1965

El miércoles pasado tuve ocasión de ir a una vieja Biblia mía y allí encontré dos cartas de mi viejo amigo Abdullah. Los había olvidado hacía mucho tiempo, porque me los regalaron allá por 1930 o 1931. Ahora se están moldeando y desmoronando. Eran simplemente instrucciones sobre la Cábala. Y la primera parte no le interesará porque es muy técnica en hebreo, pero hay otras partes que sé que le interesarán. Y esto es lo que dijo en uno: “Las criaturas nunca son culpables de los aparentes errores que cometen. El Señor ordenó todos los hechos y sólo él realiza todo lo que se realiza”.

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