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Capítulo 2: Sueño

El SUEÑO, la vida que ocupa un tercio de nuestra estancia en la tierra, es la puerta natural al subconsciente. De modo que es el sueño con el que nosotros estamos ahora interesados. Los dos tercios conscientes de nuestra vida en la tierra se miden por el grado de atención que le damos al sueño. Nuestra comprensión y deleite de lo que el sueño tiene para ofrecernos nos provocará, noche tras noche, ir hacia él como si estuviéramos acudiendo a una cita con un amante.

“En un sueño, en una visión de la noche, cuando el sueño profundo cae sobre los hombres, durmiendo sobre la cama; entonces Él abre los oídos de los hombres y sella Su instrucción.” Job 33.

Es en el sueño y en la oración, un estado similar al sueño, que el hombre entra al subconsciente para hacer sus impresiones y recibir Sus instrucciones. En estos estados, el consciente y el subconsciente se unen creativamente. El hombre y la mujer se convierten en una sola carne. El sueño es el momento en que la mente masculina o consciente se aleja del mundo de los sentidos para buscar a su amante o ser subconsciente.

El subconsciente, a diferencia de la mujer del mundo que se casa con su esposo para cambiarlo, no desea cambiar el estado consciente y de vigilia, sino que lo ama como es y reproduce fielmente su semejanza en el mundo exterior de la forma. Las condiciones y eventos de tu vida son tus hijos formados a partir de los moldes de tus impresiones subconscientes en el sueño. Ellos, que están hechos a imagen y semejanza de tu sensación más íntima, pueden revelarte a ti mismo. "Como en el cielo, así también en la tierra." (Mateo 6:10; Lucas 11:2). Como en el subconsciente, así en la tierra. Lo que sea que tú tengas en consciencia mientras duermes es la medida de tu expresión en los dos tercios de tu vida en la tierra.

Nada te impide la realización de tu objetivo, salvo que falles en sentir que ya eres -eso- que tú deseas ser, o que tú ya estás en posesión de la cosa buscada. Tu subconsciente da forma a tus deseos sólo cuando tú sientes tu deseo cumplido.

La inconsciencia del sueño es el estado normal del subconsciente. Debido a que todas las cosas provienen de tu interior, y tu concepción de ti mismo determina -eso- que viene, siempre debes sentir el deseo cumplido antes de dormirte. Tú nunca sacas de lo profundo de ti mismo -eso- que quieres; siempre sacas -eso- que eres, y tú eres -eso- que tú mismo sientes que eres, así como -eso- que tú sientes como verdadero de los demás.

Para ser realizado, entonces, el deseo debe resolverse en la sensación de ser o tener o ser testigo del estado buscado. Esto se logra asumiendo la sensación del deseo cumplido. La sensación que surge en respuesta a la pregunta: "¿Cómo me sentiría si mi deseo se realizara?" Es la sensación que debería monopolizar e inmovilizar tu atención mientras te relajas para dormir. Debes estar consciente de ser o tener -eso- que quieres ser o tener antes de dormirte.

Una vez dormido, el hombre no tiene libertad de elección. Todo su sueño está dominado por su último concepto de ser en vigilia.

Se deduce, por lo tanto, que él siempre debe asumir la sensación de cumplimiento y satisfacción antes de retirarse al sueño... "Ven delante de mí con canto y acción de gracias" (Salmo 95:2) "Entra en sus puertas con acción de gracias y en sus patios con alabanza.” (Salmo 100:4) Tu estado de ánimo antes de dormir define tu estado de conciencia cuando entras en la presencia de tu amante eterno, el subconsciente.

Ella te ve exactamente como te sientes. Si, mientras tu te preparas para dormir, asumes y mantienes la conciencia del éxito sintiendo "Tengo éxito", tú debes tener éxito. Acuéstate boca arriba con la cabeza al nivel de tu cuerpo. Siente como si estuvieses en posesión de tu deseo y relájate tranquilamente hacia inconsciencia.

“El que guarda a Israel no se adormecerá ni dormirá.” (Salmo 121:4) Sin embargo... "Él da a su amado en sueño." (Salmo 127:2)

El subconsciente nunca duerme. El sueño es la puerta a través de la cual lo consciente, la mente despierta pasa para unirse creativamente al subconsciente. El sueño oculta el acto creativo, mientras que el mundo objetivo lo revela. En el sueño, el hombre impresiona al subconsciente con su concepción de sí mismo.

¿Qué descripción más bella de este romance del consciente y el subconsciente existe que la que se cuenta en el "Cantar de los Cantares":

"Por la noche en mi cama busqué al que ama mi alma (3:1)... encontré al que mi alma ama, lo sostuve y no lo dejé ir, hasta que lo traje a la casa de mi madre, y a la cámara de ella que me concibió.” (3:4)

Preparándote para dormir, te sientes en el estado del deseo respondido y luego te relajas hacia la inconsciencia. Tu deseo realizado es aquel a quien buscas. Por la noche, en tu cama, buscas la sensación del deseo cumplido para llevarlo contigo a la cámara de ella que te concibió, al sueño o al subconsciente que te dio forma, para que este deseo también pueda ser dado a expresión.

Este es el camino para descubrir y conducir tus deseos al subconsciente. Siéntete en el estado del deseo realizado y tranquilamente déjate dormir.

Noche tras noche, debes asumir la sensación de ser, tener y ser testigo de -eso- que buscas ser, poseer y ver manifestado. Nunca te vayas a dormir sintiéndote desanimado o insatisfecho. Nunca duermas en la conciencia del fracaso.

Tu subconsciente, cuyo estado natural es el sueño, te ve como tú crees tú mismo ser, y ya sea bueno, malo o indiferente, el subconsciente encarnará fielmente tu creencia.

Así como tú sientes tú la impresionas; y ella, la amante perfecta, da forma a estas impresiones y las exterioriza como los hijos de su amado.

“Toda tú eres hermosa, mi amor; no hay mancha en ti.” (Cantar de los Cantares 4:7) ...Es la actitud mental a adoptar antes de quedarte dormido.

Haz caso omiso de las apariencias y siente que las cosas son como tú deseas que sean, porque "Él llama a las cosas que no se ven como si fuesen, y lo invisible se hace visible." (Aprox., Romanos 4:17). Asumir la sensación de satisfacción es llamar a las condiciones a la existencia que reflejarán la satisfacción.

"Las señales siguen, no preceden."

La prueba de que eres seguirá a la conciencia de que eres; no la precederá.

Tú eres un soñador eterno que sueña sueños no-eternos. Tus sueños toman forma cuando tú asumes la sensación de su realidad. No te limites al pasado. Sabiendo que nada es imposible para la conciencia, comienza a imaginar estados más allá de las experiencias del pasado.

Cualquier cosa que la mente del hombre pueda imaginar, el hombre puede realizar. Todos los estados objetivos (visibles) fueron primero estados subjetivos (invisibles), y tú los llamaste a lo visible asumiendo la sensación de su realidad.

El proceso creativo es primero imaginar y luego creer en el estado imaginado. Siempre imagina y espera lo mejor.

El mundo no puede cambiar hasta que cambies tu concepción del mismo. "Como dentro, así fuera." (N.T.: Ver Mateo 23:26)

Las naciones, así como las personas, son sólo lo que crees que son. No importa cuál sea el problema, no importa dónde se encuentre, no importa a quién concierne, no tienes a nadie a quien cambiar sino a tí mismo, y no tienes oponente ni ayudante para lograr el cambio dentro de ti. Tú no tienes nada para hacer sino convencerte a tí mismo de la verdad de -eso- que tú deseas ver manifestado.

Tan pronto como logres convencerte de la realidad del estado buscado, los resultados seguirán para confirmar tu creencia fijada. Tú nunca sugieres a otro el estado que tú deseas verle expresar; en cambio, te convences de que él ya es -eso- que tú deseas que él sea.

La realización de tu deseo es lograda asumiendo la sensación del deseo cumplido. No puedes fallar a menos que no te convenzas de la realidad de tu deseo.

Un cambio de creencia es confirmado por un cambio de expresión.

Cada noche, cuando te vas a dormir, siéntete satisfecho e impecable, porque tu amante subjetivo siempre forma el mundo objetivo a imagen y semejanza de tu concepción de él, la concepción definida por tu sensación.

Las dos terceras partes de tu vida en la tierra siempre corroboran o dan testimonio de tus impresiones subconscientes. Las acciones y eventos del día son efectos, no son causas. El libre albedrío es sólo libertad de elección.

“Elige hoy a quién servirás.” (Josué 24:15) Es tu libertad para elegir el tipo de estado de ánimo que tú asumas; pero la expresión del estado de ánimo es el secreto del subconsciente.

El subconsciente recibe impresiones sólo a través de las sensaciones del hombre y, de una manera conocida sólo por él mismo, da a estas impresiones forma y expresión.

Las acciones del hombre están determinadas por sus impresiones subconscientes. Su ilusión de libre albedrío, su creencia en la libertad de acción, no es más que la ignorancia de las causas que lo hacen actuar. Se cree libre porque ha olvidado el vínculo entre él mismo y el evento.

El hombre despierto se ve obligado a expresar sus impresiones subconscientes. Si en el pasado se impresionó imprudentemente, entonces que comience a cambiar sus pensamientos y sentimientos, porque sólo así lo hará, así él cambiará su mundo. No pierdas ni un momento en remordimiento, porque pensar sentidamente en los errores del pasado es reinfectarte a ti mismo. "Que los muertos entierren a los muertos." (Mateo 8:22; Luke 9:60) Aléjate de las apariencias y asume la sensación que sería tuya si ya fueses el que deseas ser.

Sentir un estado produce ese estado.

La parte que juegas en el escenario mundial está determinada por tu concepción de ti mismo.

Sintiendo tu deseo cumplido y relajándote tranquilamente en el sueño, te proyectas a tí mismo en un papel estelar que se interpretará en la tierra mañana, y, mientras duermes, tú eres entrenado e instruido en tu papel.

La aceptación del final automáticamente determina los medios de realización. No te confundas acerca de esto. Si, mientras te preparas para dormir, no te sientes conscientemente en el estado del deseo respondido, entonces tú llevarás a la cámara de ella, quien te concibió, la suma total de las reacciones y sensaciones del día de vigilia; y mientras duermes, recibirás instrucciones de la forma en que serán expresadas mañana. Te levantarás creyendo que eres un agente libre, sin darte cuenta de que cada acción y evento del día está predeterminado por tu concepto de tí mismo cuando te quedaste dormido. Tu única libertad, entonces, es tu libertad de reacción. Tú eres libre de elegir cómo te sientes y reaccionas ante el drama del día, pero el drama (las acciones, los eventos y las circunstancias del día) ya se han determinado.

A menos que consciente y deliberadamente definas la actitud mental con la que te vas a dormir, inconscientemente te vas a dormir en la actitud mental compuesta de todas las sensaciones y reacciones del día. Cada reacción produce una impresión subconsciente y, a menos que sea contrarrestada por una sensación opuesta y más dominante, es la causa de una acción futura.

Las ideas envueltas en sensaciones son acciones creativas. Usa tu derecho divino sabiamente. A través de tu capacidad de pensar y sentir, tienes dominio sobre toda la creación.

Mientras estás despierto, eres un jardinero que selecciona semillas para tu jardín, pero “Excepto que un grano de trigo caiga al suelo y muera, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.” (Juan 12:24) Tu concepción de ti mismo mientras te duermes es la semilla que dejas caer en el suelo del subconsciente. Dormirse sintiéndose satisfecho y feliz obliga a que aparezcan condiciones y eventos en tu mundo que confirman estas actitudes mentales.

El sueño es la puerta al cielo. Todo lo que tomes como una sensación, lo traes como una condición, acción u objeto en el espacio. Así que duerme en la sensación del deseo cumplido.

Actualizado el 17 de may. de 2025