Capítulo 2: Tú Decretarás
“Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que realizará lo que me place, y prosperará en la cosa a la que la envié.” (Isaías 55:11)
El hombre puede decretar una cosa y sucederá.
El hombre siempre ha decretado lo que ha aparecido en su mundo. Hoy está decretando lo que está apareciendo en su mundo y continuará haciéndolo mientras el hombre sea consciente de ser hombre.
Nada ha aparecido en el mundo del hombre, sino lo que el hombre ha decretado que debería. Tú puedes negar esto, pero intenta, igual tú no podrás refutarlo porque este decreto se basa en un principio inmutable. El hombre no ordena que aparezcan cosas con sus palabras, que son, a menudo, una confesión de sus dudas y temores. El decreto siempre es hecho en la conciencia.
Todo hombre expresa automáticamente -eso- de lo cual es consciente de ser. Sin esfuerzo o el uso de palabras, en cada momento del tiempo, el hombre está comandándose ser y poseer -eso- de lo cual es consciente de ser y poseer.
Este principio de expresión inmutable se dramatiza en todas las Biblias del mundo. Los escritores de nuestros libros sagrados eran místicos iluminados, antiguos maestros del arte de la psicología. Al contar la historia del alma, personificaron este principio impersonal en la forma de un documento histórico tanto para preservarlo como para ocultarlo de los ojos de los no-iniciados.
Hoy aquellos a quienes se les ha confiado este gran tesoro, a saber, los sacerdotes del mundo, han olvidado que las Biblias son dramas psicológicos que representan la conciencia del hombre; en su olvido ciego, ahora enseñan a sus seguidores a adorar a sus personajes como hombres y mujeres que realmente vivieron en el tiempo y el espacio.
Cuando el hombre ve la Biblia como un gran drama psicológico con todos sus personajes y actores como las cualidades y atributos personificados de su propia conciencia, entonces, y sólo entonces, la Biblia le revelará la luz de su simbología. Este principio impersonal de la vida que hizo todas las cosas se personifica como Dios. Este Señor Dios, creador del cielo y de la tierra, es descubierto ser la conciencia de ser del hombre. Si el hombre estuviera menos atado a la ortodoxia y fuera más intuitivamente observador, no podría dejar de notar en la lectura de las Biblias que la conciencia de ser se revela cientos de veces en toda esta literatura. Para nombrar algunos: "YO SOY me ha enviado a vosotros." (N.T.: Éxodo 3:14) "Quédate quieto y sabe que YO SOY Dios." (N.T.: Salmo 46:10) "YO SOY el Señor y no hay otro Dios." (N.T.: Isaías 45:6) "YO SOY el pastor." (N.T.: Juan 10:11) "YO SOY la puerta." (N.T.: Juan 10:9) "YO SOY la resurrección y la vida." (N.T.: Juan 11:25) "YO SOY el camino." (N.T.: Juan 14:6) "YO SOY el principio y el fin." (N.T.: Revelaciones 22:13)
YO SOY, la conciencia incondicionada de ser del hombre, es revelada como Señor y creador de cada estado condicionado de ser. Si el hombre renunciara a su creencia en un Dios aparte de sí mismo, reconocería a su conciencia de ser, ser Dios -esta conciencia modelada por él mismo a semejanza e imagen de su concepción de sí mismo-, transformaría su mundo de un estéril desperdicio a un campo fértil de su propio gusto.
El día que el hombre haga esto, sabrá que él y su Padre son uno, pero su Padre es más grande que él. Sabrá que su conciencia de ser es una con lo que es consciente de ser, pero que su conciencia incondicionada de ser es mayor que su estado condicionado o su concepción de sí mismo.
Cuando el hombre descubre que su conciencia es el poder impersonal de expresión, que se personifica eternamente en sus concepciones de sí mismo, asumirá y se apropiará de ese estado de conciencia que desea expresar, al hacerlo, se convertirá en ese estado en expresión.
"Decretarás una cosa y sucederá"... (N.T.: Job 22:28) ahora puede ser dicho de esta manera: Serás consciente de ser o poseer una cosa y expresarás o poseerás -eso- de lo cual eres consciente de ser.
La ley de la conciencia es la única ley de expresión, "YO SOY el camino." "YO SOY la resurrección." La conciencia es el camino y el poder que resucita y expresa todo lo que el hombre será alguna vez consciente deser.
Apártate de la ceguera del hombre no-iniciado que intenta expresar y poseer esas cualidades y cosas que no es consciente de ser y poseer; y sé como el místico iluminado que decreta sobre la base de esta ley inmutable. Conscientemente afirma tú mismo ser -eso- que buscas; aprópiate de la consciencia de -eso- que tú ves; y también conocerás el estado del verdadero místico, como sigue:
Me hice consciente de serlo. Aún estoy consciente de serlo. Y continuaré siendo consciente de serlo hasta que eso de lo que soy consciente de ser sea perfectamente expresado.
Sí, decretaré una cosa y sucederá.