que la fórmula se puede aplicar con éxito a todas y cada una de ellas.

Aquí está la fórmula tal como está registrada en el libro de Levítico:

"Entonces el sacerdote ordenará tomar para el que será limpiado dos aves vivas y limpias... y el sacerdote ordenará que una de las aves sea asesinada... En cuanto al ave viva, él la tomará y la mojará en la sangre del ave que fue asesinada; y rociará sobre el que será limpiado de la lepra siete veces y lo declarará limpio y soltará al ave viva en campo abierto. ...Y él estará limpio.” (14:4,8)

Una aplicación literal de esta historia sería estúpida e infructuosa, mientras que, por otro lado, una aplicación psicológica de la fórmula es sabia y fructífera.

Un ave es un símbolo de una idea. Se puede decir que cada hombre que tiene un problema o que desea expresar algo diferente de lo que está expresando ahora tiene dos aves. Estas dos aves o concepciones se pueden definir de la siguiente manera: La primer ave es tu presente concepción exteriorizada de ti mismo; es la descripción que darías si se te pidiera que te definieras a tí mismo: Tu condición física, tus ingresos, tus obligaciones, tu nacionalidad, familia, raza, etc.. Tu respuesta sincera a estas preguntas se basaría necesariamente únicamente en la evidencia de tus sentidos y no en alguna ilusión. Esta verdadera concepción de ti mismo (basada completamente en las evidencias de tus sentidos) define a la primer ave. La segunda ave está definida por la respuesta que deseas dar a estas preguntas de autodefinición. En resumen, estas dos aves se pueden definir como aquello de lo que eres consciente de ser y aquello que deseas ser.

Otra definición de las dos aves sería; la primera, tu problema actual independientemente de su naturaleza; y la segunda, la solución a ese problema. Por ejemplo, si estuvieras enfermo, la buena salud sería la solución. Si estuvieras endeudado, la solución sería liberarte de la deuda. Si tuvieras hambre, la comida sería la solución. Como habrás notado, no se considera el cómo, la forma de realizar la solución. Sólo se consideran el problema y la solución. Cada problema revela su propia solución. Para la enfermedad es la salud, para la pobreza es la riqueza, para la debilidad es la fuerza, para el confinamiento es la libertad.

Estos dos estados, entonces, tu problema y su solución, son las dos aves que traes al sacerdote. Tú eres el sacerdote que ahora realiza el drama de la sanación del hombre de la lepra, tú y tu problema. Tú eres el sacerdote, y con la fórmula para la cura de la lepra ahora te liberas de tu problema.

Primero toma una de las aves (tu problema) y mátala extrayendo la sangre de ella. La sangre es la conciencia del hombre. "Él ha hecho de una sangre a todas las naciones de los hombres para habitar en toda la faz de la tierra." (N.T.: Hechos 17:26) Tu conciencia es la única realidad que anima y hace realidad aquello de lo que tú eres consciente de ser. Así que desviar tu atención del problema es equivalente a extraer la sangre del ave.

Tu conciencia es la única sangre que hace realidad a todos los estados. Quitando tu atención de cualquier estado dado, has drenado la sangre vital de ese estado. Matas o eliminas a la primer ave (tu problema) quitando tu atención de ella. En esta sangre (tu conciencia) sumerges al ave viva (la solución), o lo que hasta ahora deseabas ser o poseer. Esto lo haces mediante la liberación de tí mismo para ser el estado deseable ahora.

La inmersión del ave viva en la sangre del ave que fue asesinada es similar a la bendición de Jacob por su padre ciego Isaac. Como recordarán, el ciego Isaac no podía ver su mundo objetivo, su hijo Esaú. Tú también eres ciego a tu problema, la primer ave, porque le has quitado la atención y, por lo tanto, no lo ves. Tu atención (sangre) ahora se coloca sobre la segunda ave (estado subjetivo), y percibes y sientes la realidad de la ella.

Siete veces te dicen que rocíes a la que se limpiará. Esto significa que debes morar dentro de la nueva concepción de ti mismo hasta que entres mentalmente en el séptimo día (el Sabbath), hasta que la mente esté quieta o fija en la creencia de que realmente estás expresando o poseyendo lo que deseas ser o poseer. En la séptima rociada, se te indica que sueltes al ave viva y que la declares limpia. A medida que te impresionas por completo del hecho de que eres lo que deseas ser, simbólicamente se te ha rociado siete veces, entonces eres tan libre como el ave que es soltada. Y al igual que el ave en vuelo que debe regresar en poco tiempo a la tierra, tus impresiones subjetivas o tus afirmaciones deben encarnarse en tu mundo.

Esta historia y todas las otras historias de la Biblia son juegos psicológicos dramatizados dentro de la conciencia del hombre. Tu eres el sumo sacerdote, tú eres el leproso, tú eres las aves.

Tu conciencia o YO-SOY es el sumo sacerdote, tú, el hombre con el problema, eres el leproso. El problema, tu concepto actual de ti mismo, es el ave que es asesinada, la solución del problema; lo que deseas ser, es el ave viva que es liberada.

Tú re-creas este gran drama dentro de ti mismo al desviar tu atención de tu problema y colocarla sobre -eso- que deseas expresar. Te impresionas a ti mismo del hecho de que tú eres -eso- que deseas ser hasta que tu mente se calma en la creencia de que es así. Viviendo en esta actitud fija de la mente, viviendo en la conciencia de que tú eres ahora -eso- que antes deseabas ser, es el pájaro en vuelo, sin las limitaciones del pasado y moviéndose hacia la encarnación de tu deseo.

Actualizado el 16 de may. de 2025