Capítulo 1: La unidad de Dios
"ESCUCHA, oh Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor." (N.T.: Deuteronomio 6:4) Escucha, oh Israel:
Escucha, oh hombre hecho de la misma sustancia de Dios:
¡Tú y Dios son uno e indiviso!
El hombre, el mundo y todo lo que hay en él son estados condicionados del incondicionado, Dios.
Tú eres este uno,
tú eres Dios condicionado como hombre.
Todo lo que crees que Dios es, tú eres;
pero nunca sabrás que esto es verdad
hasta que dejes de alegarlo a otro,
y reconozcas que este aparente otro ser eres tú mismo.
Dios y hombre
espíritu y materia
lo informe y lo formado,
el creador y la creación,
la causa y el efecto
tu padre y tú son uno.
Este uno, en quien todos los estados condicionados viven y se mueven
y tienen su ser,
es tu YO SOY
tu conciencia incondicionada.
La conciencia incondicionada es Dios, el uno y la única realidad. Por conciencia incondicionada se entiende un sentido de conciencia, una sensación de saber que YO-SOY aparte de saber quién YO-SOY, la conciencia de ser, divorciada de -eso- que yo soy conciente de ser. YO-SOY conciente de ser hombre, pero no necesito ser hombre para ser conciente de ser. Antes de darme cuenta de ser alguien, yo, la conciencia incondicionada, era conciente de ser, y esta conciencia no depende de ser alguien. YO-SOY conciencia autoexistente e incondicionada. Yo me hice conciente de ser alguien, y seré conciente de ser alguien diferente a esto que ahora soy conciente de ser, pero YO-SOY eternamente conciente de ser ya sea, YO-SOY incondicionado sin forma, o YO-SOY forma condicionada.
Como estado condicionado, yo (hombre), podría olvidar quién soy o dónde estoy, pero no puedo olvidar que YO-SOY. Este saber que YO-SOY, esta conciencia de ser, es la única realidad.
Esta conciencia incondicionada, el YO-SOY, es esa realidad conocedora en la que todos los estados condicionados, concepciones de mí mismo, comienzan y terminan, pero que siempre permanece siendo el desconocido conocedor cuando todo lo conocido deja de existir.
Todo lo que alguna vez he creído yo mismo ser, todo lo que ahora creo yo mismo ser, y todo lo que alguna vez creeré yo mismo ser, son sólo intentos de conocerme a mí mismo, el desconocido, la realidad indefinida.
Este desconocido conocedor, o conciencia incondicionada, es mi verdadero ser, la única realidad. YO SOY la realidad incondicionada condicionada como ese que creo yo mismo ser. YO SOY el creyente limitado por mis creencias, el conocedor definido por lo conocido.
El mundo es mi conciencia condicionada objetivada. Lo que siento y creo que es cierto de mí mismo ahora se proyecta en el espacio como mi mundo. El mundo, mi yo reflejado, siempre es testigo del estado de conciencia en el que vivo.
No hay casualidad o accidente responsable de las cosas que me pasan o del entorno en el que me encuentro. Tampoco es el destino predestinado el autor de mis fortunas o desgracias. Inocencia y culpa son meras palabras sin significado para la ley de la conciencia, excepto porque reflejan el estado de la conciencia misma.
La conciencia de culpa provoca condenación. La conciencia de falta produce pobreza. El hombre objetiva eternamente el estado de conciencia en el que permanece, but de alguna manera se ha confundido en la interpretación de la ley de causa y efecto. Se ha olvidado de que es el estado interno la causa de la manifestación externa, "como dentro, fuera" ("Correspondencia", el segundo de los Siete Principios de Hermes Trismegisto) -N.T.: https://es.wikipedia.org/wiki/Hermes_Trismegisto-, y en su olvido cree que un Dios externo tiene su propia razón peculiar para hacer las cosas, que tales razones están más allá de la comprensión del mero hombre, o cree que las personas están sufriendo debido a errores pasados que han sido olvidados por la mente consciente, o, nuevamente, el ciego azar por sí solo juega el papel de Dios.
Un día, el hombre se dará cuenta de que su propio YO-SOY es el Dios que ha estado buscando a lo largo de los siglos, y que su propio sentido de conciencia, su conciencia de ser, es la única realidad.
Esto es lo más difícil de comprender para el hombre: Que el YO-SOY en sí mismo es Dios. Es su verdadero ser o estado Padre, el único estado del que puede estar seguro. El hijo, su concepción de sí mismo, es una ilusión. Él siempre sabe que él ES, pero -eso- que él es, es una ilusión creada por él mismo (el Padre) en un acto de autodefinición.
Este descubrimiento revela que todo lo que he creído que Dios es YO-SOY. "YO SOY la resurrección y la vida" (Juan 11:25) ...es una declaración de hecho concerniente a mi conciencia, porque mi conciencia resucita o hace visiblemente vivo -eso- de lo cual YO-SOY consciente de ser.
"YO-SOY la puerta... todos los que vinieron antes que yo son ladrones y bandidos" (Juan 10:7,8) ...me muestra que mi conciencia es la única entrada al mundo de la expresión, que al asumir la conciencia de ser o poseer lo que deseo ser o poseer es la única forma en que puedo convertirme en ello o poseerlo, que cualquier intento de expresar este estado deseable de otra manera que no sea asumiendo la conciencia de serlo o poseerlo, es ser robado de la alegría de expresión y posesión.
"YO-SOY el principio y el fin" (Revelación 1:8, 22:13), ...revela a mi conciencia como la causa del nacimiento y muerte de toda expresión. "YO-SOY me envió" (Éxodo 3:14) ...revela a mi conciencia de ser el Señor que me envía al mundo a imagen y semejanza de -eso- de lo cual yo soy consciente de ser para vivir en un mundo compuesto de todo lo que yo soy consciente.
"YO-SOY el Señor, y además de Mi no hay Dios." (Isaías 45:5) ...declara a mi conciencia de ser el uno y único Señor y, además de mi conciencia, no hay Dios. "Estate quieto y sabe que YO SOY Dios." (Salmo 46:10) ...significa que yo debería detener la mente y saber que la conciencia es Dios. "No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano." (Éxodo 20:7), "YO-SOY el Señor: Ése es mi nombre." (Isaías 42:8)
Ahora que has descubierto tu YO-SOY, tu conciencia de ser Dios, no afirmes alguna cosa ser verdadera de tí mismo que no afirmarías ser verdadera de Dios, porque al definirte a ti mismo, estás definiendo a Dios.
Eso que tú eres consciente de ser es -eso- que tú has llamado Dios. Dios y el hombre son uno. Tú y tu Padre son uno. (Juan 10:30)
Tu conciencia incondicionada, o Yo-Soy, y -eso- de lo cual tú eres consciente de ser, son uno. El concebidor y la concepción son uno. Si tu concepción de ti mismo es menor que -eso- de lo cual tú afirmas como verdadero de Dios, tú le has robado a Dios (ver Filipenses 2:6), el Padre, porque tú (el Hijo o la concepción) das testimonio del Padre o del concebidor.
No tomes el Nombre mágico de Dios, YO-SOY, en vano porque no serás considerado inocente, debes expresar todo lo que afirmas ser. Nombra a Dios definiéndote conscientemente como tu ideal más elevado.